Estamos en un mundo mixta, mientras esperamos el retorno de Jesús, tenemos la tarea de influenciarnos o mezclarnos con el mundo, pero no dejar que el mundo se apodere o que nos contamine a nosotros, para enfrentar todo esto es mantener el sabor del sal, solo así no podremos ser contaminados o dirigido por la mundanalidad. Sin embargo este desafío al parecer estamos perdiendo el terreno. Por desgracia la contaminación está en todo el mundo, solo se ganara con la oración esta es la dura realidad, y no debes huir de ella, como el avestruz cuando está en problema lo único que hace es meter la cabeza en la arena. Entonces nos preguntamos ¿debemos ser como Jesús, humano y mezclarse con la gente pero no pecar?
Podemos ver cómo las iglesias en general están anticipando mezclándose con la sociedad, como ayudando a los pobres, socorrer a los refugiados, ayudan a los dar refugio a los que no tienen hogar, desempleados y hambrientos, a los enfermos, ayudar y apoyar a los jóvenes, presos. Realmente hay muchas cosas que hacer, y no dejar que el enemigo avance, nosotros como cristianos debemos estar en donde más necesitan, como Jesús vino al mundo por los que más necesitan y no por los que estaban santificados, así que todavía tenemos mucho que hacer por la tibieza.