La lección tambien nos trae dos situaciones muy recurrentes que fomentan los conflictos familiares. La primera es cuando tenemos nuestros defectos, pero sólo vemos los de la otra persona. Ella percibe que también somos defectuosos y también percibe que nosotros mismos no queremos resolver nuestras malas conductas. Es decir, al mirar, como está en Mateo 7: 5 para el ojo de la esposa, o ella en el ojo de su marido, ve cisco en su ojo, pero no le importa la enorme suciedad en su propio ojo. Eso está diciendo que primero debemos resolver de hecho nuestros propios problemas, sólo después ir y ayudar al cónyuge a resolver los suyos.
Es decir, sólo si estamos dispuestos a sufrir y resolver también nuestros problemas es que seremos vistos con credibilidad para ayudar a resolver los problemas de los demás miembros de la familia. Ver lo que dice el verso seleccionado: ‘Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces cuidarás de sacar el argueo del ojo de tu hermano’ (Mateo 7: 5). Quien critica sólo por criticar es siempre hipócrita, y no tiene claridad para ayudar al otro que tiene sus problemas, o al menos su ayuda no será aceptada. Al final, ella misma está en situación, tal vez, peor. Necesita ayuda de la misma forma, pero no admite.