Como hijos de la promesa, se nos muestra…
- (Dmingo) Que Dios es nuestro “Escudo”.
- (Lunes) Quién se beneficia de la promesa mesiánica.
- (Martes) Qué significa tener la promesa mesiánica.
- (Miercoles) Qué tipo de nación recibirá al Mesías cuando venga.
- (Jueves) Como engrandece Dios nuestro nombre.
Después de analizar a Abraham la semana pasada, como individuo, ahora nos centramos en sus hijos. Dios tiene varias tareas para los hijos de la Promesa. La mayoría de ellas son bastante difíciles de cumplir en un mundo tan lleno de pecado, pero Dios ha prometido estar con nosotros y hacer que nuestras cargas sean ligeras (Mateo 11:30)
Texto de memoria: “He aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20
Qué reconfortante es recordar que el Espíritu de Jesús está siempre con nosotros. No importa las pruebas que enfrentemos, Dios nos dará la fuerza para superar nuestras dificultades, cuando le permitamos hacerse cargo de nuestras vidas.
Recordar que esta promesa es válida incluso en el fin del mundo es especialmente significativo. Jesús les dijo a sus discípulos en Mateo 24 lo difíciles que serían esos últimos días. Siempre que sintamos que estamos al final de nuestra cuerda, Jesús sigue sosteniendo esa cuerda. Nuestro rescate de este mundo moribundo está garantizado, no importa cuán desesperada sea nuestra situación actual.
A Abraham se le prometió una tierra de herencia, Canaán. Pero a nosotros se nos promete una herencia aún mejor, la Nueva Canaán. La Nueva Jerusalén, cuyo constructor y artífice es Dios, es la ciudad que ahora anhelamos. Al igual que Abraham, no somos más que peregrinos errantes aquí en la tierra. Nuestro verdadero hogar está en el cielo con nuestro Dios Creador. Véase Hebreos 11:8-10, 13.
