Jonathan Gallagher Lección 2 El restablecimiento del señorío (3T 2016—La Iglesia en la Comunidad)

El restablecimiento del señorío (3T 2016—La Iglesia en la Comunidad)

Textos bíblicos: Génesis 1:26–28, Salmos 8:3–8, Génesis 2:15, Romanos 8:20–22,
Éxodo 20:1–17, Romanos 1:25, 2 Tesalonicenses 3:10.

Citas
• Fueron Descartes y Bacon, y no el autor del Génesis, quienes propagaron la idea de que el hombre puede hacer lo que quiera con la naturaleza y seguir impune. E. Ashby
• Aunque me reconozco como creación de Dios, también me encuentro obligado a entender y recordar que todos y todo lo demás también son creación de Dios. Maya Angelou
• El medio ambiente seguirá deteriorándose hasta que abandonemos las prácticas de contaminación. Necesitamos hacer grandes cambios en la conducta humana. B. F. Skinner
• La humanidad fue creada a imagen de Dios, y así representar a Dios como sus mayordomos, para gobernar el medio ambiente de una manera fiel y productiva…

La crisis económica tiene su raíz en la avaricia de la humanidad y en su negativa a practicar una correcta y fiel mayordomía dentro de los márgenes divinos de la creación. Declaración de los Adventistas del Séptimo Día sobre el Medio Ambiente.

Para debatir
¿Cómo entendemos nuestro “señorío” sobre la tierra? ¿Cómo mostramos nuestro respeto y cuidado por la creación de Dios como iglesia? ¿Qué hacemos como creacionistas para participar de las glorias de la creación de Dios? ¿Cómo encaja esto en el mensaje del evangelio? ¿Qué podemos decir de la idea de que como el mundo será creado nuevamente, no necesitamos preocuparnos por el daño que le hacemos?

Resumen bíblico
No solo fuimos hechos a imagen de Dios sino que se nos dio señorío (mayordomía) sobre este mundo creado (Génesis 1:26–28). Adán debía trabajar en el Jardín del Edén y cuidar de él (Génesis 2:15). Aunque fuimos hechos un poco menores que los ángeles, Dios nos hizo gobernantes de este mundo (Salmos 8:3–8). Pablo describe muy bien la situación: “Porque Dios permitió que fuera frustrado el propósito de la creación. 21Pero la creación misma mantiene la esperanza puesta en ese momento en que será liberada de la esclavitud de la degradación y participará de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22Sabemos que toda la creación clama con anhelo, sufriendo dolores de parto hasta hoy” Romanos 8:20–22 FBV. En Éxodo 20:1–17 se registran los Diez Mandamientos. Lamentablemente los que rechazan a Dios “Cambiaron la verdad de Dios por una mentira, adorando y sirviendo criaturas en lugar del Creador” Romanos 1:25 FBV. Trabajamos para comer (2 Tesalonicenses 3:10), que es parte de nuestro papel
actual en este mundo.

Comentario
Cuando Dios terminó la creación de este mundo, expresó que era “buena en gran manera.” Pero los problemas comenzaron con la Caída, cuando comenzamos a explotar el mundo que Dios había puesto en nuestras manos. Talamos y quemamos los bosques. Lanzamos químicos tóxicos en los océanos. Vertimos aceite allí y luego nos sorprendemos por los resultados, matando aves, la vida marina, incluso el plancton que produce gran parte del oxígeno que necesitamos para respirar. Los huecos en la capa de ozono. La contaminación de los motores es asfixiante. Los cambios climáticos a causa de los gases de invernadero. Los desiertos se extienden cada vez más, y los casquetes glaciares se están derritiendo. ¡Y así continua el catálogo de desastres naturales, que realmente son innaturales! Dios le dijo a los recién creados seres inteligentes que sojuzgaran la tierra y que tuvieran dominio sobre todo ser viviente. (Génesis 1:28). “¡Genial!” dirán algunos. “Señorear. Eso quiere decir que podemos hacer lo que nos plazca. Dios puso todo en nuestras manos, así que podemos hacer uso—y abuso—de cualquier planta o animal, de
cualquier ave o bestia para cualquier propósito que se nos ocurra.” ¡No! y Dios llora sobre su mundo destruido y devastado, explotado por los que fuimos creados como los seres más inteligentes de la tierra a fin de cuidar y salvaguardar su precioso planeta. Dios nos dio la responsabilidad y pidió nuestro compromiso. Y este
compromiso era el de cuidar la tierra que Dios nos confió. (Génesis 2:15) ¿Y cómo hemos retribuido la confianza que Dios puso sobre nosotros? Cuando los primeros humanos rechazaron a Dios por creer en el explotador, entonces la tierra cayó sobre la maldición de la maldad humana. “Maldita la tierra por tu causa,” dijo Dios en Génesis 3:17. Los mismos cuidadores del mundo habían faltado a la fe del Hacedor, y por causa de ello todo el planeta sufre, no por la venganza de Dios, sino como resultado del mal que quebranta los hilos que hay en el centro mismo de la red de la vida.
El resultado de rechazar a Dios es un rechazo a su creación. En el centro de la rebelión se halla un espíritu de egoísmo, y es precisamente de eso que se trata el mal. En el centro de la contaminación, de la destrucción de hábitats, agotamiento de los recursos, se encuentra el mismo espíritu de egoísmo que dice: “Quiero esto. No me importan los resultados. Yo primero, yo segundo, y yo de último.” Así es como anda por ahí la gente que deja a Dios por fuera de la ecuación. El resultado: un planeta lleno de gente que usa y abusa de todo y todos, hacen lo que quieren y solo piensan en sí mismos. Una crisis de fe quebrantada. Una crisis ecológica. Una crisis espiritual.
Sin embargo, el Dios que hizo el mundo no se irá y abandonará el mundo a su suerte. Si, el mundo es ahora un desastre. Sí, lo hemos destruido. Si, por nuestro egoísmo estamos demostrando que somos unos rebeldes en el universo de Dios, y no estamos aptos para seguir siendo mayordomos de su creación. Pero como un padre que observa a su hijo que está a punto de dejar caer un costoso jarrón, Dios no nos dejará hacerlo. No del todo. Finalmente no lo permitirá. Pero mientras tanto nuestro papel es mostrar nuestra reverencia por Dios, cuidando de su creación.

Comentarios de Elena de White
A los moradores del Edén se les encomendó el cuidado del huerto, para que lo labraran y lo guardasen. Su ocupación no era cansadora, sino agradable y vigorizadora. Dios dio el trabajo como una bendición con que el hombre ocupara su mente, fortaleciera su cuerpo y desarrollara sus facultades. En la actividad mental y física, Adán encontró uno de los placeres más elevados de su santa existencia… La santa pareja eran no sólo hijos bajo el cuidado paternal de Dios, sino también estudiantes que recibían instrucción del omnisciente Creador… El orden y la armonía de la creación les hablaban de una sabiduría y un poder infinitos. Continuamente descubrían algo nuevo que llenaba su
corazón del más profundo amor, y les arrancaba nuevas expresiones de gratitud. {Reflejando a Jesús, p. 158}.
Demasiado a menudo las mentes de los estudiantes están ocupadas por las teorías y especulaciones humanas, falsamente llamadas ciencia y filosofía. Necesitan ponerse en íntimo contacto con la naturaleza. Aprendan ellos que la creación y el cristianismo tienen un solo Dios. Sean enseñados a ver la armonía de lo natural con lo espiritual. Conviértase todo lo que ven sus ojos y tocan sus manos en una lección para la edificación del carácter.
Así las facultades mentales serán fortalecidas, desarrollado el carácter, y ennoblecida la vida toda. {Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 14}

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2016
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

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