Lección 12 Edicion Adultos. “Ministerio urbano en el tiempo del fin” Sábado 17 de septiembre 2016

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2016

 “Ministerio urbano en el tiempo del fin”

Lección 12: Para el 17 de septiembre de 2016

 

Sábado 10 de septiembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Hechos 18:1-28; Éxodo 2:23-25; Mateo 13:3-9, 18-23; Juan 15:12, 13; 2 Pedro 3:9.

Para Memorizar: “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (Jer. 29:7).

Los mensajes de los tres ángeles deben ser predicados a “toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14:6). De este modo, dondequiera que viva la gente el mensaje tiene que llegar a ella. Y como tantos viven ahora en ciudades, a las ciudades tenemos que ir.

En realidad, la urgencia por la obra en las ciudades se intensificó en 2007, cuando los expertos en estadística de las Naciones Unidas declararon que por primera vez en la historia, la mayoría de la población del mundo vive en áreas metropolitanas. Hoy, el ministerio urbano ha llegado a ser el problema central para la misión de nuestra iglesia.

En muchas naciones, la tarea de extender el evangelio se ha logrado más en los pueblos pequeños y las regiones rurales, que en las ciudades. Las encuestas han mostrado que en algunos de los complejos urbanos principales la mayoría de la gente nunca oyó hablar de la iglesia adventista del séptimo día, y no saben nada de los “mensajes de los tres ángeles”.

Por eso, es claro que para alcanzar al mundo, tenemos que extendernos hacia las ciudades.

 

Domingo 11 de septiembre:

La naturaleza de las ciudades

Las ciudades reúnen muchas culturas, grupos étnicos, lenguas y religiones diferentes. Tradicionalmente, cada grupo tenía su “barrio” o territorio definido. Crecientemente, toda clase de gente vive al lado de los otros en todas las regiones metropolitanas. Esta realidad multicultural crea riesgos y complejidades, pero también provee grandes oportunidades para el evangelio. Hay mayor tolerancia a las ideas nuevas, una mayor disposición a escuchar acerca de religiones nuevas, como las que a menudo existen en los ambientes culturales tradicionales fuera de las ciudades. La ciudad puede proveer acceso a muchas personas que de otro modo podrían nunca haberse encontrado cerca del mensaje adventista del séptimo día.

Lee Hechos 18:1 al 28 para ver un ejemplo del modo en que Pablo realizó la plantación de iglesias en las ciudades. ¿Qué puntos podemos aprender de lo que él hizo allí?

En estos centros urbanos, había un mosaico de muchas lenguas, culturas y grupos étnicos, así como los tienen hoy las ciudades. Pablo encontró tipos específicos de personas con las que se conectó. Encontró personas que compartían sus conexiones con la fe judía, la ciudadanía romana, y la tarea de fabricar tiendas en lo que él estaba capacitado. Él usó estas habilidades para sostenerse a sí mismo. Vivía en la casa de alguna pareja que llegaba a ser creyente y evangelistas. Enseñaba en la sinagoga hasta que era expulsado de ella, y luego comenzaba un hogar-iglesia en la casa de un creyente. Adiestraba y actuaba como mentor de suficientes creyentes nuevos de modo que cuando él se fuera, podía designar personas para dirigir el grupo.

Es claro que Pablo comprendía el contexto multicultural y de diversas creencias de las ciudades, y trabajaba en él (ver también 1 Cor. 9:20-23). Él sabía cómo adaptarse al ambiente que lo rodeaba, y aprendió a presentar la verdad a fin de atender a las necesidades de aquellos que estaba procurando alcanzar.

¿De qué manera podemos, como individuos y como iglesia local, estar mejor equipados para mezclarnos con nuestras comunidades de modo que podamos alcanzarlas?

 

Lunes 12 de septiembre:

Escuchar las quejas

Mientras Cristo avanzaba por Jerusalén, Capernaum y otras ciudades de su tiempo, los enfermos, minusválidos y pobres se agolpaban su alrededor. Su corazón sufría por el sufrimiento de la humanidad.

En la ciudad, hay de todo: más personas, más edificios, más tránsito, y más problemas. Esto presenta un desafío para las iglesias. Los que comparten el evangelio no pueden ignorar las enormes necesidades humanas que los rodean, y concentrarse solo en el mensaje, porque eso desacreditaría el mensaje. Si nuestras acciones no demuestran la compasión, la gracia y la esperanza de la que hablamos, entonces lo que hablemos no tendrá poder. Será como una voz más compite por los oídos de las masas.

Lee Éxodo 2:23 al 25; 6:5; Salmos 12:5; Romanos 8:22; y Job 24:12. ¿Cuál es el mensaje para nosotros en estos textos?

Nuestro mundo es un lugar de dolor. Se queja bajo el peso y el sufrimiento del pecado. Ninguno de nosotros escapa de esta realidad.

Este dolor también ofrece grandes oportunidades para testificar. Sin embargo, también tenemos que ser cuidadosos en esto. Cuando los que no son sus miembros perciben una iglesia en términos de cuán buenos vecinos son, es importante notar la diferencia entre eventos únicos en la comunidad y un servicio continuado que realmente atiende necesidades. Para la gente de una comunidad, hay una diferencia entre una iglesia que entrega alimentos a familias una vez por año y una iglesia adventista como la siguiente:

¿Qué hace esta iglesia? Se reúne en un centro comunitario que funciona diariamente. La gente puede ir allá cualquier mañana y conseguir un desayuno caliente. Y esa iglesia no es siquiera grande. Tiene unos setenta y cinco miembros, pero están completamente comprometidos en atender las necesidades de sus vecinos en ese sector urbano. Esta es una gran tarea, que exige dedicación y un sentido de obligación para ayudar a los necesitados.

Imagina el impacto sobre nuestras comunidades si todas nuestras iglesias estuvieran haciendo algo para responder a las quejas que se oyen en nuestros vecindarios.

 

Martes 13 de septiembre:

Sembrar y cosechar en las ciudades

Lee Mateo 13:3 al 9, y 18 al 23. ¿De qué forma podemos tomar lo que enseña esta historia para ayudarnos a ministrar y testificar a nuestras comunidades, incluyendo las ciudades?

Esta parábola es, en realidad, más importante en el ministerio urbano que en áreas rurales, porque las áreas urbanas tienen una mayor variedad de “suelos”. Por eso es un desafío mayor realizar campañas evangelizadoras en las ciudades.

Las diferentes condiciones de los suelos producen diferentes resultados. Esto sugiere la necesidad de estudiar esas condiciones antes de iniciar actividades evangelizadoras. Si después de estudiar el “suelo” de la comunidad, tu iglesia descubre que tienen poco “buen suelo”, deben hacer planes para mejorar ese suelo, ablandando los caminos endurecidos, eliminando las rocas, y arrancando los espinos. Para que la evangelización tenga éxito, la iglesia tiene que trabajar antes, preparando el suelo. Esto puede aumentar la efectividad de esta tarea evangelizadora.

En 1 Corintios 12, Romanos 12 y Efesios 4, las Escrituras enseñan sobre los dones espirituales. Hay multiplicidad de dones, pero una misión sola. La parábola acerca de las condiciones del suelo y la siembra de la semilla demuestran claramente la necesidad que diferentes dones participen en alcanzar las ciudades. En las grandes ciudades, “hay que llevar a personas que posean los dones más variados”, escribió Elena de White. “Deben introducirse nuevos métodos. El pueblo de Dios debe despertar a las necesidades del tiempo en que vivimos” (Ev 56). Con percepción divina, ella vio lo que se necesita para ser efectivo en el ministerio urbano. Hoy es necesario tener una variedad amplia de enfoques y dones que trabajen dentro de una estrategia multifacética. Una sola campaña o un proyecto grande no lograrán mucho, a largo plazo. La estructura compleja de la ciudad absorbe tales programas, y en pocas semanas no queda ni rastro de ese impacto. Se necesita hacer más de antemano.

Piensa en aquellos a quienes tratas de testificar. ¿En qué clase de suelo se encuentran? ¿Qué puedes hacer para preparar mejor el suelo?

 

Miércoles 14 de septiembre:

Hazlo personal

Lee Juan 15:12, 13; Santiago 1:27; y Gálatas 6:2. Juntos, ¿qué nos dicen que es necesario hacer para alcanzar a otros?

Por causa del gran tamaño de las poblaciones urbanas, es fácil olvidar que la fe es personal. El resultado final de alcanzar las ciudades u otros lugares, es personas que encuentran una relación personal con Cristo. La investigación ha mostrado que la gran mayoría de los conversos a la iglesia adventista dicen que se unieron por tener una relación con un adventista que conocían. El alcanzar a otros, involucra la muerte al yo y estar dispuesto a trabajar para el bien de otros.

Arar la tierra, plantar las semillas, nutrir las plantas hasta la cosecha, y conservar la cosecha, resultan mejor si hay una sólida relación. Necesitamos aprender cómo hacernos amigos de la gente, cómo escucharlos, cómo amarlos. Estos elementos son esenciales en el trabajo de extensión, pero más en el ministerio urbano, en el que los individuos se sienten perdidos y creen que nadie se interesa en ellos entre tanta población.

Los ministerios urbanos con grupos pequeños podrían tomar la forma de “hogares-iglesia” como existían en tiempos del Nuevo Testamento (Hech. 2:46), o pueden ser grupos pequeños dentro de una congregación más grande. Siempre que haya un vecindario que no tenga una iglesia local, pero donde hay tres o más adventistas, debe organizarse un grupo pequeño que comience a funcionar en esa comunidad. (Ver Elena de White, Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 23, 24).

Este enfoque es esencial en el ministerio urbano, pues el complejo mosaico de grupos culturales, étnicos, de lenguaje y socioeconómicos y subculturas para ser alcanzados aún en ciudades de tamaño medio lo requiere. A menos que haya grupos pequeños que apunten a estos segmentos, la misión de Cristo no se completará.

Los ministerios de grupos pequeños también se necesitan por lo difícil que es para los creyentes ser seguidores de Jesús en la ciudad. Hay muchas presiones, tentaciones, y encuentros con religiones e ideologías alternativas. Algunos creyentes ceden a las presiones y abandonan la iglesia, otros, protegen sus sentimientos y llegan a ser insensibles a la gente que los rodea y que necesitan conocer a Jesús.

 

Jueves 15 de septiembre:

Alcanzar las ciudades

Ninguno dice que la tarea de alcanzar a otros y la del ministerio son fáciles. El hecho es que no lo son. Los seres humanos son caídos, corruptos, y no son naturalmente espirituales. Como Pablo dijo de sí mismo: “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado” (Rom. 7:14). Si Pablo dijo eso, ¿qué pasará con los que no conocen al Señor, o que nunca tuvieron una transformación con Jesús?

Y si nuestras naturalezas naturales caídas no fueran suficientemente malas, las ciudades son conocidas por su mala influencia sobre la gente. Las personas afrontan tantas tentaciones que el enemigo usa para mantenerlos vinculados con el pecado. Por eso, no es extraño que alcanzar las ciudades no es una tarea sencilla; sin embargo, es una tarea que hay que hacer, y que nosotros, como iglesia, tenemos que hacer.

¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la importancia de extendernos a otros? 2 Ped. 3:9; 1 Tim. 2:4.

De acuerdo con la Palabra, la muerte de Cristo fue universal: incluye a toda la humanidad, desde Adán y Eva hasta todos los que los siguieron. Esto incluye a las masas innumerables que viven en los grandes centros metropolitanos del mundo. Ellos también necesitan oír las grandes verdades que son tan preciosas para nosotros.

“No hay cambio en los mensajes que Dios ha enviado en el pasado. La obra en las ciudades es la obra esencial para este tiempo. Cuando se trabajen las ciudades como Dios desea, el resultado será la puesta en operación de un poderoso movimiento cual nunca se ha visto” (MM 403).

El llamado a alcanzar las ciudades es personal. Es un llamado a una experiencia más profunda con Cristo, y un llamado a una intercesión y una planificación amplia, y a su puesta en práctica. Se edifica sobre el fundamento del reavivamiento y la reforma, y solo se hará por el poder del Espíritu Santo.

Lee Romanos 10:14 y 15. ¿Qué se aplica a todos nosotros que pretendemos ser seguidores de Cristo? ¿De qué manera podemos todos ser más activos en alcanzar y ministrar a las almas del lugar donde vivimos?

 

Viernes 16 de septiembre

Para Estudiar y Meditar:

Lee Ministry to the Cities, una colección de la mayor parte de los materiales que escribió Elena de White sobre el ministerio urbano, publicado en inglés en 2012.

Un experto adventista del séptimo día en ministerios urbanos hizo un estudio en el índice de los artículos de periódicos de Elena de White, con respecto a su consejo de salir o entrar en las ciudades. De 107 artículos, 24 daban instrucción acerca de salir de las ciudades o establecer instituciones fuera de las ciudades. Sin embargo, 75 artículos daban instrucciones específicas para mudarse a las ciudades para alcanzar a sus habitantes. Los otros ocho artículos eran neutrales. Un historiador de la iglesia resumió el consejo de Elena de White acerca de la obra en las ciudades, mostrando que ella defendía, con relación a las instituciones, el trabajo desde lugares de base fuera de las ciudades, y cuando trataba de la obra de la iglesia local, abogaba por trabajar desde dentro de la ciudad.

¿Cuáles son los planes de tu iglesia local para alcanzar las ciudades? ¿Dónde está ubicada tu iglesia local en relación con el área metropolitana más cercana a ella? Ninguna iglesia debe pensar que alcanzar las ciudades es irrelevante para ella. Cada congregación adventista necesita hacer alguna contribución hacia esta meta misionera importante. Ignorar las ciudades y concentrarse solo en alcanzar las áreas fuera de las regiones metropolitanas no es la misión que Jesús nos ha dado.

“¿Por qué no se establecen en estas ciudades familias que conocen la verdad presente?… Habrá laicos que se mudarán… a las ciudades…, para que dejen que brille hacia otros la luz que Dios les ha dado” (R&H, 29 de setiembre de 1891).

Preguntas para Dialogar:

  1. Piensa en el mensaje que se nos ha dado. Piensa en la esperanza que tenemos, la promesa de una vida mejor ahora y la gran esperanza de la eternidad. ¿Cuáles son algunos de tus textos favoritos, que revelan la esperanza que tenemos en Jesús? ¿Por qué son importantes para ti? Compártelos con la clase el sábado.
  2. Trata de imaginarte cómo sería no tener esperanza, y pensar que esta vida es todo lo que hay, con sus luchas, trabajos y heridas; y que luego mueres y te descompones en la tumba. Esto es lo que muchos creen, especialmente en las ciudades. ¿De qué manera podemos tener un mayor amor por las almas y una disposición de alcanzarlas, dondequiera que vivan?

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