Jonathan Gallagher Lección 10. “Tiempo de dificultades” 2do Trimestre del 2019

Leccion 10. Tiempos de dificultades (2T 2019—Las etapas familiares)

Textos bíblicos: Mateo 7:5; Efe 1:7; Filipenses 2:4–8; Efesios 4:26, 27; Santiago 1:19, 20; Colosenses 3:19; Mateo 7:12.

Citas
● La familia está, de todas las formas posibles, vinculada a nuestro pasado y es un puente a nuestro futuro. Alex Haley
● En cada familia se desarrolla una historia, y la historia de cada familia encarna su esperanza y su desesperación. Auguste Napier
● El lugar del padre en la familia moderna es muy pequeño, especialmente si juega el golf. Bertrand Russell
● Gobierna a tu familia como si fueses a freír peces pequeños: con mucho cuidado. Proverbio Chino
● Tus compañeros son como Dios porque quieres saber que están ahí y que aprueben tu vida, pero solo los llamas si estás en crisis o si necesitas algo. Chuck Palahniuk

Para debatir
¿De qué manera estos “pequeños tiempos de dificultades” terminan siendo tan grandes? ¿Qué aprendemos de ser parte de una familia humana? ¿Cómo se relaciona esto con nuestra vida espiritual? ¿Qué nos dicen nuestras relaciones familiares acerca de Dios? ¿De qué manera es cierto que “las familias nos enseñan de qué se trata la vida”? ¿Cuál es la base de tales relaciones? ¿Qué hay de los temas más amplios en la gran controversia?

Resumen bíblico
En Mateo 7:5 se nos aconseja no ser hipócritas. Estamos salvos y perdonados (Ef. 1: 7). Fil. 2: 4–8 nos dice que debemos tener la misma actitud que Jesús. No debemos enojarnos (Efesios 4:26, 27 y Santiago 1:19, 20). Los esposos están llamados a amar a sus esposas (Col. 3:19). Hagamos con los demás lo que queremos que hagan con nosotros (Mateo 7:12).

Comentario
En este estudio se nos enseña que debemos ser muy conscientes de la manera como nos tratamos unos a otros en las familias, y no permitir que las cosas pequeñas se conviertan en grandes argumentos. Proverbios 3 nos recuerda que Dios nos disciplina como un Padre amoroso. De hecho, no actuar cuando es necesario no es amor, sino indulgencia, y puede resultar muy perjudicial. Pero seguramente la mejor imagen que se puede traer aquí es Oseas 11, que describe la agonía de Dios por sus hijos, tratando de enseñarles y darles lo mejor, y aún así, ser rechazados una y otra vez. A medida que abordamos los problemas en nuestras familias, debemos ser conscientes de la necesidad de reglas y respeto mutuo, de amor y compromiso.

Cuando pensamos en Dios y su carácter, debemos considerar qué clase de Dios él es realmente. Él siempre está trabajando por nuestro bien, aunque como sus hijos no veamos esto. Y al igual que los niños, es posible que no seamos inmediatamente capaces de escuchar y que estemos dispuestos a escuchar, y como un padre sabio, Dios esperará y trabajará para que estemos listos, de modo que pueda ayudarnos cuando elijamos escuchar y responder. Miqueas 6: 8 nos proporciona las correcciones necesarias al legalismo por un lado y la laxitud por el otro. Porque Dios “exige”, pero este es el requisito de la relación. Aprender de nuestras relaciones familiares debería ayudarnos a aprender sobre nuestra relación con Dios y con los demás mientras buscamos demostrar la verdad de Dios al mundo. ¿Cómo vemos errores que causan problemas de mayor fondo? David es un buen ejemplo. Después de que su pecado con Betsabé se hizo conocido, perdió la autoridad moral en la nación y en la familia. Mientras pedía misericordia y perdón en los Salmos (ver Salmos 41 y 51, por ejemplo), ya no tenía voz de autoridad. Es verdad que el pecado es una enfermedad terrible del alma, y Dios es el único que puede sanarnos, pero las consecuencias permanecen.

Entonces, ¿cómo lidiamos con los problemas familiares? A veces puede parecer que los padres solo dicen: “¡Haz lo que te digo, y no hagas preguntas!” Si bien es cierto que no podemos explicarlo todo, ¿no estamos representando a Dios que nos escucha cuando intentamos explicar las cosas y obtenemos su comprensión? Por supuesto, todo depende de nuestro concepto de Dios. Si vemos a Dios como amable y atractivo, con el deseo de fomentar la confianza y la comprensión, trataremos de seguir tales métodos. Si, por otro lado, vemos a Dios como autoritario y exigente de una obediencia irreflexiva, entonces nuestra forma de criar a nuestros hijos seguirá tal enfoque. Veamos cómo incluso esas interacciones diarias con nuestros hijos dependen de nuestra vida espiritual, nuestra conexión y
comprensión del verdadero carácter de Dios.

Tratar con problemas en la familia puede ser problemático. Si bien podemos querer cumplir el mandato de Mateo 18, nuestro éxito depende seguramente de permitir la elección y la libertad, incluso con nuestros hijos. Jesús deja claro en Juan 8:31 que para ser sus discípulos debemos seguir sus enseñanzas. Y, al revisar todo lo que Jesús dijo, se hace evidente que no queremos una obediencia sin sentido, sino pensar en la aceptación y el acuerdo con sus principios. Solo así podremos ser lo que él realmente está buscando: seguidores e hijos que se identifican y viven con los valores del carácter y gobierno de Dios. De lo contrario, podemos ser siervos obedientes, pero no entendemos realmente a los amigos. El principio del amor es fundamental y, como ya lo hemos dicho anteriormente, es verdaderamente un principio y no una emoción. Las decisiones difíciles basadas en el amor y el cuidado rara vez son decisiones emocionales espontáneas, sino que son el resultado de una profunda reflexión y pensamiento sobre lo esencial del reino de Dios. Eso es lo que necesitamos compartir con nuestros hijos, ya que Dios ciertamente comparte con nosotros, sus hijos.

Comentarios de Elena de White
Decid a los pobres desalentados que se han descarriado, que no necesitan desesperar. Aunque han errado, y no han edificado un carácter recto, Dios puede devolverles el gozo, aun el gozo de su salvación. Se deleita en tomar material aparentemente sin esperanza, aquellos por quienes Satanás ha obrado, y hacerlos objeto de su gracia. Se goza en librarlos de la ira que está por caer sobre los desobedientes. Decidles que hay sanidad, limpieza para cada alma. Hay lugar para ellos en la mesa del Señor. El está esperando extenderles la bienvenida. {Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 185}

Las relaciones familiares deben ejercer una influencia santificadora. Los hogares cristianos, establecidos y dirigidos de acuerdo con el plan de Dios, contribuyen en forma admirable a la formación de un carácter cristiano. … Los padres y los hijos deben ofrecer juntos un servicio amante al Único que puede mantener puro y noble el amor humano. {El Hogar Cristiano, p. 15}
Busque cada familia al Señor en oración ferviente a fin de obtener ayuda para hacer la obra de Dios. Venzan todos los hábitos de hablar con apresuramiento y el deseo de culpar a otros. Aprendan a ser bondadosos y corteses en el hogar, a adquirir hábitos de reflexión altruista y cuidado. {El Hogar Cristiano, p. 398}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2019
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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