Jonathan Gallagher Lección 8. “Tiempo de ser padres” 2do Trimestre del 2019

Leccion 8. Tiempo de ser padres (2T 2019—Las etapas familiares)

Textos bíblicos: Gen. 18:11; Jer. 31:25; Mateo 11:28; Salmos 127; Prov. 22:6; 1 Sam. 3:10– 14; Fil. 3:13, Salmos 127:3.

Citas
● Cada día de nuestras vidas generan un depósito en los bancos de la memoria de nuestros hijos. Charles R. Swindoll
● ¿Quieres arruinar las mentes de tus hijos? Esta es la fórmula garantizada: Críalos en un contexto legalista y estrecho de religión de apariencias, donde el desempeño aparente sea más importante que la realidad. Proyecta una fe falsa. Escápate y finge tu espiritualidad. Entrena a tus hijos para que hagan lo mismo. Observa una larga lista de cosas que se deben y no se deben hacer públicamente, pero de forma hipócrita, practícalas en privado… y nunca reconozcas que es una hipocresía. Actúa de una manera pero vive otra. Y puedes contar con ello: Se producirán daños emocionales y espirituales. Charles Swindoll
● No preocupes porque tus hijos nunca te escuchen; preocúpate de que ellos siempre te observan. Robert Fulghum
● Da siempre a tus hijos un beso de buenas noches, incluso si ya están dormidos. H. Jackson Brown, Jr.
● Todo el mundo sabe cómo criar hijos, excepto los que tienen hijos. P. J. O’Rourke
● Recuerden que no han sido llamados a producir máquinas robots móviles, educadas, atléticas, talentosas y exitosas… Darle buenas oportunidades a los hijos es muy bueno; sin embargo, este no es el fin de la paternidad. El fin es ser como Cristo. Por encima de todo, criar hijos que busquen y se parezcan mucho a Jesús. Chip Ingram

Para debatir
Transmitir la fe; transmitir valores; enseñar a un niño de la manera en que debe andar… ¿cómo sucede realmente y qué expectativas debemos tener? Muchos padres se atormentan cuando sus hijos terminan mal, pero ¿depende todo de la influencia de los padres? ¿Acaso los hijos no tienen opciones también? ¿Cómo podemos lograr que nuestros hijos nos escuchen? ¿Cómo se relaciona esto con Dios?

Resumen bíblico
Gén. 18:11 hace referencia a Abraham y Sarah como padres. Dios promete ayudar a los que se cansan (Jer. 31:25). Del mismo modo, Jesús promete darnos descanso (Mat. 11:28). Los niños son una herencia del Señor (Salmo 127). Si bien no es una garantía absoluta, Prov. 22: 6 indica que conocer a Dios desde la edad temprana es una bendición más adelante en la vida. El fracaso de Eli al disciplinar a sus hijos terminó en tragedia (1 Samuel 3: 10–14). Debemos avanzar hacia la meta (Fil. 3:13).

Comentario
Hay muchas escuelas de pensamiento con respecto a la crianza de los niños. En las palabras de Joseph Wood Krutch, “A veces es más fácil dirigir un instituto para el estudio de la orientación infantil que convertir a un mocoso en un ser humano decente.” La teoría no sustituye la práctica: la práctica es la experiencia cotidiana de ser un padre. En términos de impacto real e importancia, el título de “padre” es sin duda uno de los más significativos. Como padres, tenemos la oportunidad de influir en otra vida, construir y crear, o degradar y destruir. Un niño en todo su potencial es un regalo maravilloso, que no debe ser menospreciado o mal utilizado. Las consecuencias de ser “padres” son grandes, en ambos sentidos de la palabra.

Especialmente cuando reconocemos la asombrosa verdad de que Dios se identifica a sí mismo usando términos paternos. Al describir cómo es él, Dios elige las relaciones humanas más cercanas e íntimas: las de la familia. Sabiendo esto, y como somos hijos de Dios, entonces como padres entendemos que reflejamos a Dios a nuestros propios hijos. Como padres cristianos, todos seguimos tratando y aprendiendo, y no podemos afirmar que tenemos todas las respuestas. Nuestros hijos a menudo nos hacen recordar que no somos padres perfectos. ¡El hecho de que se sientan en libertad de decirnos que no somos perfectos es, de hecho, un factor positivo! Necesitamos encontrar principios para ayudar; ideas y maneras de manejar algunos de los inmensos desafíos de ser padre hoy. Hay alegrías y tristezas, victorias y derrotas, tiempos de unión maravillosa y tiempos de separación
decepcionante. Debemos esforzarnos por ser realistas. Podemos tener ideales, pero no debemos tratar de seguir una visión idealista de ser padres. Con todos sus desafíos reconocidos, ser padre
significa traer felicidad, amor y unión. Incluso cuando las cosas van mal, muy mal, usted como padre siempre debe creer que este es el aspecto más importante de su vida y no abandonar sus responsabilidades. En última instancia, recordar que se está formando una nueva persona, y su hijo tiene las mismas opciones y responsabilidades que usted tiene como ser humano. No podemos forzar sus elecciones, y “solo el amor engendra amor”. Tal como el significado misma de la palabra educación: es una guía y no una imposición. De esta manera, reproducimos el proceso que Dios usa para tratar con nosotros. Al comprender nuestros pensamientos más íntimos y nuestra verdadera naturaleza, busca guiarnos y orientarnos para que, como sus hijos, podamos llevar su nombre de verdad, representándolo en todo el universo. Porque así como nuestros hijos hablan de nosotros,
hablamos por nuestro Padre celestial.

Comentarios de Elena de White
Los hijos son confiados a sus padres como un cometido precioso, que Dios requerirá un día de sus manos. Debemos dedicar a su preparación más tiempo, cuidado y oración. Necesitan que les demos más instrucción de la clase apropiada… {El Hogar Cristiano, p. 143}
Padres, al educar a vuestros hijos, estudiad las lecciones que Dios ha dado en la naturaleza. Si queréis cultivar un clavel, o una rosa, o un lirio, ¿cómo lo hacéis? Preguntad al jardinero por medio de qué proceso logra que prosperen gloriosamente toda rama y hoja y se desarrollen con simetría y hermosura. El os dirá que no es mediante un trato rudo ni un esfuerzo violento; porque eso no haría sino romper los delicados tallos. Es por medio de pequeñas atenciones repetidas con frecuencia. Riega el suelo y protege las crecientes plantas del viento impetuoso y del sol abrasador, y Dios las hace prosperar y florecer con hermosura. Al tratar con vuestros hijos, seguid el método del jardinero. Por toques suaves, por un ministerio amante, tratad de moldear su carácter según el carácter de Cristo. {Condución del Niño, p. 35}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2019
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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