Dos pasajes muy finos de la Biblia proporcionan introducciones a Jesús, permitiéndonos conocer muchas de sus dignas características, incluyendo el propósito de su venida a esta tierra. Se encuentran en Hebreos 1:1-4 y 2 Corintios 4:1-6.
El escritor de Hebreos quiere que sepamos que Dios usó a Su Hijo para crear y sostener todo en el universo. Además, nos habló a través de los profetas y ahora ha heredado una posición celestial que está por encima de los ángeles, a la derecha de Dios. Es la imagen exacta de Dios, el Santo, digno de nuestra adoración y alabanza.
Pablo, al escribir a los Corintios, también usó las imágenes de la Creación para recordarnos que fue “Dios que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz” (2 Corintios 4:6). Él ha usado esta luz, en la persona de Cristo, para proporcionarnos el conocimiento de quién es el Padre. También se refirió a Él como la imagen de Dios, mostrándonos la gloria del Padre.