Escuela Sabática Texas USA Lección 10: “De la confesión a la consolación” Sabado 7 de Marzo de 2020

Daniel, en el capítulo 9 de su libro, dijo una oración intercesora. Reconoció ante Dios los pecados de la gente, la nación, los sacerdotes y sus reyes, incluido él mismo. El buen líder se identifica y se incluye con sus seguidores o con las personas que ama.

Somos seres racionales y libres. Así es como DIOS nos considera. Por lo tanto, nos escucha cuando le hablamos a DIOS. Y reconsideró lo que nos iba a hacer. Por ejemplo, supongamos que alguien que conocemos ha abandonado la iglesia y se está alejando cada vez más. Estás en el camino de la fatalidad y ese será tu futuro. Una persona, o un grupo de personas, reza por él. Por un tiempo, nada parece suceder, pero DIOS está atento y listo para actuar. Entonces, algo le sucede a esa persona, podría ser una enfermedad, un accidente o escuchar una canción o un programa de televisión. Puede ser algo bueno o algo malo. Y se forma la oportunidad para que los intercesores hablen con esa persona, y descubren que está a favor de regresar, durante mucho tiempo. Faltaba alguien para contactarla. Con algunas visitas, ella expresa el deseo de cambiar el nombre.

La intercesión es una persona, o un grupo de personas, que se alía con alguien que necesita el favor de DIOS, preguntando por esa persona. Esto demuestra que hay alguien más interesado en el bien de esa persona, por lo que DIOS se une a este grupo y actúa.

Esta es una posibilidad de oración intercesora, pero hay miles de casos, uno más hermoso que el otro. Cuando expresamos interés en otra persona y oramos por él, DIOS hace lo mismo, y el ESPÍRITU SANTO comienza a actuar por la persona, algo que nadie ve, pero es real.

Radio Adventista
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