Jonathan Gallagher Lección 13. “La restauración final de la unidad” Cuarto Trimestre del 2018

Leccion 13. La restauración final de la unidad (4T 2018—Unidad en Cristo)

Textos bíblicos: Juan 14:1–3, Isa. 11:1–10, Apoc. 21:1–5, 1 Tes. 4:13–18, Apoc. 22:1–5, Isa. 35:4–10; 2 Ped. 3:13.

Citas
• En las cosas necesarias, unidad; en cosas dudosas, libertad; en todas las cosas, caridad. Richard Baxter
• La unidad sin el evangelio es una unidad sin valor; es la misma unidad del infierno. J.C. Ryle
• Los verdaderos amigos avanzan en la misma dirección, hacia proyectos, intereses y metas comunes. C. S. Lewis
• Una visión común puede unir a personas de temperamentos muy diferentes. Tim Keller
• Solo hay un Dios, y los que le sirven deben ser uno. No hay nada que haga a la verdadera religión más hermosa, o que la haga más prosélita, que ver a sus seguidores unidos con las cuerdas del corazón del amor. Si Dios es uno, que todos los que le profesan sean de una sola mente y un solo corazón, y así cumplan la oración de Cristo, “para que todos sean uno”. Thomas Watson
• La unidad a pesar de la diversidad es exactamente lo que define al cristianismo como distinto y antitético de todos los demás sistemas de creencias religiosas. R. Alan Woods

Para debatir
¿Qué implica la restauración de la unidad de todo el universo? ¿Es el poder de Dios el que gana la victoria? ¿Podría decirse que los buenos están unidos al excluir a los malvados? ¿Cómo se ve Dios en su manera de tratar con sus enemigos? ¿Qué mantiene al universo seguro por toda la eternidad? ¿Cuál es el logro que al final garantiza el fin del conflicto de los siglos por siempre?

Resumen bíblico de la lección
• Juan 14:1–3 es la promesa del regreso de Jesús
• Isa. 11:1–10 señala al futuro, cuando todo será bueno
• Apoc. 21:1–5 describe un nuevo cielo y una nueva tierra
• 1 Tes. 4:13–18 habla de la venida de Jesús y su resurrección
• En Apoc. 22:1–5 Dios promete vivir con nosotros. Él será nuestro Dios y nosotros su pueblo.
• Isa. 35:4–10 describe el gozo de los redimidos.
• 2 Pedro: 3:13 VBL dice: “Pero en lo que a nosotros concierne, buscamos nuevos cielos y nueva tierra que Dios ha prometido, y donde hay justicia.”

Comentario
¿Por qué viene Jesús? Para terminar todo esto. Para poner un fin tan anhelado al pecado y al mal, y para crear su reino de justicia. ¿Por qué viene Jesús? Para resolver los problemas que hemos causado y que no podemos resolver. Para re-crear la tierra, transformarla en un nuevo planeta de paz y armonía. ¿Por qué viene Jesús? Para dar vista a los ciegos, para sanar a los cojos, y para
cumplir todas sus promesas. ¡Para cambiar totalmente no solo el mundo físico, sino incluso la forma en que pensamos! ¿Por qué viene Jesús? Para completar aquello por lo que ha estado trabajando desde el principio: demostrar su verdadera naturaleza en oposición a las mentiras del Diablo, reivindicar su honradez, y demostrar que la justicia es absolutamente justa. ¡Para terminar la guerra!
¿Por qué viene Jesús? En última instancia porque tiene que hacerlo. Porque él ama a sus amigos y los quiere con él para siempre. Aquellos que elijan seguir su propio camino tendrán la libertad de hacerlo, aunque ello los lleve a la autodestrucción. Y para que el mal eventualmente sea aniquilado de su universo, Jesús viene a premiar a todos de acuerdo con las elecciones que han hecho: tener vida eterna con él, o quedarse afuera, en la oscuridad de la separación de Dios, que es la segunda muerte. Porque la exclusión de Dios significa la no existencia, el resultado inherente de elegir seguir nuestro propio camino de rebelión y egoísmo… Jesús viene especialmente por nosotros. Tal como en una relación de padres e hijos; o como esposo y esposa; como amigo y amigo.
En el centro del mensaje del amor de Dios en Jesús encontramos que el Hijo de Dios vino a nosotros, para mostrarnos el camino, para hablarnos, para morir en nuestras manos, y así poder salvarnos. Él vino del cielo (Juan 3: 13, 6:38, “desde arriba” Juan 8: 23), vino a la tierra y a la humanidad caída. Esa es la verdad más grande del evangelio.
No tenemos que acercarnos a Dios, porque en todo caso eso es imposible. Él viene a nosotros. Él viene donde estemos. Él viene para que Dios pueda estar con nosotros y salvarnos. “Vine… a llamar… a los pecadores al arrepentimiento” (Lc.5: 32). Esa es la verdad del acercamiento de Dios hacia nosotros en la persona de Jesucristo. Lo mismo se aplica a la venida suprema y consumada que es el segundo advenimiento de Cristo. Jesús viene otra vez para poder estar con nosotros. Nosotros mismos no podemos ir a donde él está y por ello él viene a nosotros. El Dios que viene siempre viene a salvar, a sanar a los que le responden. Incluso podríamos imaginarlo diciendo “Regresaré a la tierra para encontrarte donde estés. Estoy dispuesto a bajar una vez más del cielo para que veas cuánto te amo.” En la segunda venida, Jesús nos recibe con los brazos abiertos.

Comentarios de Elena de White
La iglesia habría vuelto a alcanzar aquel bendito estado de unidad, fe y amor que existía en tiempos apostólicos, cuando “la muchedumbre de los creyentes era de un mismo corazón y de una misma alma”, y “hablaron la Palabra de Dios con denuedo”, cuando “el Señor añadía a la iglesia los salvados, de día en día”. Hechos 4:32, 31; 2:47” {El Conflicto de los Siglos, p. 376}
Estamos procurando la segunda venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No solo debemos creer que el final de todas las cosas está cerca, sino que debemos estar llenos del espíritu de Adviento de que cuando el Señor venga pueda encontrarnos listos para encontrarlo, ya sea que estemos trabajando en el campo, construyendo una casa, o predicando la Palabra; listos para decir: “He aquí, este es nuestro Dios; lo hemos esperado, y él nos salvará” (Isaías 25: 9). Carta 25, 1902. {Manuscript Releases, Tomo 10, p. 388}
El mensaje de la segunda venida de Cristo debe tener el concurso de un poder viviente… El mensaje para esta época es positivo, sencillo y de la más grande importancia. Debemos obrar como hombres y mujeres que creen en esto. Nuestra obra consiste en esperar, velar, trabajar, orar y amonestar al mundo… {El Evangelismo, p. 163} El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor. {El Conflicto de los Siglos, p. 657}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2018
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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