Lección 1: Edicion Maestros “El llamado profético de Jeremías” Para el 3 de octubre de 2015

Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2015

“El llamado profético de Jeremías”

Lección 1: – Para el 3 de octubre de 2015

 

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Jeremías 1:1-12.

 

Enseña a tu clase a:

Saber, al repasar la experiencia del llamamiento de Jeremías, que su vacilación en aceptar el llamado de Dios era posiblemente lo que mejor lo calificaba para realizar su tarea.

Sentir cuán tiernamente trató Dios con el sentido de inadecuación de Jeremías para las tareas puestas delante de él.

Hacer la decisión de escuchar más cuidadosamente el llamado de Dios en nuestra vida y resolver permitirle que nos equipe para hacer su voluntad.

 

Bosquejo de la Lección

  1. Saber: El llamamiento de Jeremías
    1. ¿Por qué para Jeremías fue tan difícil de aceptar el llamamiento de Dios?
    2. ¿Cuáles son los criterios que Dios usa para elegir a las personas que harán su voluntad y de qué modo se aplican en el llamado de Jeremías (y de otros profetas)?
  2. Sentir: Sentimiento de inadecuación
    1. ¿De qué manera trató Dios con la vacilación de Jeremías en aceptar el llamado?
    2. ¿De qué forma lidiamos con los sentimientos de inadecuación cuando nos sentimos abrumados por las tareas puestas delante de nosotros?
  3. Hacer: Escuchar el llamamiento de Dios
    1. ¿Cómo puedes desarrollar la disciplina espiritual de escuchar a Dios cada día?
    2. ¿Qué cosas en tu vida pueden impedir que hagas lo que Dios te ha llamado a hacer?

 

Resumen

La reacción inicial de Jeremías al llamamiento de Dios no fue positiva, porque él sabía: a) las dificultades que afrontaría, y b) que él, por sí mismo, no estaba a la altura de ese desafío. Sin embargo, Dios trabajó tiernamente con él, calmando sus temores y dándole el poder para hablar las palabras de Dios al pueblo de Judá.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Texto destacado: Jeremías 1:4-9.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Cuando Dios llama, a menudo reaccionamos como Jeremías; o sea, encontramos “buenas” excusas para rechazar el llamado. Nuestro llamamiento puede no haber sido para el ministerio profético, pero hay una tarea para cada uno de nosotros, y debemos confiar en Dios pues él sabe lo que somos y qué cosas no somos capaces de hacer. Él nos capacitará y nos equipará para realizar lo que nos pida.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Esta lección es la introducción para el estudio del libro de Jeremías y se concentra en su llamamiento. Los profetas del Antiguo Testamento comenzaron su ministerio después de recibir el llamado de Dios. Esta lección proporciona la oportunidad para que el maestro analice de qué modo podemos vencer nuestros sentimientos de inadecuación cuando miramos la tarea que Dios pone delante de nosotros. La lección describe a un Dios que obra tiernamente con nuestros temores, y nos estimula y da el poder para seguir adelante. Sería importante que la clase comprenda que todos recibimos el llamado de Dios, aun si es “solo” para comenzar un pequeño grupo de estudio de la Biblia en nuestro hogar.

Parábola inicial: Se cuenta de un hombre que esperaba el llamado de Dios para ir al campo misionero. Una amiga fue a visitarlo y lo encontró sentado frente al teléfono. Le preguntó qué estaba haciendo, a lo que él respondió que esperaba una llamada para ir al campo misionero. Ella quedó impresionada por la importancia de este llamado. En ese momento, al mirar por la ventana, vio a una anciana que luchaba por cruzar la calle con algunas bolsas pesadas. Ella salió corriendo para ayudarla y, cuando volvió, vio que su amigo todavía estaba junto al teléfono. Acababa de sentarse a su lado, cuando oyó el grito de un vecino pidiendo ayuda y salió corriendo para ver qué podía hacer. Escenas similares se repitieron dos o tres veces más, mientras su amigo seguía mirando el teléfono. Cuando finalmente sonó, él se apresuró para contestarlo, pero su rostro empalideció y luego le pasó el receptor a ella. Su amiga había sido llamada para ir al campo misionero. Analiza con la clase dónde se encuentran sus campos misioneros y permíteles sugerir lo que Dios podría llamarlos a hacer.

 

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Jeremías ha sido llamado muchas veces “el profeta llorón”, por su relación con los mensajes de tristeza que debió proclamar a lo largo de su ministerio. Su tarea se realizó justo antes del exilio babilónico y luego durante el comienzo de este. Como Jesús, Jeremías fue un varón de dolores, y su fidelidad a Dios, así como sus luchas, pueden ser de ánimo para nosotros, que vivimos en momentos similares de turbulencia al final de la historia de la tierra.

Comentario de la Biblia

Jeremías 1 es el centro del estudio de esta semana. Se puede dividir en tres secciones, y todas se relacionan con el llamamiento profético del joven Jeremías.

I. Jeremías en su tiempo

(Repasa, con tu clase, Jeremías 1:1-3.)

Los versículos 1 al 3 son una introducción al libro de Jeremías, y nos proporciona material histórico acerca del llamamiento y ministerio del profeta. También establece las credenciales del profeta, al indicar su genealogía sacerdotal, y la forma en que Dios le habló: “la palabra del Señor vino a Jeremías” (Jer. 1:2, NVI). Esta frase podría traducirse literalmente como “la palabra del Señor ocurrió/sucedió/siguió a Jeremías”. Se encuentra repetidamente en las experiencias del llamamiento de los profetas del Antiguo Testamento (p. ej., Jon. 1:1; Miq. 1:1) y señala el hecho de que, cuando Dios llama, no es solo un fenómeno audible sino un evento dinámico que refleja el poder de Dios como Creador, transformando lo que él toca (ver Isa. 55:11). Cuando Dios habla, las cosas comienzan a suceder.

Considera: ¿De qué maneras la Palabra de Dios todavía “ocurre” hoy en nuestras vidas? ¿Cómo podemos experimentar el poder transformador de su Palabra?

II. El llamamiento y visiones de Jeremías

(Repasa, con tu clase, Jer. 1:4-16.)

“La palabra del Señor” aparece tres veces más en el capítulo 1 (vers. 4, 11, 13), presentando el llamamiento de Jeremías y dos visiones subsecuentes. La designación de Jeremías como “profeta a las naciones” (vers. 5) se describe con términos de “creación”, como que Dios “formó” a Jeremías (el mismo verbo de Gén. 2:7) con el plan de llamarlo como su profeta.

La renuencia de Jeremías a aceptar el llamado de Dios se basaba en sus sentimientos de inadecuación con respecto a su lenguaje y su juventud. La palabra hebrea para “niño” indica un hombre joven, posiblemente entre 18 y 20 años; pero también puede usarse para referirse a una persona aún más joven (p. ej., 1 Sam. 1:24). Hablar a reyes y dirigentes siendo tan joven debe de haber sido intimidante para Jeremías. Su renuencia es un eco de la preocupación de Moisés cuando él recibió su llamamiento (Éxo. 3 y 4), demostrando que era la misma reacción que Jeremías compartió con varios otros profetas bíblicos (así como también con Elena de White). Esta reacción no lo descalificó para la tarea, sino más bien permitió que Dios mostrara su fortaleza a través de su debilidad.

Dios reacciona tiernamente ante la vacilación de Jeremías sin reprenderlo, y le da la seguridad de su presencia y su liberación divina (Jer. 1:7, 8). Luego, Dios realiza un acto simbólico al tocar la boca de Jeremías con “su mano” (vers. 9): además de purificar (ver Isa. 6:6, 7), le daba el poder. Bosqueja la labor del profeta mediante seis verbos (Jer. 1:10), cuatro de los cuales son negativos y dos positivos, reflejando el énfasis del mensaje divino, no solo en el juicio, sino también en los elementos de esperanza y restauración.

Dos visiones refuerzan el cuidado de Dios por Jeremías: la rama del almendro y la olla que hierve. La palabra para “almendro” en hebreo crea un juego de palabras con el verbo “apresuro” o “estoy alerta” (NVI). Así como en el antiguo Israel las personas estaban atentas a las flores del almendro mientras esperaban la primavera (vers. 11, 12), Dios estaba atento sobre Jeremías y Judá. La “olla que hierve” (vers. 13-16), que está inclinada de norte a sur, alude al enemigo de Israel que, en general, llegaba del lado del norte. Aunque Babilonia está ubicada geográficamente al este de Judá, los ejércitos babilonios no iban a cruzar el desierto, sino que viajarían a lo largo del río Éufrates. Desde allí cruzarían hasta Siria, avanzando hacia el sur, y pondrían su campamento ante las puertas de Jerusalén a fin de conquistarla y ejecutar los juicios de Dios sobre Judá y sus pecados (vers. 15, 16).

Considera: ¿Cómo hubieras reaccionado si hubieses estado en el lugar de Jeremías? ¿Has experimentado el hecho de que Dios “estaba alerta” sobre los planes que él tiene para tu vida?

III. La promesa de Dios

(Repasa, con tu clase, Jer. 1:17-19.)

El versículo 17 llama a Jeremías a la acción (“ciñe tus lomos”, como alguien que se prepara para un trabajo serio o aún una batalla, recogiendo sus largas vestimentas). Pero Dios equipa a los que llama. Le promete a Jeremías que se mantendrá firme como “ciudad fortificada” contra todo el pueblo, incluyendo reyes, príncipes y sacerdotes (vers. 18). Jeremías podría soportar el ridículo y la hostilidad que seguramente vendría contra él, y realmente ocurrió así. La promesa final es literalmente un “oráculo” del Señor: “Porque yo estoy contigo” (vers. 19).

Considera: ¿En qué sentidos se pueden aplicar las fuertes metáforas de la ciudad fortificada y la columna de hierro a nuestras vidas? ¿Cómo podemos superar el ser demasiado sensibles por el temor a ser ridiculizados por nuestra fe? Por otro lado, ¿qué peligro hay en llegar a ser insensibles a las críticas que se nos hacen?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Conduce a tu clase a un análisis práctico de cómo la experiencia del llamamiento de Jeremías puede ser real en nuestras propias vidas. Es importante darnos cuenta de que, aunque Dios no nos haya llamado al ministerio profético, todavía nos llama a nuestros ministerios específicos. También podríamos pasar por el proceso de vacilación y sentimientos de inadecuación como le sucedió a Jeremías.

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿De qué maneras es posible aplicar la experiencia de Jeremías a nuestra vida, aunque la mayoría de nosotros no somos llamados a ser profetas?
  2. ¿Cómo puedo sobreponerme a los sentimientos de inadecuación con respecto a lo que Dios quiere que haga?

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Jeremías 1 es vital para comprender todo el libro y resume su mensaje: Dios está alerta a su Palabra así como vigila a su mensajero. Ayuda a la clase a responder positivamente cuando Dios nos llama a cualquier ministerio que él quiera darnos.

Actividades de aplicación:

  1. Aprender a escuchar a Dios es una habilidad que necesita desarrollarse, especialmente con respecto a las cosas que no necesariamente deseamos escuchar. Resuelve dedicar tiempo a escuchar más la voz de Dios (p. ej., pasar momentos de quietud al final de la oración).
  2. Busca un compañero de oración y comparte con él las áreas de tu vida en las que te sientes inadecuado. Luego presenten a Dios lo que ambos han compartido, pidiéndole que elimine esos sentimientos de inadecuación y los reemplace con su fortaleza.
  3. Piensa en los planes de Dios para tu vida y comparte con tu compañero de oración la manera en que él ha cumplido su voluntad en ti.jeremias escuela sabatica 4° tri 2015
Radio Adventista
1 comment… add one
  • Feliz Semana. Gracias por facilitar el estudio por medio de las lecciones digitales.

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