Jonathan Gallagher Leccion 8. Compañeros de lucha (1T 2016—Rebelión y Redención)

Leccion 8. Compañeros de lucha (1T 2016—Rebelión y Redención)

Textos bíblicos: Lucas 5:6–8, 11; 24:32; Marcos 3:14; Mateo 8:23–27; Marcos 4:35–41;
9:33–37; Mateo 20:20–28.

Citas
• Dios usa a la gente. Dios usa a la gente para llevar a cabo su obra. No envía
ángeles. Los ángeles claman por hacerlo pero Dios no usa a los ángeles para
lograr sus propósitos. Sino que usa hombres y mujeres con corazones rotos y
sufrientes. David Wilkerson
• No existen atajos para la madurez en el discipulado; siempre ha sido, es y será
aprendido con el tiempo, bajo presión, al caminar con Cristo. R. Alan Woods
• El verdadero maestro defiende a sus estudiantes de su propia influencia personal.
Les inspira desconfianza de sí mismos. Guía sus miradas lejos de sí hacia el
espíritu que lo impulsa. Ese maestro no tendrá discípulos. Amos Bronson Alcott
• Jesús no nos llama a hacer lo que él hizo, sino a que seamos como él fue,
permeados de amor. Entonces el hacer lo que él hizo y dijo viene a ser una
experiencia natural de lo que somos en él. Dallas Willard
• Muchas personas vienen a la iglesia con un deseo genuino de escuchar lo que
tenemos para decirles; sin embargo, siempre vuelven a casa con el sentimiento
incómodo de que estamos dificultándoles su acercamiento a Jesús. Dietrich
Bonhoeffer
• Individualmente, el discípulo y amigo de Jesús que ha aprendido a trabajar
hombro a hombre con su Señor, permanece en este mundo como punto de
contacto entre el cielo y la tierra, como una escalera de Jacob por medio de la cual
los ángeles de Dios puedan ascender y descender a la vida humana. Así, el
discípulo permanece como un enviado o receptor por medio del cual el Reino de
Dios a cada sector de los asuntos humanos. Dallas Willard

Para debatir
¿Qué es tan importante en el hecho de que Jesús deseaba compartir su ministerio
con otros? ¿De qué manera los discípulos ayudaban/obstaculizaban lo que Jesús hacía?
¿De qué manera este aspecto encaja en el panorama más amplio del gran conflicto? ¿Qué
está tratando de decirnos Dios aquí? ¿Cómo es que también somos parte de la respuesta
de Dios ante el universo?

Resumen bíblico
El llamado de los primeros discípulos de Jesús junto al Mar de Galilea está
registrado en Lucas 5. Incluso así, ellos no entendieron gran parte del ministerio de Jesús
hasta después (ver Lucas 24:32). Él señaló doce conforme se menciona en Marcos 3:14.
Los discípulos estaban asombrados cuando él calmó la tormenta (Mateo 8:23–27; Marcos
4:35–41). El primero debe ser el último, y debemos ser como niños, dijo Jesús (Marcos
9:33–37). Aun así, la madre de Santiago y Juan vino para pedir una posición especial
para sus hijos (Mateo 20:20–28).

Comentario
Jesús no vino a trabajar solo. Al iniciar su ministerio él llamó a otros para que lo
acompañaran, para que aprendieran y participaran de la experiencia. Así como Jesús
reveló a Dios al mundo, sus discípulos tuvieron el increíble privilegio de vivir y trabajar
junto a Jesús, observando cada uno de sus movimientos y registrando en los evangelios lo
que sabemos acerca de Jesús y su obra.
Y nosotros también somos obreros con él, en este ministerio de reconciliación,
haciendo el llamado a todos para que vuelvan a Dios, a que dejemos de ser sus enemigos
y ahora seamos sus amigos (ver 2 Cor. 5). Jesús mismo le dijo específicamente a sus
discípulos: “Yo no los llamaré más siervos, porque los siervos no son considerados como
de confianza por su amo. Yo los llamo amigos, porque todo lo que mi Padre me dijo yo
se los he dicho a ustedes.” John 15:15 FBV. Jesús no quería discípulos en el sentido de
que fueran sus siervos. Más bien, hablaba de sus discípulos como amigos, porque ellos no
trabajaban al nivel de una obediencia incondicional, sino por una aceptación racional de
las cosas que eran verdaderas y justas.
En todas sus acciones, y en su invitación a nosotros para seguirlo, Jesús nunca
estableció un “manual de discipulado.” Porque no se trata de seguir un curso, o de pasar
un examen de discipulado. Se trata de conocer a la persona e identificarse con sus
pensamientos y convicciones, sus creencias y metas. Es irónico el hecho de que cuando
los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar, y él les dio algunas ideas sobre
cómo comenzar, ¡nosotros los discípulos tomamos algunas directrices y las convertimos
en un rezo! Jesús dijo que las vanas repeticiones no sirven de nada: “Y al orar, no hablen
sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados
por sus muchas palabras. 8 No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes
necesitan antes de que se lo pidan.” (Mateo 6:7, 8 NVI). El problema, dijo Jesús citando a
Isaías, es con los discípulos que no piensan, que creen que solo deben hacer lo que se les
dice: “Este pueblo con sus labios me honra pero sus corazones están lejos de mí; en vano
me adoran y sus enseñanzas no son más que normas humanas.” (Mt. 15:8, 9 NVI).
En repetidas ocasiones Jesús hizo énfasis en este punto en su enseñanza. Su deseo
no es tener seguidores que sigan la corriente de todo. No busca número de seguidores
para demostrar popularidad. Él sabe que los que gritan “Hosanna” un día estarán gritando
“crucifíquenle” al día siguiente. Él quiere discípulos honestos que piensen y cuestionen,
que no miren su propia justicia y orgullo, sino que se dejen enseñar y estén abiertos a
Dios. De hecho, los discípulos egocéntricos son una responsabilidad para Dios. No se
trata de una obediencia basada en normas, sino una necesidad sincera de Dios en nuestra
desesperación humana, colocándonos en las manos del único Ser en el universo que
puede sanar el daño del pecado y restaurarnos conforme a su imagen una vez más.

Comentarios de Elena de White
Cristo vino a revelarle al mundo el conocimiento del carácter de Dios, del cual
carecía el mundo. Este conocimiento era el tesoro más importante que él pudo
encomendar a sus discípulos para que fuera comunicado a los hombres. {Review and
Herald, 1 de noviembre de 1892}
Estos iban a encontrar muchas y grandes tentaciones a dudar. Para ellos las
profecías habían indicado, fuera de toda controversia, que Jesús era el Mesías. Esperaban
que los dirigentes religiosos le recibiesen con una confianza aun mayor que la suya…
pero se quedaron asombrados y amargamente chasqueados por la incredulidad, los
arraigados prejuicios y la enemistad que manifestaron hacia Jesús los sacerdotes y
rabinos. {El Deseado de Todas las Gentes, p. 121}
Conocer a Dios es el conocimiento más maravilloso que los hombres pueden
tener… La obra de los discípulos de Cristo es brillar como lámparas, dando a conocer al
mundo el carácter de Dios. Deben atrapar los rayos crecientes de la palabra de Dios, y
reflejarlas a los hombres que están envueltos en las tinieblas de sus concepciones
erróneas sobre Dios. Los siervos de Cristo deben representar correctamente el carácter de
Dios y de Cristo a los hombres. {Review and Herald, 5 de marzo de 1889}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2016
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

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