Asc. Metropolitana MX Lección 9: Jesús, el sacrificio perfecto – Sábado 26 de Febrero de 2022

El mundo antiguo estaba familiarizado con los acuerdos de pacto que implicaban la muerte de animales. En Oriente Próximo, por ejemplo, cuando se producía un intercambio de promesas entre hombres o países, a menudo se exigía la ratificación mediante el sacrificio de algún animal. Esto garantizaba la seriedad de los juramentos realizados, que la muerte se produciría si no se cumplían las promesas.

Por lo tanto, Dios utilizó esta práctica cuando hizo un pacto con Abraham. En Génesis 15:6-21 se describe una ceremonia común de animales muertos, pero, en lugar de que las dos partes del acuerdo caminaran entre los animales divididos, Dios fue el único que lo hizo. Esto demostró que se podía contar con Dios para cumplir sus promesas. Abraham debía apoyarse totalmente en Dios para que la salvación funcionara para él y su familia. Su promesa de obedecer no tenía sentido sin la promesa de Dios de hacer posible la salvación a través de la futura muerte de su propio Hijo.

La muerte de los animales en la religión hebrea se utilizaba simbólicamente para señalar la muerte sacrificial del Mesías. El rociamiento de sangre en el altar del santuario terrenal era un recordatorio constante del sacrificio necesario para asegurar nuestra salvación.

Radio Adventista
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