Una cosa que la mayor parte de la gente comprende es que los que son capaces de perdonar daños hechos a ellos son capaces de seguir con su vida y sanar de la agonía del pasado. Los que no pueden perdonar están anclados en el pasado y destinados a ser condenados por ello. La capacidad de perdonar marca toda la diferencia. Así, el perdón es tan vital para el que perdona como lo es para el que es perdonado.
Escuela Sabatica Universitaria Leccion 12 “Reforma: Sanar Relaciones Rotas” 21 de Septiembre
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