Lección 9. En los Salmos: Parte 2(2T 2025 Alusiones, imágenes y símbolos)
Textos bíblicos:Salmo 46, Jer. 4:23-26, Sal. 47:1-4, 1 Tes. 4:13-17, Salmo 75, Apocalipsis 14:6-12, Salmo 67:3, 4.
Citas
- • La gente siempre se ha acercado al Libro de los Salmos con cierta curiosidad. No sólo quieren saber lo que dicen, sino también por qué tenemos el Libro de los Salmos y qué debemos aprender de él. Estoy seguro de que no hay nadie que pueda dar una respuesta completa a esa pregunta. En el Libro de los Salmos tenemos un caleidoscopio virtual de presentaciones. Hay mil o más cosas interesantes, fascinantes; gemas en las grandes piedras de la historia, que Dios utilizaría para iluminar brillantemente nuestras mentes acerca de muchas cosas… Pensaremos juntos en los últimos días, tal como están predichos en los Salmos. Dave Breese
- • Los titulares de hoy están sacados de los versículos del Salmo 83. Joel C. Rosenberg
- • El pensamiento teológico no debe abandonarse a los maestros de la elusividad. RikTorfs
- • Los teólogos siempre intentan convertir la Biblia en un libro sin sentido común. Georg C. Lichtenberg
- • Antes de aceptar cualquier creencia uno debe primero seguir la razón como guía, porque la credulidad sin indagar es un camino seguro para engañarse a uno mismo. Celso
- • No esperes al juicio final: sucede todos los días. Albert Camus
Para debatir
¿Por qué es importante ver el fin eventual descrito en los Salmos sin hacer conexiones improbables con los eventos actuales? ¿De qué manera describen los Salmos eventos proféticos y de qué manera no lo hacen? Aunque en los Salmos no se detalla la gran controversia, ¿qué evidencia muestran acerca de su existencia y relevancia? ¿Cómo nos relacionamos con esto?
Resumen bíblico
El Salmo 46 alaba la supremacía de Dios. Jeremías 4:23–26 habla de la destrucción causada por Dios. El Salmo 47:1–4 presenta a Dios como aquel que somete a los enemigos de Israel y que les dio la tierra. 1 Tesalonicenses 4:13–17 describe la venida de Jesús y cómo resucitaremos para ir a su encuentro. El Salmo 75 habla de Dios como juez justo en el juicio del tiempo del fin.
Apocalipsis 14:6–12 son los mensajes de los tres ángeles. El Salmo 67:3, 4 alaba la salvación y el juicio de Dios.
Comentario de la lección
Este estudio examina el tema del juicio en los Salmos, en particular cómo Dios resolverá todo al final. Aunque no sea tan específico como el Nuevo Testamento (por ejemplo, 1 Tesalonicenses 4), claramente existe la expectativa y el deseo de que Dios ponga fin a este mundo injusto y malvado.
Circulan muchas ideas especulativas—videos de YouTube y libros—que afirman que los Salmos dan un comentario directo sobre lo que sucede actualmente en Oriente Medio. El Salmo 83 se menciona particularmente: la coalición de antiguos enemigos atacando a Israel, y luego se vinculan estos nombres antiguos con participantes actuales como Hamás y Hezbolá. Sin embargo, ese no es nuestro propósito. Estos intentos populares y equivocados de interpretar la profecía causan gran daño.
Como comunidad de fe no estamos exentos de hacer algunas afirmaciones erróneas—por ejemplo, considerar a Turquía como el “rey del norte” o la invención de los aviones como una señal del fin. También hemos dicho que la generación que vio “las señales” viviría para ver venir a Jesús. No fue así. Por eso es esencial ofrecer una advertencia. Necesitamos observar el panorama general más que preguntar si un versículo en un Salmo habla de cohetes. El verdadero tema es la gran controversia que continúa, de la cual la guerra y la violencia forman parte integral. Satanás sabe que, al generar conflicto, puede sembrar ideas engañosas sobre Dios y difamar Su carácter. Así que debemos regresar a los Salmos y obtener la confianza que nos ofrecen de que, al final, la controversia se resolverá, no por fuerza o poder, sino por medio del Espíritu de Dios, quien obra para llevarla a su conclusión.
¿Cómo es realmente Dios? ¡Esa ha sido la pregunta desde hace muchísimo tiempo! Antes de que nuestro mundo fuese creado, el conflicto ya estaba en los cielos: “Dios es injusto, hostil, cruel”. Lucifer, el gran engañador, acusó a Dios y se presentó como el gran “libertador” del tirano divino.
Los Salmos nos dan una imagen de Dios que, aunque influida por la perspectiva humana, nos brinda esperanza para el futuro. La controversia no podía resolverse solo con acusaciones y contraacusaciones, como dos adversarios en un debate. La única manera en que Dios podía mostrar claramente cómo era Él realmente era a través de Sus acciones. De eso trata la Biblia. Muestra cómo Dios piensa, actúa y se comporta al tratar con aquellos que se rebelan contra Él. La Biblia es la prueba del verdadero carácter de Dios, finalmente demostrada en el testimonio de cómo Él vino, vivió entre nosotros y murió en nuestras manos: Jesús, el Hijo de Dios, el Crucificado.
Saber cómo es realmente Dios y querer confiar en esta maravillosa Persona es la clave de la salvación. Todos los demás aspectos de lo que creen los adventistas tienen su origen en esta verdad central: “La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado” (Juan 17:3). Sabemos que el diablo “ha sido mentiroso desde el principio”. Sabemos que el verdadero carácter de amor de Dios ha sido difamado: “un enemigo hizo esto”. Y sabemos que solo cuando se muestre al mundo el verdadero “Rostro de Dios” se resolverá la gran controversia. A medida que se toman las decisiones finales—cuando las personas eligen aceptar o rechazar a este maravilloso Dios—terminará el último acto de este drama. En esencia, lo que queremos decir acerca de Dios es esto: Dios es verdaderamente bueno, bondadoso, amoroso, abierto, honesto, digno de confianza… Es exactamente lo opuesto a ese ogro despreocupado e injusto que el diablo ha descrito. Dios no quiere atemorizarnos. Al contrario, nuestro privilegio es llamar a Dios “Amigo”.
Comentarios de Elena de White
Los salmos de David atraviesan toda la gama de la experiencia, desde las profundidades de la culpa consciente y la autocondena hasta la fe más elevada y la comunión más exaltada con Dios. El registro de su vida declara que el pecado sólo puede traer vergüenza y aflicción, pero que el amor y la misericordia de Dios pueden alcanzar las profundidades más profundas, que la fe elevará al alma arrepentida para compartir la adopción de los hijos de Dios. De todas las seguridades que contiene Su palabra, es uno de los testimonios más fuertes de la fidelidad, la justicia y la misericordia del pacto de Dios. {PP 754} Aquí están las palabras de David: «Tiempo es, Señor, de obrar; porque han invalidado tu ley» (Salmo 119:126). David se refiere a los últimos días, el mismo tiempo en que debemos conocer y ser santificados por la verdad. Debemos aferrarnos a la verdad. No debemos soltar la verdad ni por amigos ni por enemigos. Hay un tiempo que viene cuando habrá gran tribulación, tal como nunca fue ni será. Hombres vendrán reclamando ser Cristo. Y aquí hay una clase que dice: «Yo soy sin pecado, yo soy santo».
Nunca he oído a uno que diga eso y que no sea pecador. Ellos no
son hacedores de la Palabra. {1SAT 18.2 } No necesitas perderte en la búsqueda de tu camino al cielo. Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.» Entonces aparta la mirada del yo para dirigirla a Jesús; porque en Cristo se revela el carácter del Padre. Pablo dice: «Dios, que en otro tiempo y de diversas maneras habló a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo purgado por sí mismo nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas». El carácter de Dios revelado por Cristo invita a nuestra fe y a nuestro amor, porque tenemos un Padre cuya misericordia y compasión no fallan. En cada paso de nuestro camino hacia el cielo, él estará con nosotros para guiarnos en toda perplejidad, para socorrernos en toda tentación. Fortaleceos, pues, en el Señor y en el poder de su fuerza, y alabad a Aquel que es la luz y la salud de vuestro rostro. {29 de septiembre de 1892}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2025
Traducción: Shelly Barrios De Ávila