Lección 11 Edicion Adultos: “Familias de fe” Para el 15 de junio de 2019

Segundo trimestre (abril-junio) de 2019

“Familias de fe”

Lección 11: – Para el 15 de junio de 2019

 

Sábado 8 de junio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Hechos 10:1-28, 34, 35; 1 Corintios 2:2; 1 Tesalonicenses 5:21, 22; Juan 1:12, 13; 3:7; 1 Juan 5:1.

Para Memorizar: “Por tanto […] corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:1, 2).

No importa en qué etapa de la vida estemos, ni nuestras experiencias pasadas ni lo que nos depare el futuro: existimos en el contexto de la cultura. Nuestros padres, nuestros hijos, nuestro hogar, nuestra familia, incluso nuestra iglesia, todos se ven afectados por la cultura en la que existen, y en forma notable, además. Aunque hubo otros factores en juego, el cambio del sábado al domingo es un poderoso ejemplo de cómo la cultura de la época influyó sobre la iglesia en forma poderosa y negativa. Cada vez que pasamos frente a una iglesia y vemos un cartel con los horarios del domingo, esto nos recuerda claramente cuán lejos puede llegar el poder de la cultura. Las familias cristianas enfrentan desafíos culturales todo el tiempo. A veces las influencias culturales pueden ser buenas; sin embargo, la mayoría de las veces la influencia es negativa.

Lo bueno es que el poder del evangelio nos da luz, consuelo y fortaleza para enfrentar los desafíos que la cultura pueda ocasionar. Esta semana veremos cómo podemos ser “familias de fe”, mientras procuramos ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Fil. 2:15).

 

Domingo 9 de junio:

“Retened lo bueno”

A medida que el evangelio circunda el mundo, los cristianos se encuentran con diferentes culturas y prácticas, muchas de las cuales atañen a las relaciones familiares y sociales. Una de las grandes preguntas para los misioneros cristianos es cómo deben relacionarse con las diversas normas culturales sobre muchas cosas, incluyendo las relaciones familiares que podrían resultarles personalmente incómodas.

Lee Hechos 10:1 al 28, 34 y 35. ¿Qué podemos aprender acerca de nuestra necesidad de superar nuestras propias barreras y prejuicios cuando tratamos con otras culturas?

La muerte de Cristo fue llevada a cabo por los pecados de cada ser humano, dondequiera que esté. Muchos, simplemente, aún no conocen esta gran verdad. Dar esta noticia junto con una invitación a responder es la misión evangélica de los cristianos. Debido a que Dios no muestra parcialidad, los cristianos son llamados a tratar a todos con respeto e integridad, dándoles la oportunidad de abrazar las buenas nuevas que son para ellos también.

¿A qué conclusiones llegaron los primeros misioneros cristianos con respecto a la presentación del evangelio a otras culturas? ¿Qué principio podemos extraer de estos versículos? Hechos 15:19, 20, 28, 29; 1 Corintios 2:2; 1 Tesalonicenses 5:21, 22.

Aunque cada cultura refleja la condición caída de la gente que la compone, las culturas también pueden tener creencias compatibles con las Escrituras, e incluso útiles para la causa del evangelio. El valor que se da a las estrechas relaciones familiares y a la comunidad en muchas partes del mundo es un ejemplo. Los cristianos pueden mantener y fortalecer lo que es bueno, y lo que armoniza con los principios bíblicos.

Al mismo tiempo, la verdad de Dios no debe verse comprometida. La historia eclesiástica, lamentablemente, muestra que el compromiso y la adaptación a las culturas han producido un mosaico de creencias pseudocristianas que se pretenden cristianismo auténtico. Satanás dice ser el dios de este mundo y siembra confusión de buena gana, pero Jesús ha redimido a este mundo, y su Espíritu guía a sus seguidores a toda la verdad (Juan 16:13).

¿Qué porcentaje de tu fe está determinado por tu cultura y cuánto por la verdad bíblica? ¿Cómo puedes aprender a discernir entre ambas? Prepárate para analizar tu respuesta en clase.

 

Lunes 10 de junio:

El poder de la cultura en la familia

“Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Gén. 18:19).

Aunque pueden presentar diversas configuraciones, las familias son los componentes básicos de la sociedad; por lo tanto, existen muchos rasgos culturales distintivos de varias sociedades que están directamente vinculados a la familia. Por ejemplo, en una cultura antigua, se consideraba responsabilidad del hombre comerse el cadáver de sus padres muertos; en otra, un hombre que quería una esposa tenía que llevar al padre de ella una dote de cabezas reducidas de una tribu rival. Incluso en los tiempos modernos, las ideas relacionadas con los niños, el cortejo, el divorcio, el matrimonio, los padres y otras varían ampliamente. Al difundir nuestro mensaje a las diversas culturas, debemos aprender a relacionarnos con ellas de manera que, sin comprometer nuestras creencias, no ocasione problemas innecesarios. Al mismo tiempo, y más cerca de casa, tenemos que ser muy conscientes de qué influencias culturales impactan en nuestra familia.

¿De qué manera la cultura impactó la vida familiar en los siguientes ejemplos? ¿Qué principios podemos aprender de ellos? Génesis 16:1-3; Génesis 35:1-4; Esdras 10; 1 Reyes 11:1.

Ninguno de nosotros vive en el vacío; todos nosotros y nuestras familias nos vemos influenciados por la cultura en la que vivimos. Nuestra responsabilidad como cristianos es vivir dentro de nuestra cultura lo mejor que podamos, conservando lo que esté en armonía con nuestra fe y evitando lo más posible lo que entre en conflicto con ella.

¿Qué cosas de tu cultura particular son útiles para la vida familiar y armonizan con la Biblia? ¿Cuáles no? ¿Cómo puedes adaptar tu fe a tu cultura sin comprometer las verdades esenciales?

 

Martes 11 de junio:

Cómo sostener a las familias en tiempos de cambios

El cambio es algo ineludible e inquietante en las familias, independientemente de la cultura en la que vivan. Algunos cambios están relacionados con el paso predecible a través del ciclo de la vida. A menudo, el cambio es impredecible, como las muertes, los desastres, las guerras, las enfermedades, las mudanzas familiares o los fracasos profesionales. Muchas familias enfrentan cambios económicos y sociales en sus comunidades y países. Otros cambios están directamente relacionados con la cultura.

A continuación presentamos algunos ejemplos de cambios importantes, y hasta traumáticos, que enfrenta la gente. Usa la imaginación para ponerte en su lugar. ¿Cómo afectaron estos cambios su vida familiar? ¿Qué mecanismo utilizarías para ayudarlos a superarlos? ¿En qué sentido quizás hubieses reaccionado de manera diferente?

  1. Abraham, Sara y Lot (Gén. 12:1-5)
  2. Hadasa (Est. 2:7-9)
  3. Daniel, Ananías, Misael y Azarías (Dan. 1)

El cambio conlleva la experiencia de la pérdida y la ansiedad de la incertidumbre en cuanto a nuestro futuro inmediato. En función de la capacidad de una familia para adaptarse a los cambios, estas experiencias pueden impulsar a las personas a nuevos niveles de crecimiento y apreciación de las cosas espirituales o pueden generar estrés y ansiedad. Satanás explota el trastorno que conllevan los cambios, con la esperanza de introducir dudas y desconfianza en Dios. Las promesas de la Palabra de Dios, los recursos de la familia y de los amigos, y la seguridad de que su vida estaba en manos de Dios, ayudaron a muchos héroes y heroínas de la fe a sobrellevar con éxito un cambio trascendental en su vida.

Si conoces a alguien (o incluso a toda una familia) que afronte un cambio traumático, realiza algo práctico para ofrecerles ayuda y ánimo.

 

Miércoles 12 de junio:

Hacia una fe de primera generación

¿Qué crisis de fe surgió en Israel después de la muerte de Josué y sus contemporáneos? Jueces 2:7-13.

Los estudios sobre cómo se transmiten a las generaciones posteriores los valores y las creencias en organizaciones como las iglesias muestran que los fundadores tienen un nivel muy elevado de compromiso con las creencias. Fueron los primeros que las defendieron. En una o dos generaciones, muchos pierden de vista los principios detrás de los valores. Quizás estén de acuerdo con la organización, pero a menudo por costumbre. En las generaciones posteriores, los hábitos tienden a cristalizarse en tradiciones. La pasión de los fundadores ya no está presente.

Se ha dicho que Dios no tiene nietos, solo hijos. ¿Qué crees que significa eso? Ver además Juan 1:12 y 13; 3:7; y 1 Juan 5:1.

Un método común para transmitir valores a través de largas generaciones de cristianismo ha sido que los mayores cuenten a los jóvenes lo que creen. No obstante, saber lo que creen los padres o la iglesia no significa una fe personal. Ser cristiano es más que pertenecer a una organización con una historia y un dogma. La verdadera fe no es algo genético, no es algo que se transmita naturalmente de una generación a otra; cada uno necesita conocer a Cristo personalmente. Los padres pueden actuar hasta cierto punto. La iglesia en general, y los padres en particular, necesitan hacer todo lo posible para crear un entorno que haga que los jóvenes deseen tomar esa decisión correcta; pero, en última instancia, una generación se salva o se pierde para el evangelio de a uno a la vez.

José dejó el ateísmo y se unió a la Iglesia Adventista del Séptimo Día siendo adulto, después de una poderosa experiencia de conversión. Se casó con una mujer adventista y tuvieron varios hijos, a quienes, por supuesto, educaron en la fe. Un día, al pensar en la condición espiritual de sus hijos, dijo: “¡Ah, si mis hijos tuvieran la experiencia que yo tuve!” Si hubieras estado allí, ¿qué le habrías dicho?

 

Jueves 13 de junio:

Mensajeros del siglo XXI

En su popular paráfrasis de la Biblia The Message, Eugene Peterson utiliza “mensaje” cada vez que aparece la palabra bíblica para “evangelio”. Las buenas nuevas sobre Jesús son verdaderamente el mensaje que aún necesita el mundo de hoy. Las familias cristianas son llamadas a experimentarlo juntas y a compartirlo en cualquier cultura en la que vivan.

¿Cómo resumirías “el mensaje” utilizando los siguientes textos? Mateo 28:5-7; Juan 3:16; Romanos 1:16, 17; 1 Corintios 2:2; 2 Corintios 5:18-21.

La primera noticia que los discípulos hicieron circular por todas partes fue la resurrección de Jesús. Las familias cristianas de hoy se unen a una larga fila de mensajeros que proclaman: “Ha resucitado, como dijo” (Mat. 28:6). La realidad de su resurrección hace que sea creíble todo lo demás que Jesús anunció sobre sí mismo, sobre Dios y su amor por los pecadores, sobre el perdón y sobre la seguridad de la vida eterna por la fe en él.

Apasionados por el evangelio. La Biblia da una idea del efecto radical del evangelio en la vida de los primeros seguidores de Jesús. Abrían sus casas para el estudio de la Biblia; oraban y comían juntos; compartían dinero y recursos; y se cuidaban entre sí. Hogares enteros abrazaron el mensaje.

¿Fueron perfectos de repente? No. ¿Hubo algunos conflictos y discordias entre ellos? Sí. Pero de alguna manera, estos seguidores de Cristo eran diferentes. Reconocían que necesitaban de Dios, y de los demás. Priorizaban la unidad y la armonía en el hogar y en la iglesia, y se esforzaban por cumplir la oración intercesora de Jesús (Juan 17:20-23). Daban audaces testimonios entre ellos y entre los no creyentes, e incluso arriesgaban la vida por sus creencias.

Así debería ser con nosotros. Incluso en la era actual, de tanto resentimiento hacia las cosas de Dios, los que están entusiasmados con algo aún pueden hacerse oír. El Espíritu anhela llenar el corazón humano de entusiasmo por el evangelio. Cuando las buenas nuevas realmente sean tan buenas en nuestro corazón como en la Palabra, la propagación será espontánea e imparable.

¿Qué cambios podría necesitar tu familia que la ayudarían a ser una mejor precursora del “mensaje” que hemos sido llamados a compartir?

 

Viernes 14 de junio

Para Estudiar y Meditar:

Lee Elena de White, Profetas y reyes, “En la corte de Babilonia”, pp. 351- 360; Obreros evangélicos, “Palabras de prevención”, pp. 339, 344, y “Dios no hace acepción de personas”, pp. 345, 346; El camino a Cristo, “La fuente de regocijo y felicidad”, pp. 115-126.

“La religión de Cristo eleva al que la recibe a un nivel superior de pensamiento y acción, al mismo tiempo que presenta a toda la especie humana como igual objeto del amor de Dios, habiendo sido comprada por el sacrificio de su Hijo. A los pies de Jesús, los ricos y los pobres, los sabios y los ignorantes se encuentran, sin diferencia de casta o de preeminencia mundanal. Todas las distinciones terrenas son olvidadas cuando consideramos al Ser que traspasaron nuestros pecados. La abnegación, la condescendencia, la compasión infinita del Ser que está muy ensalzado en el cielo avergüenzan el orgullo de los hombres, su estima propia y sus castas sociales. La religión pura y sin mácula manifiesta sus principios celestiales al unir a todos los que son santificados por la verdad. Todos se reúnen como almas compradas por sangre, igualmente dependientes del Ser que las redimió para Dios” (OE345).

Preguntas para Dialogar:

  1. Como clase, analicen las respuestas al estudio del domingo.
  2. ¿Qué principios podemos encontrar en la cita anterior de Elena de White que, de aplicarse, revolucionaría nuestra vida familiar?
  3. ¿En qué medida tu iglesia local ha estimulado a la generación más joven de creyentes? ¿Qué pueden hacer como clase para ayudar a la iglesia en esta importante tarea?
  4. ¿Cuáles son los desafíos de tratar de transmitir la fe a otra generación?
  5. ¿De qué manera la cultura en la que vives ejerce influencia sobre tu vida familiar para bien o para mal?
Radio Adventista
1 comment… add one
  • Thanks for gris lessons

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