Leccion 11. Arresto en Jerusalén (3T 2018—El libro de Hechos)
Textos bíblicos: Hechos 21; Rom. 2:28, 29; Gal. 5:6; Hechos 22; Hechos 23:1–30; Mat.
22:23–32.
Citas
• La grandeza de Jerusalén también es su problema. Umberto Eco
• ¿Qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? Tertuliano
• Una vez, hubo un tiempo en Jerusalén de fraternidad y paz: las culturas e idiomas vivían uno al lado del otro y no uno a expensas del otro. Yitzhak Navon
• Jerusalén es la casa del único Dios, la capital de dos pueblos, el templo de las tres religiones y ella es la única ciudad que existe dos veces: en el cielo y en la tierra. La incomparable gracia de lo terrestre no se compara a las glorias de lo celestial Simon Sebag Montefiore
• La religión es un proceso de convertir tu cráneo en un tabernáculo, no de ir a Jerusalén una vez al año. Austin O’Malley
• Jerusalén es un festival y una lamentación. Su canción es un suspiro a través de los tiempos, un salmo delicado, robusto y lúgubre en la gran unión de las culturas espirituales. David K. Shipler
Para debatir
¿Habría sido mejor para Pablo alejarse de Jerusalén? ¿Cómo lidiamos con aquellos que se oponen a nosotros? ¿Por qué Pablo siempre quería proporcionar una defensa? ¿Qué revela este conflicto sobre las ideas religiosas y la manera como se usan? ¿Qué lecciones aprendemos de esta lección particular en la vida de Pablo?
Resumen bíblico de la lección
Hechos 21:17 nos narra los detalles de la llegada de Pablo a Jerusalén. Pero no pasa mucho tiempo antes de que sus enemigos se reúnan y Pablo sea arrestado (21:33). Este era más un caso de estar bajo custodia protectora. Después de obtener el permiso del comandante, Pablo habla a la mafia (Hechos 22). Les cuenta sus antecedentes y conversión, pero tan pronto como menciona su papel de apóstol a los extranjeros, la mafia quiere matarlo. Pero justo cuando los romanos están a punto de azotarlo, Pablo pregunta si esto es legal para un ciudadano romano. Así que ahora el comandante es
mucho más dócil, y Pablo es liberado de sus cadenas y se enfrenta al consejo judío. En Hechos 23, Pablo enfrenta al Sanedrín y provoca un argumento al mencionar la resurrección. Una vez más, el comandante romano tiene que intervenir, y también tiene que evitar un complot de algunos judíos para matar a Pablo. Pablo es enviado bajo custodia a Cesarea.
Pablo deja en claro que la verdadera religión no es una cuestión de lo que se ve externamente (Romanos 2:28). Estar o no circuncidado no tiene ningún valor, “lo único que importa es la fe que obra por el amor” (Gálatas 5: 6 VBL). Mateo 22: 23-32 registra el debate de los saduceos con Jesús con respecto a la resurrección.
Comentario
La trayectoria de Pablo está firmemente fundamentada en sus creencias religiosas. Él mismo admite que era un “fariseo de los fariseos”, con todo lo que esto implica. Así que debe haber sido muy difícil para él aceptar el mensaje de Jesús que iba en contra de su estricta observancia legalista. Él habría estado al tanto de la condena de Jesús hacia los escribas y maestros de la ley por su insistencia en los rituales externos y las estrictas regulaciones. Más que esto, como un judío muy riguroso que obedecía la ley, hubiera sido inconcebible que el mensaje del evangelio fuera también para los gentiles Cuando Saulo – que se convirtió en Pablo- se encontró con Jesús en el camino de Damasco, tuvo que tomar muchas decisiones, muchas de sus ideas tuvieron que cambiar y se enfrentó a mucho que aprender. (Es por eso que pasó tiempo en Arabia, muy lejos de Jerusalén). Necesitaba superar las implicaciones de este ‘cambio de paradigma’. Sobre todo, hubo un cambio radical en su percepción de Dios. En lugar de ver a un Dios que se deleitaría en su persecución a los cristianos, llegó a conocer al verdadero Dios tal como lo reveló Jesús. Pero, así como mucho de nosotros, tuvo que pasar mucho tiempo pensando en esto, y desaprendiendo muchas ideas sobre Dios que le habían enseñado. Solo entonces pudo llegar a ser un verdadero “embajador de Cristo.” Porque mientras que
anteriormente era muy “celoso de Dios” (Hechos 22: 3), era celoso del “dios” que retrataba el adversario. Esta es una nota de advertencia para todos nosotros: podemos ser muy misioneros, como lo fue Saulo antes de su conversión, pero el celo y el entusiasmo no siempre se correlacionan con la verdad.
Mucho de lo que Pablo escribe a sus contemporáneos judíos se aplica a nosotros hoy. Al hacer énfasis en la ley y poner nuestra confianza en las reglas y requisitos, podemos desviarnos fácilmente. Esto no es solo legalismo manifiesto (aunque eso siempre ha plagado a la iglesia), sino también una preocupación por nuestra posición legal ante Dios, ¡incluso cuando enfatizamos “la justificación por la fe. Convertir nuestra salvación en una especie de “arreglo legal” con Dios no arreglará la raíz del problema: nuestras mentes malvadas y corruptas, que Pablo describe muy bien. Judíos o gentiles. Aunque nuestros antecedentes ciertamente impactan nuestras formas de pensar, nuestro entorno social y la manera como nos relacionamos entre nosotros, ante Dios no tenemos nada que decir a nuestro favor. Es por eso que todos necesitamos las buenas nuevas de Dios, ya que ninguno de nosotros tiene algo de lo que pueda jactarse. Como concluye Pablo: “Lo que te hace judío es lo que llevas por dentro, una “circuncisión del corazón” que no sigue la letra de la ley, sino la del espíritu. Alguien así busca alabanza de Dios y no de la gente” (Romanos 2:29 VBL).
Comentarios de Elena de White
Pablo se había enorgullecido de su estrictez farisaica; pero después de la revelación de Cristo en el camino a Damasco la misión del Salvador y su propia obra para la conversión de los gentiles irrumpió con claridad en su mente, y comprendió en su plenitud la diferencia que existe entre una fe viviente y un muerto formalismo. Pablo seguía creyendo que era hijo de Abrahán, y guardaba los Diez Mandamientos, tanto en la letra como en el espíritu, tan fielmente como lo había hecho antes de su conversión al cristianismo. Pero sabía que las ceremonias típicas debían cesar totalmente… {La Historia de la Redención, p. 320} Jerusalén era la metrópoli de los judíos, y era allí donde se encontraban la intolerancia y el exclusivismo mayores. Los cristianos judíos que vivían a la vista del
templo permitían, como era natural, que sus mentes se volvieran a los privilegios peculiares de los judíos como nación… Algunos eran celosos por la ley ceremonial; y miraban a Pablo con desagrado, porque pensaban que sus principios respecto a las obligaciones de la ley judía eran flojos. {Los Hechos de los Apóstoles, p. 160}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2018
Traducción al español: Shelly Barrios De Ávila