El pueblo despues de leer la ley tenian que ratificar el arrepentimiento. Tenían que confirmar bien que, poco después, no volverían a caer en la tentación, ya que Satanás no dejaría de dañarlos. Temían una recaída y un nuevo cautiverio en el poder extranjero. Este Satanás tenía una gran razón para arruinar a los judíos: era que de ellos nacería Jesucristo, el que vendría a luchar contra Satanás y derrotarlo para siempre. Por esta razón, Satanás estaba muy atento para destruir a los judíos, como lo había hecho con los israelitas. De hecho, Satanás casi tuvo éxito, porque la gente llegó en el momento de Jesús, no dispuesto a aceptarlo, hasta el punto de rechazarlo y matarlo. Por lo tanto, después de la fiesta de los tabernáculos era necesario volver al ritual del arrepentimiento, a la pena por los pecados pasados, a los fracasos pasados y a tomar decisiones para interponerse en los caminos de Dios. De todos modos, Dios está perdonando, pero no debemos abusar porque podemos llegar al punto en que ya no estamos interesados en el perdón, y eso es un pecado contra el Espíritu Santo.
Escuela Sabática Texas USA Lección 7: “Nuestro Dios perdonador” Sabado 16 de Noviembre de 2019
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