La Iglesia de Antioquía tiene sus orígenes con la comunidad cristiana fundada por los apóstoles Pedro y Pablo. Posteriormente, se convirtió en uno de los cinco grandes patriarcados, parte de la Pentecostés, de la Iglesia Católica. En el tiempo de los apóstoles, aquella iglesia se hizo tan prometedora y activa que de allí Pablo salía en sus viajes misioneros, y otros misioneros también eran enviados. Hoy una Mezquitas, una iglesia católica y hasta una sinagoga conviven bien en la ciudad.
Inicialmente, en Antioquía, los judíos aceptaron el evangelio de Pablo y Bernabé, pero poco a poco algunos de ellos dejaron de aceptar y se convirtieron en opositores activos. Instigaron contra los dos misioneros gran parte de la población de la ciudad, y de las autoridades, hasta el punto de que los dos tuvieron que huir. No era simplemente irse, sino huir de prisa. En la ciudad de Iconio, donde sucedió lo mismo, buena aceptación inicial, revuelta en la secuencia, y expulsión por amenaza grave tras la incitación de las autoridades y del pueblo. Lo curioso es que así el evangelio se extendía más rápidamente…
