Leccion 11 Edicion Maestros – “Entristecer y resistir al Espíritu” Sabado 18 de marzo

Lección 11: “Entristecer y resistir al Espíritu”

Entristecer y resistir al Espíritu

Para el 18 de marzo de 2017

 

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Efesios 4:25-32.

 

Enseña a tu clase a:

Saber: Examinar lo que significa evitar rechazar la obra del Espíritu en la vida de cada uno.

Sentir: Apreciar las invitaciones del Espíritu Santo y sentir de una nueva manera las formas en que el Espíritu Santo trabaja en la vida de cada uno.

Hacer: Resolver ser sensible a la obra del Espíritu Santo y responder positivamente a sus invitaciones.

 

Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Evitar contristar, resistir o apagar al Espíritu Santo
    1. ¿Cómo podemos evitar contristar al Espíritu Santo?
    2. ¿Qué significa resistir las invitaciones del Espíritu?
    3. ¿Por qué usa Pablo la expresión: “No apaguéis el Espíritu”? ¿Qué imagen trae a tu mente esta expresión?
  2. Sentir: Desarrollar una conciencia sensible hacia las invitaciones del Espíritu
    1. ¿De qué manera las invitaciones del Espíritu Santo pueden hacernos conscientes de nuestra necesidad de crecimiento espiritual?
    2. ¿Por qué ignorar las invitaciones del Espíritu Santo es tan destructivo en la vida cristiana?
  3. Hacer: Responder a las invitaciones del Espíritu Santo
    1. ¿Cómo podemos desarrollar actitudes receptivas y positivas para con las invitaciones del Espíritu Santo?
    2. ¿Qué actitudes inhiben la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, y qué pasos prácticos podemos tomar para evitar esos pensamientos y sentimientos?
    3. ¿Qué podemos hacer para evitar el peligro de tener una conciencia demasiado sensible y vivir en un estado de temor y culpa?

 Resumen

La comprensión correcta del ministerio del Espíritu Santo nos lleva a ser receptivos a sus impulsos, sensibles a sus invitaciones y sumisos a su voluntad. Al entender que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Deidad y el Don personal de Cristo para cada cristiano, llegaremos a amar tanto a Jesús que no desearemos hacer nada que pueda contristar, resistir o apagar la obra del Espíritu en nuestras vidas.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Texto destacado: Hechos 7:51.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están abocados a la salvación. Dios anhela salvar a su pueblo, ya sea que lo reconozcan o no. Él anhela salvarlos ya sea que respondan a su amor o no. A lo largo del Antiguo Testamento, Dios envió sus profetas y mensajeros inspirados a su pueblo repetidas veces. En estos mensajes proféticos y comunicaciones provenientes del Cielo, Dios apeló al corazón de su pueblo. A pesar de las invitaciones más fuertes y urgentes, los líderes religiosos rechazaron estos mensajes divinos.

Una vez más, en esta generación, Dios apela a nosotros por medio de su Espíritu y nos ruega que respondamos a las invitaciones de su Espíritu y aprendamos de las lecciones del pasado.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: En la lección de esta semana, ayuda a los miembros de tu clase a ser sensibles a las invitaciones de Dios por medio del Espíritu Santo. Anímalos a desarrollar actitudes sensibles hacia el ministerio del Espíritu Santo en sus propias vidas. Explica cuidadosamente lo que significa contristar, resistir o apagar al Espíritu Santo. Resalta el hecho que las invitaciones del Espíritu no apuntan a fomentar el sentimiento de culpa; su propósito es guiarnos a Jesús, la Fuente de toda libertad de la culpa. No pretenden encadenarnos a los grilletes del legalismo; son para liberarnos a fin de que disfrutemos de la vida de fe al impartirnos el poder para obedecer.

La lección de esta semana es de importancia vital para entender el papel esencial del Espíritu Santo para preparar a un pueblo para la venida de Jesús y que estén listos para ser trasladados.

Diálogo inicial: Hace algunos años, un joven de unos 25 años asistió a una de las reuniones de evangelismo del pastor Mark Finley en la región noreste de los Estados Unidos. El joven aceptó a Jesucristo en su vida y fue conmovido profundamente por las nuevas verdades que aprendió. Mientras se preparaba para el bautismo, sintió un deseo abrumador de corregir una maldad que había cometido varios años antes.

Este joven había estado involucrado en un robo en la ciudad. Junto con un grupo de amigos adolescentes, habían entrado a una casa y habían robado algunos equipos de audio. Ahora, después de su conversión, estaba convencido de que debía resarcir ese mal. En consulta con el pastor Finley, trazó un plan. El pastor Finley accedió a hablar con la familia y compartir la historia de la conversión del joven, diciéndoles que el joven estaba dispuesto a reembolsar el costo de los bienes robados.

La familia se sorprendió al enterarse de que el joven estaba dispuesto a hacer la restitución. Se sintieron impresionados de que la conversión del joven era genuina y perdonaron sus deudas. Imagine la paz y el gozo que inundó el corazón de este joven cuando escuchó las buenas noticias.

Supongamos que este joven hubiera ignorado la voz del Espíritu Santo. ¿Se hubieran ido de todas maneras sus sentimientos de culpa? ¿Hubieran desaparecido porque él las ignoraba? ¿Cómo podemos saber si estamos siendo movilizados por el Espíritu Santo y no por una conciencia con demasiado celo?

Aquí hay un principio fundamental importante de cómo obra el Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre nos convence de algo específico. Cuando confesamos nuestros pecados, son perdonados (1 Juan 1:9). Si te sientes culpable antes de confesar tu pecado, es porque el Espíritu Santo te está invitando a confesarlo. Si te sientes culpable después de haber pecado, es porque el diablo desea evitar que disfrutes los frutos del perdón.

Si tienes un vago sentimiento de indignidad, esta vergüenza también es a menudo la manera en que el diablo desea quitarte la seguridad en Cristo. Debido a que deseamos tener una “conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” (Hech. 24:16) y un testimonio cristiano positivo para con quienes hemos actuado mal, somos sensibles a las invitaciones del Espíritu Santo para resarcir, donde sea posible, nuestras ofensas (Mat. 5:23, 24).

 

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: El tema principal de la lección de esta semana es la sensibilidad a las invitaciones del Espíritu Santo. Asegúrate de enfatizar la importancia de reconocer y escuchar la voz del Espíritu Santo al vivir una vida de paz, libertad y gozo como cristiano.

Comentario de la Biblia

I. Contristar al Espíritu Santo

(Repasa, con tu clase, Efesios 4:25-32.)

En Efesios 4, el apóstol Pablo presenta una lista de comportamientos que contristan o entristecen al Espíritu Santo. Entre estos incluye la mentira, el enojo, la deshonestidad, la maledicencia, la amargura y la ira. Si estas actitudes contristan al Espíritu Santo, ¿no crees que el Espíritu nos convencería de estas tendencias y nos daría el poder para vencerlas? Una de las funciones principales del Espíritu Santo es prepararnos para el cielo. Él anhela reemplazar la deshonestidad con integridad, un espíritu de enojo con un temple calmo, una lengua crítica con palabras amables, la aspereza con la bondad y la amargura con el perdón.

La palabra contristar en Efesios 4:30 es la palabra griega lupeo, que significa causar dolor. Es una apelación a ser sensible a las invitaciones del Espíritu Santo y a no traer dolor al corazón de Dios por causa del pecado consciente e intencional.

Debido a que no es posible contristar o entristecer a una fuerza o algo que no tenga personalidad, este pasaje, entre muchos otros, es evidencia clara de la personalidad divina del Espíritu Santo. Contristar al Espíritu Santo es resistir sus insinuaciones y rechazar sus invitaciones. Esta resistencia continua, este entristecimiento y rechazo puede llevar al pecado imperdonable.

Se menciona el pecado imperdonable en tres lugares específicos de los Evangelios (Mar. 3:28, 29; Luc. 12:10; Mat. 12:31). En el Evangelio de Mateo, Jesús afirma claramente: “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” (Mat. 12:31). Nota el énfasis claro de Jesús. Todo pecado será perdonado. El pecado imperdonable no es un tipo de pecado. No es adulterar, asesinar, mentir ni robar. Es resistir conscientemente las afirmaciones del Espíritu Santo, rehusar arrepentirse, y continuar aferrándose al pecado a pesar de ser consciente de ello.

El pecado imperdonable no ocurre porque Dios deja de amarnos. Ocurre porque el corazón del individuo se endurece de tal manera que la persona ya no ama a Dios. No se debe a que Dios no perdone; se debe a que el individuo no desea ser perdonado. No es que el corazón de Dios no se extiende al pecador; es que el corazón del pecador, por causa de una resistencia persistente, se rehúsa a ceder a las invitaciones del Espíritu Santo, y ya no es sensible hacia Dios.

Aquí hay una manera simple de entender el pecado imperdonable. Es un estado de pecado en el que un individuo no desea ni anhela la salvación; ha endurecido su corazón hacia Dios por medio de una rebelión voluntaria, y ahora es incapaz de responder a las apelaciones más fuertes del Espíritu Santo y a las afirmaciones del amor de Dios.

Considera: ¿De qué manera contristamos al Espíritu Santo? ¿Qué es el pecado imperdonable?

No necesitamos tener temor de haber cometido el pecado imperdonable mientras deseemos la salvación. Por mucho que deseemos ser salvos, Dios desea más aún que seamos salvos. La función del Espíritu Santo es atraernos diariamente a Cristo a fin de recibir el precioso don que él anhela darnos. ¿De qué manera nos da poder para ser más como Jesús cada día?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Guía a tu clase en una discusión práctica sobre cómo ser sensibles a la dirección del Espíritu Santo. Comenta cada una de las diversas funciones del Espíritu Santo: convencer de pecado, testificar de Jesús, guiar y fortalecer a los creyentes, instruir en justicia, dar poder a nuestro testimonio. ¿De qué manera podemos responder positivamente a la dirección del Espíritu en cada una de estas áreas?

Preguntas de aplicación:

  1. ¿De qué manera puede una concientización del ministerio del Espíritu Santo convertirse en una parte integral de nuestras vidas diarias?
  2. ¿Cómo podemos recibir las ventajas espirituales que el Espíritu Santo ofrece tan libremente?
  3. ¿De qué maneras podemos animarnos unos a otros a ser más conscientes de la obra del Espíritu Santo?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: El Espíritu Santo es el representante personal de Cristo, nuestro aliado en la batalla entre el bien y el mal, nuestro Amigo y Compañero, nuestro Consejero y Guía. Anima a tu clase a orar a menudo esta simple oración:

“Santo Espíritu, guía fiel, siempre cerca del cristiano;
Guíame de la mano, como peregrino en el desierto.
Se regocija mi alma al oírte susurrar:
‘Hijo, ven, sígueme; te guiaré al hogar’.

“Siempre presente, amigo fiel, dispuesto siempre das ayuda.
No nos dejes en la noche a tientas, llenos de temor y duda;
Cuando la tormenta ruge en derredor, y desfallece el alma;
Tu voz susurra: ‘Hijo, ven, sígueme; te guiaré al hogar’ ”.—Traducido y adaptado del himno Holy Spirit, Faithful Guide, compuesto por Marcus Morris Wells.

Actividades:

  1. ¿Tienes un canto preferido sobre el Espíritu Santo? Por qué esta canción es significativa para ti? Revisa el Himnario adventista y busca himnos sobre el Espíritu Santo. Comparte en voz alta una estrofa que habla a tu corazón.
  2. ¿Qué nombre o función del Espíritu Santo aprecias o admiras más?
Radio Adventista
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