Leccion 6. ¿Por qué se necesita la interpretación? (2T 2020—Cómo interpretar las Escrituras)
Textos bíblicos: Lucas 24:36–45; 1 Cor. 12:10, 1 Cor. 14:26; Hechos 17:16–32; Juan 12:42, 43; Hebreos 11:6.
Citas
• Si traducimos la Biblia, es probable que seamos interrogados por cualquiera; porque todos piensan que ya saben lo que significa la Biblia. Ronald Knox
• La verdad es que no importa lo que un versículo signifique para mí, para ti o para cualquier otra persona. ¡Lo único que importa es lo que significa el versículo! John F. MacArthur Jr
• La interpretación bíblica no es un asunto pasivo. Requiere nuestra propia negociación activa. Cuando fingimos que, en el fondo, todas las voces realmente dicen lo mismo y deberían poder llevarse bien, renunciamos a nuestra responsabilidad como herederos de esta literatura rica, a veces inquietante y contradictoria. Timothy Beal
• Cualquiera que piensa que comprende las Sagradas Escrituras, o una parte de ellas, pero les aplica una interpretación que no tiende a construir el amor a Dios y a nuestro prójimo, aún no las comprende como debería. Agustín
• El diablo puede citar las Escrituras para sus propios fines. Shakespeare
• La biblia es tan sencilla que necesitas de alguien más para entenderla mal. Harmon Okinyo
Para debatir
¿Por qué necesitamos interpretación? ¿Por qué no podemos tomar la Biblia tal como se lee? ¿Significa esto que solo debemos creer lo que los estudiosos nos dicen? ¿Cómo decidimos por nosotros mismos quién dice la verdad? ¿Es suficiente decir: “Si Dios lo dice, yo lo creo”? ¿Cómo podemos ayudar a otros que interpretan la Biblia de manera diferente a nosotros? ¿Cuál es la base para interpretar la Biblia?
Resumen bíblico
Lucas 24: 36–45 hace referencia a la experiencia del camino de Emaús cuando Jesús explicó las Escrituras a sus discípulos, interpretando para ellos el significado de las profecías sobre sí mismo. Interpretar la Biblia es un don espiritual (1 Cor. 12:10). Esta función de interpretación es necesaria para edificar la iglesia (1 Cor. 14:26). Pablo trató de explicar la verdad a los atenienses (Hechos 17: 16–32). Lamentablemente, la gente se ve influenciada por una interpretación correcta por otros factores (Juan 12:42, 43). Es necesaria una confianza apreciativa en Dios para entenderlo (Hebreos 11: 6).
Comentario
Gran parte de la Biblia es historia, y se cuenta con frecuencia sin comentarios. Muy a menudo hay situaciones muy complicadas, sin embargo, no se nos dice quién tiene la razón, quién está equivocado y cuál es el camino correcto a seguir. Esto nos proporciona una pista que revela que Dios está tratando con la humanidad en toda su complejidad. Entonces tenemos que determinar lo que Dios está diciendo a través de todo esto. Puede que la Biblia no sea oscura, sino que el significado evidente es inquietante y angustiante. En palabras de Mark Twain, “No son las partes de la Biblia que no puedo entender lo que me molesta, sino las partes que sí entiendo”.
Las acciones del Dios de la Biblia pueden ser alarmantes, especialmente las que leemos en el Antiguo Testamento. Algunos han expresado su gran preocupación por la forma en que Dios parece operar en la Biblia, y sus aprensiones pueden ser compartidas por muchos. Thomas Paine comenta: “Hay asuntos en la Biblia, que se dice que se hacen por el mandamiento expreso de Dios, que son impactantes para la humanidad y para cada idea que tenemos de la justicia moral”. Entonces existe claramente la necesidad de interpretación, especialmente para entender por qué Dios dice o hace algo. A Dios se le atribuye mucha muerte y destrucción. Si se ve a Dios como verdaderamente responsable de tales acciones, entonces no es sorprendente que pueda ser visto como el peor tirano de la historia.
Por lo tanto, surge la pregunta sobre la responsabilidad de Dios y qué relación tiene con las acciones de los seres humanos. Sin embargo, es importante recordar algunas precauciones. El hecho de que un evento esté registrado en la Biblia no significa que este sea un ejemplo a seguir, por ejemplo. Ni cada palabra hablada, ni siquiera por los supuestos seguidores de Dios, debe entenderse como la voluntad e intención de Dios. En muchos casos no hay comentarios y el lector tiene que entender lo que está bien y lo que está mal, y qué lecciones hay que aprender. Es por eso que debemos tener cuidado con nuestra interpretación, y cómo decidimos exactamente qué acciones de Dios reflejan su verdadero carácter y cuáles son sus reacciones ante una situación específica que puede estar muy lejos de lo que él realmente querría. Todo hace parte del desarrollo de La Gran De modo que cuando a la Biblia se le llama la “palabra de Dios”, es necesario verla en este contexto: que Dios simplemente presenta toda la evidencia y nos invita a tomar una decisión sobre lo que significa y qué lecciones hay que aprender. Lejos de ser un libro de reglas y declaraciones rígidas, la Biblia cuenta la historia de la humanidad caída en su contexto completo. Cuenta la historia de nosotros como nosotros mismos, falibles y frágiles, obstinados y miserables, egocéntricos y condenados. No esconde fallas, no disculpa fallas y, como un libro de medicina, ilustra la enfermedad y al mismo tiempo proporciona la cura. La alternativa sería un libro de tópicos piadosos o declaraciones preposicionales indiscutibles que tienen que ser aceptadas sin cuestionamientos. Pero el Dios cuya palabra es la Biblia nos dice mucho más, no solo explicando la salvación sino también de qué necesitamos ser salvados. El libro no es solo la
respuesta a qué, cuándo y dónde, sino cómo y por qué.
Comentarios de Elena de White
Aquellos a quienes el Señor se dirigió se consideraban como disfrutando de una posición
enaltecida por encima de todos los demás pueblos. Sólo a ellos, presumían con orgullo, les
habían sido confiados los oráculos divinos. La tierra languidecía expectante por un maestro
enviado por Dios; sin embargo, cuando él llegó en la forma como lo habían anunciado los
oráculos vivientes, los sacerdotes y los instructores del pueblo no pudieron discernir en él al
Salvador, ni pudieron comprender la forma de su venida. Después de perder la costumbre de
aceptar la Palabra de Dios exactamente como se lee, o de permitirle ser su propio intérprete, la
leyeron a la luz de sus máximas y tradiciones. Por tanto tiempo habían descuidado el estudio y la
contemplación de la Biblia que sus páginas habían llegado a ser un misterio para ellos. Con
aversión le dieron la espalda a la verdad de Dios para volverse a las tradiciones humanas.{El
Cristo Triunfante, p. 228}
Cuando escudriñe las Escrituras con el ferviente deseo de aprender la verdad, Dios
impartirá su Espíritu a su corazón e impresionará su mente con la luz de su Palabra. La Biblia es
su propio intérprete, pues un pasaje explica otro. Comparando los textos que se refieren a los
mismos temas, verá usted una belleza y una armonía que nunca soñó. No hay otro libro cuya
lectura fortalezca, amplíe, eleve y ennoblezca la mente como la lectura del Libro de los libros. Su
estudio imparte nuevo vigor a la mente, que así es puesta en contacto con temas que requieren
reflexión fervorosa y es impulsada a orar a Dios para poder comprender las verdades reveladas.
Si se deja que la mente trate temas comunes en vez de problemas difíciles y profundos, se
estrechará hasta el nivel de los asuntos que contemple y perderá finalmente su poder de
expansión {Testimonios para la Iglesia, p. 490}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2020
Traducción: Shelly Barrios De Ávila