Los judíos aguardaban un Mesías que los libertase de la opresión romana. Un Mesías guerrero según los conceptos humanos. En el sermón del monte Jesús expone a sus oyentes el carácter de su misión y los fundamentos de su Reino. Él declara felices los pobres, los que tienen hambre, los que lloran, los odiados, relacionando estas situaciones con las condiciones espirituales y que estos recibirán su recompensa en su Reino.
Expuso sentencias condenatorias, ayes, para los que confiaban en sus riquezas, los opulentos, los hilarantes, los aduladores, porque estos tendrán su recompensa al final de los pocos años de su corta existencia. Jesús puso delante de sus oyentes y maestros de la ley, la esencia de su misión y de su Reino: Amor y abnegación.