Lección 12 Edicion Alumnos: “Reclusión en Cesarea” Para el 22 de septiembre de 2018

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2018

“Reclusión en Cesarea”

Lección 12: – Para el 22 de septiembre de 2018

Sábado 15 de septiembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Hechos 24; 25; 26; 1 Corintios 1:23.

Para Memorizar: “¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!” (Hech. 26:29).

El traslado de Pablo a Cesarea dio comienzo a una reclusión de dos años en esa ciudad (Hech. 24:27), más precisamente en el pretorio de Herodes (Hech. 23:35), que era la residencia oficial del gobernador romano. Durante esos años, tuvo varias audiencias en las que se presentó ante dos gobernadores romanos (Félix y Festo) y un rey (Agripa II), cumpliendo así aún más el ministerio que Dios le dio (Hech. 9:15).

En todas las audiencias, Pablo siempre afirmó que era inocente, alegando que no se podían presentar pruebas contra él, como lo demostró la ausencia de testigos. De hecho, toda la narrativa pretende mostrar que Pablo no hizo nada digno de arresto y que podría ser liberado si no hubiera apelado al César (Hech. 26:32). Sin embargo, estas audiencias le ofrecieron oportunidades de testificar sobre Jesús y la gran esperanza que se encuentra en la promesa de la resurrección.

Sin embargo, fueron años de profunda ansiedad y de un tedioso encierro en el que el apóstol parece no haber recibido ningún tipo de apoyo por parte de la iglesia de Jerusalén, cuyos dirigentes todavía acariciaban el sentimiento “de que Pablo debía ser considerado en alto grado responsable por los prejuicios existentes” (HAp 323).

 

Domingo 16 de septiembre:

Ante Félix

Cinco días después del traslado de Pablo a Cesarea, un grupo de importantes dirigentes judíos (el sumo sacerdote, algunos miembros del Sanedrín y un abogado profesional llamado Tértulo) descendieron de Jerusalén y presentaron formalmente ante Félix su caso contra el apóstol (Hech. 24:1-9).

Este es el único juicio en Hechos en el que los acusadores contrataron a un abogado. En su discurso, Tértulo probó una estrategia interesante para ganarse el favor del gobernador. No era cierto que, bajo el gobierno de Félix, los judíos hubiesen disfrutado de un largo período de paz. De hecho, ningún otro gobernador había sido tan represivo y violento, y esta represión generó un enorme antagonismo entre los judíos hacia la dominación romana. Con mucho ingenio, Tértulo utilizó la política administrativa del gobernador para convencerlo de que también lograría la estabilidad política en este caso únicamente mediante una dura represión.

Entonces, pasó a presentar tres cargos específicos contra Pablo: (1) que Pablo era un agitador que constantemente fomentaba disturbios entre los judíos de todo el imperio (Hech. 24:5); (2) que era cabecilla de los nazarenos (Hech. 24:5), lo que implicaba que el cristianismo como un todo era una especie de movimiento disruptivo; y (3) que había tratado de profanar el Templo de Jerusalén (Hech. 24:6).

Lee Hechos 24:10 al 19. ¿Cómo respondió Pablo a cada una de las acusaciones?

Dos puntos adicionales planteados por Pablo resultaron devastadores para la situación de los acusadores: (1) la ausencia de los testigos asiáticos (Hech. 24:18, 19), que tenían el potencial de invalidar el juicio, y (2) el hecho de que estos judíos solo podían hablar de la audiencia de Pablo ante el Sanedrín la semana anterior (Hech. 24:20), y por consiguiente no tenían nada de qué acusarlo excepto que él creía en la resurrección de los muertos (comparar con Hech. 23:6).

Félix comprendió de inmediato el peso de los argumentos de Pablo, también porque estaba bastante familiarizado con el cristianismo, probablemente por su esposa judía, Drusila. El hecho es que decidió suspender el proceso hasta nuevo aviso (Hech. 24:22).

La respuesta de Félix (Hech. 24:24-27) revelaba mucho sobre su carácter: aplazaba, se prestaba al soborno y era oportunista. Pablo tenía pocas posibilidades de tener una audiencia justa con alguien como Félix.

Lee Hechos 24:16. Pablo dijo que siempre se esforzó por tener una “conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres”. ¿Qué significa eso? ¿Qué tendrías que cambiar tú para poder decir lo mismo?

 

Lunes 17 de septiembre:

Ante Festo

Después de dos años de retener a Pablo en prisión solo para ganarse el favor de los judíos, Félix fue reemplazado por Porcio Festo como gobernador de Judea (Hech. 24:27). Festo gobernó de 60 a 62 d.C.

Lee Hechos 25:1 al 5. ¿Cómo ayuda esto a reflejar el odio que la predicación de la verdad puede causar en aquellos que no quieren creer en ella?

Probablemente porque ya habían fracasado una vez en su intento de convencer a Félix de los cargos contra Pablo, los dirigentes no querían volver a arriesgarse. En lo que parece haber sido la primera visita de Festo a Jerusalén, le solicitaron que les hiciese el favor de cambiar de jurisdicción: querían que les devuelva a Pablo para que pudiera ser juzgado por el Sanedrín de acuerdo con la ley judía.

No obstante, la solicitud era solo un camuflaje para ocultar su verdadera intención: matar a Pablo. Aunque Festo estaba dispuesto a reabrir el caso, dijo que la audiencia tendría lugar en Cesarea, no en Jerusalén, lo que significa que Pablo sería juzgado por la ley romana.

No bien Festo regresó a Cesarea, convocó al tribunal, y los oponentes de Pablo comenzaron a presentar los cargos contra Pablo (Hech. 25:7). Esta vez, Lucas no repite las acusaciones, pero según la respuesta de Pablo (Hech. 25:8) podemos ver que eran similares a las de hacía dos años, quizá con el énfasis adicional de que, por ser un agitador, Pablo también representaba una amenaza para el imperio.

Lee Hechos 25:9 al 12. Cuando percibió que Festo podría usarlo con intenciones políticas, ¿cómo reaccionó Pablo?

Al fin y al cabo, Festo no resultó ser muy diferente de Félix con respecto a sus estrategias políticas (Hech. 24:27). Como no estaba dispuesto a perder el apoyo de los judíos tan rápidamente en su administración al declarar inocente a Pablo, pensó en concederles su pedido original: que el apóstol fuera juzgado por el Sanedrín en Jerusalén.

Sin embargo, esto no era aceptable para Pablo: bien sabía que no podía esperar que le dieran un trato justo allí, librado al capricho de sus enemigos. Por lo tanto, aprovechando sus derechos romanos, insistió en que tenía derecho a ser juzgado por un tribunal romano, y como no vislumbraba ninguna otra salida de esa situación precaria, decidió apelar al más alto ejemplo de la justicia romana, que era el propio emperador.

 

Martes 18 de septiembre:

Ante Agripa

Festo aceptó concederle el pedido a Pablo de ser enviado a Roma (Hech. 25:12). Mientras tanto, el gobernador aprovechó una visita de Estado por parte de Herodes Agripa II para consultarle sobre el caso de Pablo, en especial sobre qué tipo de información debería enviarle al emperador en su informe oficial. Festo aún no estaba muy familiarizado con los asuntos judíos, y Agripa sin duda podía ayudarlo (Hech. 26:2, 3).

Lee Hechos 25:13 al 22. ¿Qué le dijo Festo a Agripa acerca de Pablo, y cómo respondió el rey?

Agripa II, el último de los herodianos, fue a Cesarea con su hermana Berenice para saludar al nuevo gobernador.

En su descripción del caso de Pablo, Festo reveló su sorpresa de que las acusaciones en su contra no estuvieran relacionadas con ningún delito capital, ya sea político o penal. Más bien, tenían que ver con asuntos concernientes a la religión judía, en particular con un tal Jesús, que había “muerto” pero “que Pablo afirmaba estar vivo” (Hech. 25:19). Pablo ya había declarado ante el Sanedrín que estaba siendo juzgado por su creencia en la resurrección de Jesús, y ahora Festo dejó en claro que esta era realmente la verdadera cuestión.

Lee Hechos 25:23 al 27. ¿Cómo describe Lucas la ceremonia en la que Pablo compareció ante Agripa?

“Y ahora Pablo, maniatado todavía, estaba ante la compañía reunida. ¡Qué contraste se presentaba allí́! Agripa y Berenice poseían poder y jerarquía, y por eso eran favorecidos por el mundo. Pero estaban desprovistos de los rasgos de carácter que Dios estima. Eran transgresores de su ley, corrompidos de corazón y vida. Su conducta era aborrecida por el Cielo” (HAp 347).

¿Qué debiéramos aprender de esta historia sobre las apariencias externas, que pueden ser agradables a la vista humana, pero a menudo pueden ser engañosas sobre la realidad detrás de la apariencia? ¿Y qué de nosotros? ¿Cuánta diferencia hay entre las apariencias y la realidad?

 

Miércoles 19 de septiembre:

La defensa de Pablo

Con la escena dispuesta y los invitados reales sentados junto al gobernador, el prisionero fue llevado para presentar su defensa, que estaba dirigida principalmente a Agripa, dado que Festo ya lo había escuchado antes (Hech. 25:8-11).

Lee Hechos 26:1 al 23. ¿Qué hizo Pablo en su discurso ante Agripa?

El discurso de Pablo en realidad fue un informe autobiográfico de su vida antes y después de su conversión. En términos de contenido, nos recuerda al de Hechos 22:1 al 21, que pronunció ante la multitud en Jerusalén.

El apóstol comenzó tratando de asegurarse el favor de Agripa. Reconoció su gratitud por la oportunidad de exponer su caso ante una persona tan eminente, especialmente porque Agripa estaba familiarizado con todas las costumbres y cuestiones relacionadas con la religión judía. Por esa razón, Agripa podría ser muy útil para ayudar al gobernador romano a entender que las acusaciones presentadas contra él no tenían ningún mérito y eran falsas.

El discurso se puede dividir en tres partes. En la primera parte (Hech. 26:4-11), Pablo describió su antigua piedad farisaica, que era ampliamente conocida entre sus contemporáneos de Jerusalén. Como fariseo, creía en la resurrección de los muertos, que era esencial para el cumplimiento de la esperanza ancestral de Israel. Por consiguiente, los judíos se contradecían al oponerse a su enseñanza, porque no había nada en ella que no fuera fundamentalmente judía. Pero él comprendía muy bien esa actitud porque a él mismo le resultaba tan inverosímil que Dios pudiera haber resucitado a Jesús, que hasta persiguió a los que creían en esto.

En la segunda parte (Hech. 26:12-18), Pablo informó de qué modo había cambiado su perspectiva desde su encuentro con Jesús camino a Damasco y el llamado que recibió para llevar el mensaje del evangelio a los gentiles.

Finalmente, Pablo dice que el impacto de lo que vio (Hech. 26:19-23) fue tal que no tuvo más remedio que obedecer y cumplir con su actividad misionera, la única razón por la que ahora estaba siendo juzgado. Por ende, el verdadero problema detrás de su arresto no era que hubiese violado la ley judía ni profanado el Templo. Más bien era debido a su mensaje sobre la muerte y resurrección de Jesús, que estaba en plena armonía con las Escrituras y permitía que los creyentes gentiles tuviesen igual participación en la salvación.

Lee Hechos 26:18. Según ese texto, ¿qué ocurre con aquellos que tienen salvación en Cristo? ¿Cómo viviste esta realidad?

 

Jueves 20 de septiembre:

Pablo ante los dirigentes

Aunque Pablo le estaba hablando a Agripa, Festo fue el primero en reaccionar, como vemos en Hechos 26:24. Festo no habría tenido ningún problema si Pablo hubiera hablado de la inmortalidad del alma, pero incluso los antiguos grecorromanos sabían que ambos conceptos, la inmortalidad y la resurrección, no congeniaban. Por lo tanto, conservaban el primero y rechazaban el último. Esta es la razón por la que Pablo en otra parte dice que el evangelio era una necedad para los gentiles (1 Cor. 1:23).

Con mucho respeto, Pablo defendió la cordura de sus ideas y recurrió a Agripa, un judío que no solo podía entenderlo sino que también podía confirmar que lo que estaba diciendo concordaba con los profetas hebreos (Hech. 26:25, 26).

Lee Hechos 26:27 y 28. ¿Cuál fue la respuesta de Agripa a la apremiante pregunta de Pablo?

La pregunta de Pablo puso a Agripa en aprietos. Como judío, nunca negaría su creencia en las Escrituras; por otro lado, si daba una respuesta afirmativa, no habría otra opción más que aceptar a Jesús como el Mesías. Su respuesta fue una forma inteligente de escapar de la trampa lógica en la que estaba: “¿Acaso piensas que puedes persuadirme para que me convierta en cristiano en tan poco tiempo?” (Hech. 26:28, NTV). Una traducción mejor del griego es la tradicional: “Por poco me persuades a ser cristiano” (RVR).

La contestación de Pablo revela un impresionante nivel de compromiso con el evangelio: “¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!” (Hech. 26:29). En sus últimas palabras en aquella audiencia, el apóstol no suplicó quedar en libertad, como lo estaban quienes lo escuchaban. Al contrario, deseaba que ellos fuesen como él, a excepción de las cadenas de sus brazos. El celo misionero de Pablo superaba ampliamente su preocupación por su propia seguridad.

Lee Hechos 26:30 al 32. ¿Cómo expresó Agripa su convicción de que Pablo era inocente?

Festo necesitaba la ayuda de Agripa solo para completar el informe (Hech. 25:25-27). La apelación de Pablo al César ya había sido formalmente otorgada (Hech. 25:12). El prisionero ya no estaba bajo la jurisdicción del gobernador.

Lee Hechos 26:24 al 28. ¿A qué apeló Pablo finalmente, y qué debiera decirnos esto sobre cuál debiera ser siempre nuestra autoridad final en materia de fe?

 

Viernes 21 de septiembre

Para Estudiar y Meditar:

“Al oír estas palabras, ¿recordó Agripa la historia de su familia y sus estériles esfuerzos contra Aquel a quien Pablo estaba predicando? ¿Pensó en su bisabuelo Herodes y en la matanza de los niños inocentes de Belén? ¿Pensó en su tío-abuelo Antipas y en el asesinato de Juan el Bautista? ¿Pensó en su propio padre Agripa I, y en el martirio del apóstol Jacobo? ¿Vio en los desastres que rápidamente sobrevinieron a esos reyes una demostración del desagrado de Dios debido a sus crímenes contra sus siervos? La pompa y el boato de ese día, ¿recordaron a Agripa el tiempo cuando su propio padre, un monarca más poderoso que él, estuvo en esa misma ciudad ataviado con un ropaje brillante, mientras el pueblo clamaba que él era un dios? ¿Se había olvidado de cómo, aun antes de que se acallaran los gritos de admiración, un castigo rápido y terrible había sobrevenido al vanaglorioso rey? Algo de todo esto cruzó rápidamente por la memoria de Agripa. Pero su vanidad fue halagada por la brillante escena que se desplegaba ante él, y el orgullo y la vanidad desterraron todos los pensamientos más nobles”.–“Comentarios de Elena G. de White”, Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 1066, 1067.

Preguntas para Dialogar:

  1. En clase, analicen la decisión de Pablo de apelar al César. ¿Fue correcta esta decisión (comparar con Hech. 25:25; 26:31, 32)? ¿Hasta qué punto podemos legítimamente tomar decisiones estratégicas para protegernos en lugar de confiar por completo en el cuidado de Dios?
  2. Piensa en la declaración de Pablo a Agripa: “Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial” (Hech. 26:19). ¿Qué nos dice esto sobre Pablo? ¿Cuán fieles somos a nuestra vocación misionera como cristianos (1 Ped. 2:9, 10)?
  3. Pablo tenía pasión por la gente (no por los números, sino por las personas). En su audiencia final en Cesarea, les dijo a los oyentes que el deseo de su corazón era que todos ellos fueran como él; es decir, que fueran salvos por la gracia de Dios (Hech. 26:29). Su deseo de libertad o justicia no superaba su deseo de que ellos experimentaran la salvación de Dios. ¿Qué podemos aprender de este ejemplo? ¿Cuánto estamos dispuestos a sacrificar por la propagación del evangelio?
  4. Agripa tuvo la oportunidad de escuchar el evangelio directamente de la boca de Pablo. Y sin embargo, lo rechazó. ¿Cómo podemos estar atentos para no perdernos las grandes oportunidades cuando se nos presentan? Es decir, ¿cómo podemos estar espiritualmente sintonizados con las realidades que nos rodean?
Radio Adventista
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