La restauración final o el renacimiento de la tierra se examinó considerando estas cuestiones:
- Domingo: ¿Qué quiere hacer Dios en última instancia por los redimidos? (Isaías 65)
- Lunes: ¿Cómo se revela Dios y nos atrae hacia Él? (Isaías 66:1-19)
- Martes: ¿Cómo utiliza Dios a su pueblo para el alcance misionero? (Isaías 66:19-21)
- Miércoles: ¿Cómo establece Dios su “nuevo orden mundial”? (Isaías 66:21)
- Jueves: ¿Cómo imagina Dios nuestra futura adoración a él en la nueva tierra? (Isaías 66:22-24)
A todo el mundo le gusta el final feliz de una historia. Isaías no nos decepciona. Sus últimos capítulos están dedicados al final feliz de nuestro planeta. Naturalmente, los israelitas de la época estaban contentos por su oportunidad de reconstruir Jerusalén y su templo, tras su largo cautiverio en Babilonia. Pero Isaías nos da una visión de una futura restauración que abarcará todo el universo y durará toda la eternidad.
Isaías 65 y 66 proporcionan promesas intrigantes que otros profetas han compartido. Juan el Revelador y otros nos dan imágenes esperanzadoras similares de este tiempo tan esperado en el que el Reino celestial de Dios se establecerá en la tierra y el universo estará eternamente a salvo del pecado.
No sólo será evidente la misericordia, sino que la justicia de Dios se realizará plenamente cuando llegue ese momento. Todos adorarán al Creador y lo reconocerán por lo que realmente es. Los intentos de Satanás de estropear el carácter de Dios serán totalmente eliminados cuando la tierra sea restaurada a su gloria original.
