Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2017
“¿Quién es el hombre de Romanos 7?”
Lección 8: – Para el 25 de noviembre de 2017
El sábado enseñaré…
Saber: Entender que Pablo exige un cambio: de una identidad ley-pecado-muerte a una nueva identidad unida a Cristo.
Sentir: Deleitarse en la realidad de su unión matrimonial con Cristo y en el conocimiento de que el Espíritu obrará plenamente en esa unión.
Hacer: Llevar frutos para Dios de una manera que nunca antes era posible fuera de la unión con Cristo.
- Saber: Jesús no te compartirá
- Si la ley es santa, justa, buena y espiritual, ¿por qué Pablo sigue impulsando a sus lectores a identificarse nuevamente con Cristo en lugar de la ley?
- ¿Por qué no podemos estar casados tanto con Cristo como con la ley? ¿De qué podría tener miedo Pablo?
- Sentir: Muerte y nuevo casamiento
- ¿Qué significa “morir” a algo para que puedas “vivir” para algo (o Alguien) más?
- ¿Por qué el matrimonio es una metáfora tan apropiada de estar unido a Cristo?
- Hacer: Obediencia espiritual
- ¿Cuál es la diferencia entre servir en el régimen nuevo del Espíritu y servir en el régimen viejo de la letra (Rom. 7:6)?
- En referencia a la pregunta anterior, el contenido de esa obediencia, ¿es diferente, es el mismo o un poco de ambos?
Romanos 7 expande los contrastes de Romanos 6 pero explica más cabalmente cómo se desarrolla la lucha entre las dos experiencias (ley/pecado/muerte versus Cristo/Espíritu/obediencia/vida) en nuestra vida personal.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Por más buena que sea la ley, no ha logrado producir la obediencia y la vida correspondiente que se espera del pueblo de Dios. En cierto sentido, parecía agravar el problema del pecado. Pablo, con mucho tacto, se propone reemplazar la ley como una fuente primaria de identidad, al tiempo que la confirma y la defiende, y, en su lugar, vincula a sus lectores con su nueva identidad en Cristo. Los resultados son el Espíritu, la vida e, irónicamente, la verdadera obediencia a la ley.
PASO 1: ¡Motiva!
Solo para los maestros: Como iglesia, nos hemos hecho eco de muchas de las afirmaciones paulinas de la ley pero, a veces, hemos encontrado que la evaluación negativa de Pablo acerca de la ley es difícil de explicar. Presta atención al modo en que Pablo describe el fenómeno de la ley en Romanos 7 y guía a la clase para permitir que Pablo se explique a sí mismo.
Diálogo inicial: Si eres adventista del séptimo día, las críticas pueden llegar en forma rápida y furiosa por parte de otros cristianos, tales como: “Todavía vives bajo el antiguo pacto”; “Somos salvos por gracia, no por la ley”; “Los mandamientos fueron clavados en la cruz”; “Eres un legalista”; “Pablo dice esto y aquello”; y así sucesivamente. Entonces, ¿cómo respondemos?
Cuando los demás utilizan los comentarios negativos de Pablo sobre la ley en contra nosotros, nos vemos tentados a comenzar a sacar versículos que confirman la ley tanto de Pablo, de Juan, de Santiago o Jesús. Pero esta táctica solo confronta parte de la Biblia contra sí misma. Lo que puede dejar una impresión más duradera en nuestros oyentes es si vamos a los mismos versículos que los demás utilizan contra nosotros y luego explicamos en contexto lo que significan esos versículos. Este enfoque es especialmente importante al tratar con Romanos 6 y 7.
Preguntas para dialogar:
- Al abordar las controversias acerca de la ley, ¿por qué es más efectivo seguir los argumentos de Pablo en lugar de sacar versículos de otros libros?
- Aunque Romanos 7 efectivamente es polémico, ¿crees que fue polémico cuando lo leyeron los romanos por primera vez? ¿Por qué sí o por qué no?
PASO 2: ¡Explora!
Solo para los maestros: Romanos 7 es una expansión de Romanos 6. Por lo tanto, busca ideas paralelas que Pablo repite y expláyate. También, echa un vistazo a Romanos 8, porque muchas de las líneas del pensamiento de Pablo se unen allí y querrás asegurarte de que tus conclusiones coincidan con las de Romanos 8.
Comentario de la Biblia
I. Un funeral y un nuevo casamiento
(Repasa, con tu clase, Rom. 7:1-4.)
Pablo conecta dos metáforas, la muerte y el matrimonio, para explicar una profunda transición que ha tenido lugar como resultado de la llegada de la Era Mesiánica. La ilustración comprende a dos maridos y una esposa, pero la interpretación es conceptualmente compleja, porque el que muere (“También vosotros […] habéis muerto”) es el mismo que vuelve a casarse (“Para que seáis de otro”). Este significado contiene la idea de que el “vosotros” es la esposa casada con un marido. El otro marido es el que resucitó “de los muertos” (Rom. 6:9), es decir, Jesús. Así en síntesis, Pablo dice que tú has muerto para poder volver a casarte. En contexto, el “vosotros” que muere es el mismo que el que ha “muerto al pecado”, el “viejo hombre fue crucificado”, para que el “cuerpo del pecado” pudiera ser destruido (Rom. 6:2, 6).
Pero así como morimos con Cristo en su crucifixión, también vivimos por su resurrección (Rom. 6:4). Por lo tanto, ya se ha dicho que la misma persona puede morir, pero también vivir. Por consiguiente, ser tanto una esposa muerta como una esposa viva no es tan extraño.
Algunos han deducido erróneamente que la ley es uno de los maridos muertos. Pero la persona murió a la ley. La ley en sí no murió, sino nuestra relación con ella. En la ilustración, la ley es la influencia vinculante que retenía a la mujer con su primer marido. La muerte fue el medio por el que se rompió ese lazo con el propósito de volver a casarse con Cristo. Es una diferencia sutil pero crucial.
Entonces, ¿qué significa toda esta sutileza de matiz y cuál es el énfasis principal de Pablo? Primero, observa a quién se dirige: “Hablo con los que conocen la ley” (Rom. 7:1). Son judíos o judíos prosélitos. Su identidad, tanto étnica como religiosa, está completamente ligada a la ley de una manera difícil de concebir para los gentiles modernos (como la mayoría de nosotros) del siglo XXI.
Sin embargo, en este Hombre de Nazaret, Dios ha desplegado la mayor revelación de su justicia salvífica y, aunque la ley da testimonio de ella, esta revelación es “aparte de la ley” (Rom. 3:21).
En cierto sentido, Pablo está luchando conque “lo bueno se convierta en enemigo de lo mejor”, por así decirlo. Resultó difícil hacer que la transición de la ley como una fuente de identidad nacional (con los servicios del templo, los tipos, las señales del pacto [como la circuncisión], etc.) a una nueva identidad que gire en torno al Mesías que murió y resucitó. Pero Pablo sabe que, ahora, el pueblo de Dios está en la era mesiánica del Nuevo Testamento y la historia de Israel se ha trasladado a su último capítulo. Quiere animarlos a ir a la par de los dinámicos movimientos proféticos de Dios.
Considera: El hecho de tener presente la historia de Israel, ¿cómo nos ayuda a entender algunos de los argumentos de Pablo? Al recordar la enseñanza de Cristo sobre la ley, ¿qué clase de vida puede esperar el cristiano al estar casado con Cristo?
II. El pecado saca provecho de la ley
(Repasa, con tu clase, Rom. 7:5-14.)
Aunque no se menciona a menudo, otra razón que Pablo les da a sus lectores sobre la necesidad de “[morir] a la ley” (Rom. 7:4) es este tema planteado de que el pecado se aprovecha de la ley para sus propios fines. Observa la progresión de versículos en esta línea: “la ley se introdujo para que el pecado abundase”; “las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte”; “el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia”; “el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte”; “porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató” (Rom. 5:20; 7:5, 8, 10, 11). Pero ¿cómo podría parecer que algo tan bueno y santo como la ley (Rom. 7:12) sea cómplice del pecado y la muerte?
La respuesta está en una suposición que Pablo deja en claro en al menos tres versículos: (1) “Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte” (Rom. 7:5, énfasis añadido); (2) “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado” (Rom. 7:14, énfasis añadido); (3) “Porque Dios ha hecho lo que la ley de Moisés no pudo hacer, pues no era capaz de hacerlo debido a la debilidad humana” (Rom. 8:3, DHH, énfasis añadido).
Cuando la carne (una carne totalmente antagónica a la ley [Rom. 8:7, 8]) se enfrenta a la ley, el resultado es el pecado y la muerte, y puede parecer que la ley es la causa de ambos. Pero esta conclusión no es correcta, y Pablo enfáticamente niega que la ley sea culpable. “En ninguna manera” la ley es pecado, dice él, y “en ninguna manera” lo que es bueno produce la muerte (Rom. 7:7, 13). La culpa debe recaer completamente en la puerta del pecado; aunque la ley juega un papel en la dinámica entre el pecado y la muerte, es inocente.
Pablo anticipó que estas conexiones inesperadas entre el pecado y la ley generarían cuestionamientos. Como resultado, Romanos 7 se erige como la apologética (defensa) más fuerte de la ley en todos los escritos paulinos.
Considera, con una pregunta para dialogar: Con tus palabras, explica la dinámica de la ley, el pecado, la muerte y la carne que intervienen en Romanos 7. ¿Por qué Pablo debe defender tan vigorosamente la ley a la luz de sus propios argumentos?
PASO 3: ¡Aplica!
Solo para los maestros: Si hay una fuerte membresía legalista en tu iglesia, es esencial cambiar de identidad: pasar de las reglas a una relación con Cristo. Por otro lado, con la edad antinómica en la que vivimos, la defensa que hace Pablo de la ley también es sumamente apropiada. Conoce a tu audiencia y satisface sus necesidades en consecuencia.
Preguntas de aplicación:
- ¿Qué conexiones ven entre los dos maridos al comienzo del capítulo con la lucha interna descrita al final del capítulo?
- ¿Qué le aporta Romanos 7 al alma que se siente dominada por el pecado?
PASO 4: ¡Crea!
Solo para los maestros: Pablo no siempre es fácil de leer. Pero a menudo le gusta decir lo mismo de muchas maneras diferentes. Si no entendemos de una forma, todavía hay esperanza más adelante en sus escritos. Muestra un ejemplo de esta repetición y reafirmación en sus escritos y anima a los alumnos a perseverar en Pablo.
Actividades:
- Piensen en Romanos 7 como un comentario sobre Romanos 6 o viceversa y vean cuántos versículos pueden encontrar de un capítulo que arrojan luz sobre los versículos del otro.
- Lean Romanos 1 al 8 de una sola vez con algunos amigos y compartan qué ideas emergen al ver el panorama general, en lugar de una lectura de versículos aislados.