Jonathan Gallagher Lección 13 “El descanso supremo” 3cer Trimestre del 2021

3. El descanso supremo (3T 2021—Descanso en Cristo)

Textos bíblicos: Apocalipsis 1:9–19; Mateo 24:4–8, 23–31; Apocalipsis 14:6–12; Hebreos 11:13–16; Filipenses 4:4–6; 1 Cor. 2:9.

Citas

Silencio

Atrapado en el silencio de mi vida, me dirijo a ti, mi Dios. Ansioso y temeroso, sin saber ninguna de las respuestas. Las preguntas surgen para atacarme: De día en día vivo mi vida sin vida… Preguntándome, preguntándome si… sí… O si no. Dudas y temores de una mente que no ve, los pensamientos frenéticos de un hombre cuya alma atribulada busca el descanso, la paz, la tranquilidad. Ven a mí, y sé mi Dios. Quita mis preocupaciones, alivia mis heridas, Lávame, cuida de mí. Cúrame, rehazme. Calma mi inquietud, alivia mis miedos más oscuros. Y que a la luz de tu presencia me encuentre tal y como me conoces. Todavía con mis preguntas y mi desconocimiento, pero con la seguridad y la confianza que da el conocerte. Para que cuando el silencio llegue de nuevo, pueda escuchar tu voz susurrante… y descansar en tu paz eterna.
Por: Jonathan Gallagher, Waterbeach, Cambridgeshire, Inglaterra.13 de Diciembre, de1982

 

Para debatir
¿Nuestro futuro eterno es de inactividad, o el “descanso” es algo muy diferente? ¿Cuál es la mejor manera de compartir esta visión de un “país celestial”? ¿Cuál es la respuesta a la acusación de que se trata de un “castillo en el aire”? ¿Cómo podemos imaginar este futuro cuando se nos dice que nadie lo ha imaginado nunca? ¿Con qué tipo de Dios querríamos pasar la eternidad?

 

Resumen bíblico
Apocalipsis 1:9-19 es la visión dada a Juan del Hijo del Hombre en la gloria. Mateo 24:4- 8, 23-31 describe el regreso de Jesús al final. Apocalipsis 14:6-12 es el mensaje del tercer ángel. Después de detallar las muchas personas de fe, la conclusión es que “están buscando un país mejor, un país celestial”. Hebreos 11:13-16 VBL. Se nos dice que nos regocijemos y no nos preocupemos. Filipenses 4:4-6. “Nadie ha visto jamás, y nadie ha oído jamás, y nadie ha imaginado lo que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Cor. 2:9 VBL.

 

Comentario
La firme garantía dada por Jesús de que volvería es la promesa de un Salvador amoroso y cuidadoso, la promesa del cuidado continuo de Dios que se ha extendido desde la creación y que será una parte importante de la nueva creación. La segunda venida es la demostración final de la realidad del amor bondadoso de Dios, la plena expresión de su carácter, que es amor. La promesa de la segunda venida significa que Dios nos tiende la mano para ayudarnos y conducirnos a su reino celestial. En el principio, Dios. Al final, Dios. Siempre está ahí, tomando la iniciativa, compasivo y atento. “Él nos amó primero”. La venida final de Jesús es la completa seguridad de que Dios nos ama, el último acto en el drama de “Porque Dios amó al mismo de esta manera: Dio a su Hijo unigénito…” Jesús viene por segunda vez en toda su gloria como prueba majestuosa de la inmensidad del amor de Dios por nosotros, el contraste completo de su anterior venida a morir en amor para que podamos vivir. Esta es la verdad del regreso de Jesús; esto es lo que significa.
Si la venida de Jesús no es menos demostración de amor que su muerte en la cruz, no se entiende por qué algunos temen su regreso. Tal vez esta “venida al final de los días” esté demasiado sobrecargada con tonos de alguna campana que anuncia el Fin del Mundo, y la correspondiente perdición y destrucción. Si bien es cierto que en la historia de la Iglesia cristiana este énfasis en un desastre catastrófico ha forzado a veces la esperanza en el regreso del Salvador, no debemos caer en ese mismo error y mirar la venida de Cristo con miedo y temor. Dios nos creó por su naturaleza de amor, y sigue actuando para ayudar a sus seres creados, y desea restaurar esa plena comunión mediante el último acto de intervención divina: el regreso de Jesús. El amor y la compasión de Dios exigen que el abismo del pecado y la separación termine finalmente para que podamos encontrarnos con él cara a cara. Esta es verdaderamente la “bendita esperanza”.
La segunda venida está firmemente basada en la naturaleza amorosa y bondadosa de Dios mismo, que no deja lugar a dudas. La segunda venida es la plena seguridad de que Dios podrá hacer todo lo que prometió. La segunda venida es la demostración final del Dios que se preocupa, el Dios que envió a su hijo a morir para que pudiéramos vivir, y vivir en esa eterna vuelta a casa de la reunión plena. Jesús vuelve para estar con nosotros. Nosotros no podemos ir a donde él está, así que él viene a nosotros. El Dios que vino, y viene, vendrá de nuevo. Y su venida tiene el mismo propósito que las anteriores: hacer que Dios sea real para el hombre, mostrar el verdadero carácter de Dios, hacer su voluntad y salvar. El Dios que viene siempre viene a salvar, a salvar a los que le responden. Hay un libro y una película titulados “El cielo puede esperar”. Ese sentimiento expresa una actitud despectiva hacia el cielo y hacia Dios: No estar preparados para ello. Es como si se prefiriera disfrutar aquí y ahora, la vida terrenal actual. Pero, aunque estemos preparados para hacer esperar al cielo, ¿puede el cielo esperar? ¿Puede esperar el mismo Dios? ¿Y la actitud del “otro lado”? ¡La urgencia de Dios y el fuerte deseo del cielo de que respondamos ahora mismo! Mientras esperamos el descanso final, el hogar eterno con nuestro amoroso Señor, qué mejor perspectiva podemos tener si no es que el Dios que amamos quiere que vayamos a él ahora, y que tengamos esa relación con él que la muerte no puede conquistar y que dura toda la eternidad.

 

Comentarios de Elena de White
El mundo está envuelto por las tinieblas de la falsa concepción de Dios. Los hombres están perdiendo el conocimiento de su carácter, el cual ha sido mal entendido, y mal interpretado. En este tiempo, ha de proclamarse un mensaje de Dios, un mensaje que ilumine con su influencia y salve con su poder. Su carácter ha de ser dado a conocer. Sobre las tinieblas del mundo ha de resplandecer la luz de su gloria, de su bondad, su misericordia y su verdad… Los últimos rayos de luz misericordiosa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. {Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 342} Me siento animado y bendecido al contemplar la vida y la misión de Cristo en esta tierra… Él vino a mostrar al hombre el camino hacia el refugio del descanso eterno. {ManuscriptReleases, p. 298 [Traducción libre]}. La palabra de Dios es luz y verdad. La luz verdadera brilla desde Jesucristo, que “ilumina a todo hombre que viene al mundo”. Del Espíritu Santo procede el conocimiento divino. Él sabe lo que la humanidad necesita para promover la paz, la felicidad y el descanso aquí en este mundo, y asegurar el descanso eterno en el reino de Dios. {FE 437.1}

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2021
Traducido por: Shelly Barrios De Ávila

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