La primera carta de Pablo a Timoteo nos recuerda que el Espíritu dice expresamente que en los últimos días, los hombres apostatarían de la fe viva y escucharían espíritus engañosos, doctrinas demoníacas (I Tim 4.1). Pablo sabía lo que escribió porque estaba inspirado. Mira lo que surgió. Después de tantas distorsiones y falsedades sobre la Biblia, surgió la Biblia del escéptico. Ni siquiera vale la pena verlo. El escéptico dijo: ‘Llamar a la Biblia un libro sagrado o una guía moral es una afrenta a la decencia y la dignidad humana’.
Los escépticos no tienen el ESPÍRITU SANTO para guiarlos en el texto escrito por el Dios Creador. Cuando lees prácticamente encontrarás solo contradicciones, nunca salvación. Al recibir la sentencia final, ¿contra quién se quejarán? Aquellos que creyeron que la Biblia estaba equivocada porque fueron engañados, o porque se dejaron engañar, al menos podrían devastar a Babilonia, como lo es en Apocalipsis 17 y 18. Pero aquellos que no creyeron en la Biblia, al estar bajo idéntica condena, solo pueden atribuir su fracaso para ellos mismos. Sufrirán aún peor, porque la culpa de la pérdida de la vida eterna es prácticamente suya.
