Bosquejo de la leccion 5 “Solo la Biblia: Sola Scriptura” Sabado 2 de mayo de 2020

Bosquejo de la Leccion 5. La iglesia adventista del séptimo día surgió como un movimiento profético basado en la autoridad normativa de las Escrituras. Esto resultó en el desarrollo de un sistema doctrinal estimulado por los principios de exclusividad bíblica (Sola Scriptura) y la totalidad de la Escritura (Tota Scriptura). Este será el tema que estudiaremos en la lección de esta semana. Bienvenido al resumen de la lección de la Escuela Sabática. Estamos en la lección número cinco que tiene como título: “Solo la Biblia – Sola Scriptura” Veremos tres asuntos en la lección de esta semana: 1. Amenazas a la claridad de la biblia. 2. La autoridad de la biblia. 3. Elena G. de White y la Biblia. I. Amenazas a la claridad de la Biblia. Mencionaremos al menos dos amenazas contemporáneas a la autoridad bíblica: 1. Una primera amenaza para la correcta comprensión de la Palabra de Dios son las distorsiones hermenéuticas o las distorsiones de interpretación. Algunos intérpretes imponen estructuras tipológicas y simbolismos numerológicos artificiales en el texto, que no son sugeridos por el texto mismo. Por mas atractivo que pueda ser, cualquier interpretación artificial de las Escrituras es una negación del principio de Sola Scriptura y termina abriendo la puerta a una aceptación incontrolada de conceptos especulativos. Efesios 4:14 ” para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,” 2. Otra seria amenaza a la autoridad de la Biblia es el subjetivismo hermenéutico de los condicionadores de la Palabra. Este concepto considera como normativo solo aquello con lo que están de acuerdo, el resto queda relegado al plan cultural. En otras palabras, cualquier enseñanza bíblica que no respalde su punto de vista es neutralizada por la afirmación de que solo fue relevante para el momento en que fue escrita. Es cierto que en la Escritura existe una interrelación constante entre los principios universales y las aplicaciones temporales dentro de un contexto sociocultural dado. Pero no podemos permitir que nuestra cultura o subcultura destruya los principios universales y la voluntad soberana de Dios revelados en las Escrituras. 2 Timoteo 4: 3 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,” Todas estas formas de interpretar distorsionan la claridad de la palabra de Dios. II. La autoridad de las Escrituras La aceptación de la autoridad normativa de la Palabra de Dios es evidente en el uso equilibrado de al menos tres principios hermenéuticos básicos, o tres principios de interpretación: 1. El primero es el principio de exclusividad bíblica (Sola Scriptura). Debemos permitir que el texto mismo nos diga positivamente, lo que está diciendo. Solo así podremos superar la tentación de importar sentidos ajenos al texto sagrado. Deuteronomio 4:2 “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”. 2. Otro principio básico es el de la totalidad de la Escritura (Tota Scriptura). Incomodados por la amplitud y complejidad de la verdad bíblica, muchos estudiantes de la Palabra terminan volviéndose parciales y selectivos en sus enfoques. En realidad, casi todas las herejías y distorsiones se generan por la tendencia a reducir la amplitud de la verdad a solo uno de sus muchos aspectos. El verdadero hijo de Dios es aquel que busca vivir “de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4: 4). Y la misión misma del Espíritu Santo es guiar a los seguidores de Cristo “a toda verdad” (Juan 16:13). 3. El reconocimiento de la autoridad normativa de las Escrituras también implica la aceptación de su equilibrio temático. Incluso aceptando el contenido completo de las Escrituras, corremos el riesgo de perder el equilibrio al poner demasiado énfasis en los temas periféricos, en detrimento de los temas centrales. Algunos están tan impresionados con un tema en particular, que lo encaran en la práctica como el único mensaje digno de ser proclamado. III. Elena de White y las Escrituras. Una manifestación moderna del don profético, a través de la vida y obra de Elena G. de White, se otorgó no como un sustituto de la Biblia, sino como un filtro profético para eliminar las distorsiones hermenéuticas introducidas por las tradiciones humanas. De acuerdo con T.H. Jemison, existen tres objetivos del don profético de Elena de White: 1. Atraer la atención para la Biblia, 2. Auxiliar en la comprensión de la Biblia y 3. Ayuda a aplicar los principios bíblicos en nuestras vidas.

Radio Adventista
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