Jonathan Gallagher Lección 3. “¿Acaso teme Job a Dios de balde?” (4T 2016—El libro de Job)

“¿Acaso teme Job a Dios de balde?” (4T 2016—El libro de Job)

Textos bíblicos: Job 1, Job 2, 1 Corintios 4:9, Génesis 3:1–8, Filipenses 4:11–13, Mateo
4:1–11, Filipenses 2:5–8.

Citas
• Muy poca atención se le presta al lado oscuro de los incentivos. No son más que una bala mágica… Cuando nos basamos en los incentivos, socavamos las virtudes. Entonces cuando descubrimos que realmente necesitamos personas que quieran hacer lo recto, ya esas personas no existirán, porque habremos aplastado sus deseos de hacer lo correcto con esos incentivos. Barry Schwartz
• A los economistas les encanta hablar de incentivos, pero el resultado es que a las personas no les gusta que las controlen o manipulen, aunque sea a través de instituciones voluntarias. Esta es una de las tensiones más grandes del capitalismo. Tyler Cowen
• La religión es un medio de explotación usado por el fuerte contra el más débil; la religión es un velo de ambición, injusticia y vicio. Georges Bizet
• Casi todas nuestras relaciones comienzan y continúan como formas mutuas de explotación, como un trueque mental o físico que terminará cuando una o ambas partes se quede sin bienes que ofrecer. W. H. Auden
• Si el amor no sabe cómo dar y recibir sin restricciones, no es amor, sino una transacción que nunca deja de insistir en más o menos. Emma Goldman

Para debatir
¿Acaso la acusación de Satanás no era por lo menos parcialmente verdadera? ¿No gozaba Job de ciertos beneficios? ¿Fue justo que Dios llamara la atención de Satanás hacia Job, y que luego le permitiera sufrir? ¿Qué decir de la pérdida de sus hijos? ¿Qué hay de su esposa cómo entendemos su consejo de “maldice a Dios y muérete”? ¿Qué
lecciones podemos aprender aquí sobre el conflicto cósmico?

Resumen bíblico
Los capítulos 1 y 2 están escritos en prosa, mientras que el resto del libro de Job (salvo por el epílogo) están escritos en verso. Esto es importante para entender en contexto el significado y estructura del libro. Estos dos capítulos iniciales son el escenario, y vemos en él la acusación de Satanás al decir que Job solo obedece a Dios por
los beneficios de los que goza. La respuesta de Job es una demostración de la verdad y justicia de Dios. Del mismo modo, nosotros también somos un espectáculo ante el universo: “Por lo que veo, a nosotros los apóstoles Dios nos ha hecho desfilar en el último lugar, como a los sentenciados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para
todo el universo, tanto para los ángeles como para los hombres.” 1 Cor. 4:9 FBV. Génesis 3:1–8 nos hace un recuento de la Caída. Por su parte, en Filipenses 4:11-13 Pablo afirma que ha aprendido a estar contento en medio de todas las circunstancias. Mateo 4:1–11 narra las tentaciones de Jesús. Luego Filipenses 2:5–8 nos recuerda que debemos pensar como Jesús.

Comentario
El argumento básico de Satanás es que Job sigue a Dios por los beneficios que obtiene de tal relación. Según él, Job no ama a Dios, y solo sigue allí por el beneficio material, por la recompensa de ello. Es por eso que enfocarnos en el final de la vida de Job es contraproducente para su verdadero mensaje, porque el hecho de que él haya
recuperado sus posesiones, es en cierto modo es incidental, ¡de lo contrario Satanás estaría en lo cierto! Desde luego que no. La dedicación y la fidelidad de Job hacia Dios no se basaba en beneficios materiales. Job se identifica con Dios y se mantiene de su lado en medio del Gran Conflicto. No se trata de un amor por interés o “cupboard love” como se le llama en Inglaterra (refiriéndonos a cuando un niño dice que quiere a su tía pero es porque quiere
que recibir de la torta de chocolate que ella tiene en su despensa).
Muy por el contrario, Job está de acuerdo con Dios en lo que es correcto y lo que no. Cualquiera sea la situación, Job quiere hacer lo justo. Incluso en momentos de desespero, Job no renuncia a su fe, aunque sin duda alguna se queja de ello. Pero por encima de todo Job rechaza la idea de sus amigos de que posiblemente él está sufriendo
porque está siendo castigado por sus pecados. Este concepto, que aún es común hoy, pone a Dios bajo un pésimo panorama y lo convierte en culpable del mal que hay en todo el mundo. La verdad es muy contraria a esto: aunque sin duda podemos experimentar las consecuencias naturales por hacer el mal, el sufrimiento a menudo puede ser parte del “daño colateral” del pecado donde muchos inocentes sufren por las acciones de los
culpables.
¿Cómo, entonces, aplicamos estas lecciones a nuestras propias vidas? Desde luego recibimos (y esperamos recibir) bendiciones de Dios. ¡Hasta a menudo oramos por tales bendiciones! ¿Puede Satanás acusarnos por desear recibir beneficios de parte de Dios? La cuestión real aquí es si abandonaríamos a Dios al no recibir tales bendiciones.
En la vida podemos experimentar altos y bajos, y necesitamos asegurarnos de no abandonar a Dios cuando estamos en los valles. Recordemos que nosotros también somos un “espectáculo” ante el universo como parte de la respuesta de Dios al Gran Conflicto. Los que dicen que conocen a Dios son testigos de su carácter y deben exhibirse como evidencia de ello ante todo el universo.
Después de que el Diablo desafiara la naturaleza misma de Dios, acusándolo de ser un Dios injusto y dictador, Dios tenía que demostrar su caso ante la corte de todo el universo. Porque él no puede simplemente decir que es un Dios de amor y cuidado, sino que tiene que demostrar que así es. Nosotros, entonces, somos parte de esa demostración. Cada vez que un cristiano profeso actúa de parte del Diablo, está apoyando sus acusaciones en contra Dios. Pero por
el otro lado, cada vez que demostramos la verdad sobre el Dios que nos amó tanto que estuvo dispuesto a morir para rescatarnos, entonces estamos demostrando que Dios es realmente como él dice que es. Así que sigamos adelante. Seamos un espectáculo a favor de Dios, porque nunca sabemos quién pueda estar observando. Solo asegurémonos de que nuestro espectáculo hable en favor de Dios.

Comentarios de Elena de White
La abnegación, el principio del reino de Dios, es odiada por Satanás, que niega hasta su misma existencia. Desde el comienzo del gran conflicto él se ha esforzado por demostrar que los principios de acción de Dios son egoístas, y trata del mismo modo a todos los que sirven a Dios. La obra de Cristo y la de todos los que llevan su nombre es refutar las denuncias de Satanás… Satanás pronunció una despectiva acusación contra este hombre. “¿Por ventura Job teme a Dios de balde? ¿No le has cercado en derredor, así a él como a su casa y a todo lo que tiene?”… {Hijos e Hijas de Dios, p. 97} Al venir a morar con nosotros, Jesús iba a revelar a Dios tanto a los hombres
como a los ángeles. Él era la Palabra de Dios: el pensamiento de Dios hecho audible. En su oración por sus discípulos, dice: “Yo les he manifestado tu nombre”—“misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad,”—“para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.” Pero no sólo para sus hijos nacidos en la tierra fue dada esta revelación. Nuestro pequeño mundo es un libro de texto para el
universo. El maravilloso y misericordioso propósito de Dios, el misterio del amor redentor, es el tema en el cual “desean mirar los ángeles,” y será su estudio a través de los siglos sin fin. Tanto los redimidos como los seres que nunca cayeron hallarán en la cruz de Cristo su ciencia y su canción. Se verá que la gloria que resplandece en el rostro de Jesús es la gloria del amor abnegado. A la luz del Calvario, se verá que la ley del renunciamiento por amor es la ley de la vida para la tierra y el cielo; que el amor que “no busca lo suyo” tiene su fuente en el corazón de Dios. {El Deseado de Todas las Gentes, p. 11}

Preparado y escrit por © Jonathan Gallagher 2016
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

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