El Rey está muerto. ¡Larga vida al Rey!
Isaías 6:1 habla de la muerte del Rey Uzías. Lee 2 Crónicas 26 y luego responde a esta pregunta: ¿Cuál es el significado de la muerte del Rey Uzías?
Se pueden dar diferentes perspectivas con respecto a la muerte de este rey.
Aunque el reinado de Uzías fue largo y próspero, “cuando se hizo fuerte se enorgulleció, hasta su destrucción” (2 Cron. 26:16, NRSV) e intentó ofrecer incienso en el templo. Cuando los sacerdotes le detuvieron con razón porque no estaba autorizado como descendiente de Aarón (2 Cron. 26:18), el rey se enfadó. En ese momento, cuando el rey rechazó la reprimenda, el Señor lo golpeó inmediatamente con la lepra, que tuvo “hasta el día de su muerte, y siendo leproso vivió en una casa separada, porque estaba excluido de la casa del Señor” (2 Cron. 26:21, NRSV). Qué irónico que Isaías viera una visión del Rey puro, inmortal y divino en su casa/templo en el mismo año en que murió el rey humano impuro!
Hay un contraste sorprendente entre Uzías e Isaías. Uzías alcanzó la santidad presuntuosamente, por la razón equivocada (orgullo), y en su lugar se volvió ritualmente impuro, por lo que fue cortado de la santidad. Isaías, por otro lado, permitió que la santidad de Dios lo alcanzara. Admitió humildemente su debilidad y anheló la pureza moral, que recibió (Isaías 6:5-7, NRSV). Como el recaudador de impuestos en la parábola de Jesús, se fue justificado: “Porque todos los que se ensalzan serán humillados, pero todos los que se humillan serán ensalzados” (Lucas 18:14).
Hay una sorprendente similitud entre el cuerpo leproso de Uzías y la condición moral de su pueblo: “… no hay en él solidez, sino moretones y llagas y heridas sangrantes” (Isa. 1:6, NRSV).
La muerte de Uzías, alrededor del año 740 A.C., marca una gran crisis en el liderazgo del pueblo de Dios. La muerte de cualquier gobernante absoluto hace que su país sea vulnerable durante una transición de poder. Pero Judá corría un peligro especial, porque Tiglat-Pileser III había ascendido al trono de Asiria unos años antes, en el 745 a.C., e inmediatamente emprendió el camino de la guerra que convirtió a su nación en una superpotencia invencible que amenazaba la existencia independiente de todas las naciones del Cercano Oriente. En este tiempo de crisis, Dios animó a Isaías mostrando al profeta que aún estaba en control.
Lea cuidadosamente 2 Crónicas 26:16. ¿De qué manera cada uno de nosotros se enfrenta a ese potencial para lo mismo? ¿Cómo puede la morada en la Cruz protegernos de ese escollo?
