Las cualidades de los buenos amigos deben ir más allá de ser una persona divertida para estar cerca. La gente se inclina hacia aquellos que son tolerantes, pacientes y confiables. Ese tipo de cualidades no sólo nos harán mejores amigos, sino que nos abrirán más oportunidades para ser a quienes nuestros amigos acudan en busca de consejo y apoyo.
Al ser agradables y humildes, al felicitar y animar siempre que sea apropiado, automáticamente seremos mejores testigos de Dios. Debemos estar siempre listos para traer a Jesús a la conversación y compartir lo que Dios ha hecho por nosotros, y lo que significa para nosotros.
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