Leción 3 Edición Maestros. “Justicia y misericordia en el Antiguo Testamento – I” Sábado 16 de Julio 2016

Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2016

“Justicia y misericordia en el Antiguo Testamento – I”

Lección 3: Para el 16 de julio de 2016

 

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Isaías 1:13-17.

 

Enseña a tu clase a:

Saber la importancia, a los ojos de Dios, del cuidado adecuado de los marginados de la sociedad: los pobres, los huérfanos, las viudas, los inmigrantes.

Sentir empatía por aquellos en la comunidad que están luchando con circunstancias difíciles.

Hacer: Mostrar compasión similar a la de Cristo por los necesitados, demostrada no solo con palabras bondadosas, sino con un cuidado práctico.

 

 Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Para los más pequeños
    1. ¿Por qué hay en las Escrituras tantas referencias a los pobres y a los que sufren?
    2. ¿No deberíamos concentrarnos principalmente en apresurar la venida de Cristo, durante la cual acabarán todas las injusticias? ¿No sería mejor ocupar nuestro tiempo predicando el evangelio, en vez de defender a los pobres y marginados, y trabajar a favor de ellos? ¿Estás de acuerdo con esto, o no? Explica tu respuesta.
  2. Sentir: Más bendecido.
    1. En Hechos 20:35, Pablo dice que debemos ayudar a los débiles, y cita a Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir”. ¿De qué modo es más bendecido? Describe tus sentimientos cuando ayudas a alguien que es menos afortunado que tú.
  3. Hacer: Por cuanto lo hicisteis…
    1. Jesús dijo que cuando ayudamos a los pobres y sufrientes, le estamos ayudando a él (Mat. 25:40). ¿Qué crees que ocurriría si esta semana, cuando veas a alguien necesitado, vieras a esa persona como si fuera Jesús?
    2. Busca una oportunidad de servicio en la que puedas proveer ayuda regular y práctica a alguien que está luchando, en tu comunidad.

 

 Resumen

Nunca fue la intención de Dios que los seres humanos sufrieran, ni que hubiera pobreza, soledad, dolor, quebranto. Pero confrontado con la realidad, él nos ha llamado a nosotros –sus seguidores– para cuidar a los que están marginados.

 

 CICLO DE APRENDIZAJE

Texto destacado: Isaías 1:17.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Dios tiene un lugar especial en su corazón por los marginados y los que sufren. Llama a sus seguidores a poner el cuidado de estas personas en lo alto de su agenda.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: En el libro de Isaías, los pecados mencionados repetidamente son el maltrato a las viudas, los huérfanos, los inmigrantes y los pobres. Por supuesto, Isaías habla acerca de los pecados personales de moralidad, pero la tentación para nosotros como cristianos, es concentrarnos solo en estos pecados e ignorar los sistemas que ponen a la gente en la marginalidad y los discriminan. Aprovecha la oportunidad esta semana para explorar con tu clase por qué los problemas de justicia social deberían ser importantes para nosotros como seguidores de Cristo.

Diálogo inicial: En 1909 Fernando y Ana Stahl fueron como misioneros a los Andes Peruanos. Como muchos otros misioneros adventistas, comenzaron con el probado método de vender libros de puerta en puerta. El único problema era que trabajaban entre una población 95 por ciento indígena mantenida en la ignorancia y pobreza por una aristocracia política y religiosa. La mayor parte de estas personas no sabían leer los libros que los Stahl les ofrecían.

Así que cambiaron su enfoque. Establecieron clínicas, mercados, capillas y la primera escuela coeducacional en la región. Estos les ayudaron a derribar barreras raciales, religiosas y sociales. Pronto hubo unas doscientas escuelas en la región del Lago Titicaca, a la que asistían miles de estudiantes.

El legado de los Stahl ha sido profundo. Muchos políticos, líderes religiosos y educadores no adventistas reconocen el tremendo impacto hecho por estos misioneros adventistas del séptimo día. “Frente a injusticias, sufrimiento y opresión severos”, escribe el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, “los Stahl identificaron a los más pobres de los pobres, y encarnaron el evangelio de formas que impactaron profundamente la vida espiritual, social, económica y política de la vida en el altiplano peruano” (http://lasierra.edu/campus-services/centers/stahl-center/history).

Considera: Muchas personas creen que el cristianismo tiene que ver solo con llevar gente al cielo. Aunque esto está en el centro de las buenas nuevas, no es toda la historia. Aprovecha la oportunidad de ayudar a tu clase a descubrir cuánto de la enseñanza de Jesús, y de la Escritura en general, está dedicada a nuestra responsabilidad de cuidar de los pobres y los que sufren.

Anima a tu clase a ver que el cristianismo es más que solo una fórmula para la salvación futura. También es un llamado a demostrar el amor transformador ahora mediante la responsabilidad social por los pobres y por los marginados en nuestras comunidades.

PASO 2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia

I. Rituales vacíos
(Repasa, con tu clase, Isa. 1:11-17; Jer. 6:13-15.)

Los profetas del Antiguo Testamento, como Isaías, hablaron con pasión y enojo acerca de las injusticias sociales. Pero su preocupación no era solo porque el supuesto pueblo de Dios estaba maltratando, o en el mejor de los casos, pasando por alto, a las viudas, los huérfanos y los extranjeros. Estaba especialmente molesto de que estuviera acompañado por una religiosidad falsa, ritos vacíos, e hipocresía espiritual. Es suficientemente malo el maltratar a los vulnerables, pero hacerlo en nombre de la religión es doblemente peor.

Este es un tema que corre a través de toda la Biblia. Jeremías estaba enojado de que aun los supuestos profetas y sacerdotes de Dios –de los que esperaríamos una norma de conducta más elevada– siguieran “la avaricia” y fueran “todos engañadores” (Jer. 6:13). Pero aún más perturbador para Jeremías era que ellos no mostraban ninguna vergüenza por su conducta: “No se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza” (vers. 15).

Isaías describe a un Dios que está enfermo de ritos religiosos vacíos: “Hastiado estoy de holocaustos… No me traigáis más vana ofrenda… el convocar asambleas, no lo puedo sufrir… vuestras lunas nuevas y fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma” (Isa. 1:11-14). Amós repite como un eco este tema: “Yo aborrezco sus fiestas religiosas; no me agradan sus cultos solemnes” (Amós 5:21, NVI).

En Isaías 58 encontramos que Dios estaba cansado del ayuno piadoso sin sentido. La clase de ayuno que interesaba a Dios era:

  1. Desatar las ligaduras de impiedad (Isa. 58:6).
  2. Dejar ir libres a los quebrantados (vers. 6).
  3. Alimentar a los hambrientos (vers. 7).
  4. Proveer albergue (vers. 7).
  5. Vestir al desnudo (vers. 7).

La evidencia sugiere que Isaías era parte de la aristocracia judía. Tenía amigos bien ubicados y acceso al palacio real. Pero estaba más preocupado por los marginados: los presos, los inmigrantes, los huérfanos, las viudas, los pobres. “Aprended a hacer el bien”, ruge. “Buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” (Isa. 1:17).

Muchos siglos más tarde, Jesús continuó quitando la piadosa capa superficial de religiosidad de los que ignoraban las injusticias sociales. “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!”, dijo. “Diezmáis la menta y el eneldo y el comino” (Mat. 23:23). Los fariseos eran estrictos en cumplir la letra de la ley. Diezmaban todo lo que producían sus huertas, sin duda hasta las hojas de perejil. “Y dejáis”, añadió Jesús, “lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mat. 23:23, 24).

Considera: Repetidamente los profetas del Antiguo Testamento hablaron en favor de los huérfanos, las viudas, los inmigrantes y otros miembros vulnerables de la sociedad. ¿Por qué crees que Dios estaba tan preocupado específicamente con estos grupos de personas?

¿Cuán altas están en la agenda de tu iglesia local las necesidades de estas personas?
Jesús acusó a los líderes religiosos de colar los mosquitos mientras se tragaban los camellos. ¿Puedes sugerir áreas en las que podrías estar tentado de hacer hoy lo mismo?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Algunos adventistas se ponen nerviosos cuando se habla de temas sociales. Sienten que hablar de que tengamos que salvar las “almas” de la gente, es algo menos importante que la vocación “espiritual”. Admiten la importancia de cosas tales como la salud y la obra médica, pero la ven más bien como una “cuña de entrada” para el evangelio. Aprovecha la oportunidad de explorar estos problemas a la luz del consejo bíblico de la lección de esta semana. Asegúrate de dirigir la clase alejándola de compartir solo opiniones personales, e invítalos a apoyar sus sugerencias con la Biblia.

Preguntas para reflexionar:

  1. Invita a la clase a hablar acerca de esta afirmación: “Atender las necesidades físicas de la gente no es meramente preparar el camino para el evangelio; es una parte esencial de él”.
  2. Los adventistas rechazamos la idea platónica de la separación del cuerpo y el alma humanos. ¿Qué implicaciones debe tener esto para la forma en que nos relacionamos con las necesidades físicas y espirituales de la gente? ¿Qué conexión hay entre nuestro concepto holístico de la naturaleza humana, y nuestra extensa obra educativa, médica, de libertad religiosa y humanitaria?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Anima a la clase a pensar acerca de qué actividades religiosas de la gente perturban a Dios. Deja tiempo al final de la actividad para volver el foco hacia lo positivo: qué conductas agradan a Dios.

Actividad:

Como preparación de esta actividad, escribe (o imprime) lo siguiente en trozos de papel para entregar a cada miembro de la clase:

“Tengo más que suficiente para _________________… Dejen de traer ____________! Vuestras ____________ son detestables para mí… No puedo soportar vuestras______________. Vuestras ___________ y vuestras ____________ aborrece mi alma”.

Si no tienes acceso a una computadora e impresora, puedes escribir este texto modificado en un pizarrón o un trozo grande de cartulina o papel, o sencillamente conversen sobre el tema.

Paso 1: Lean juntos Isaías 1:11 al 14.

Paso 2: Invita a la clase a considerar qué podría decir Dios acerca de este tema.

Paso 3: Dependiendo del tamaño de la clase y los materiales de que dispongas, puedes:

A. Dar una hoja en blanco a cada persona, para que llene los espacios en blanco que están en la pizarra.

B. Dividir la clase en grupos menores para que llenen juntos los espacios en blanco.

C. Analiza junto con todos las posibilidades de llenar los espacios en blanco, usando el pizarrón o papel.

Paso 4: Reúnanse como clase para analizar las respuestas que dieron los miembros.

Paso 5: Deja tiempo al final para concluir con una nota positiva, al hablar de qué conductas serían hoy agradables a Dios.

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