Jonathan Gallagher Lección 11. “La unidad en la adoración” Cuarto Trimestre del 2018

Leccion 11. La unidad en la adoración (4T 2018—Unidad en Cristo)

Textos bíblicos: Apoc. 4:8, 11; Mat. 4:8, 9; Dan. 3:8–18; Apoc. 14:9; Apoc. 14:6, 7; Hechos 4:23–31.

Citas
• Reunirse con el pueblo de Dios en adoración al Padre es tan necesario para la vida cristiana como la oración. Martín Lutero
• La iglesia está representada en todas partes como una sola. Es un cuerpo, una familia, un rebaño, un reino. Es uno porque está impregnada por un espíritu. Nosotros todos somos bautizados en un espíritu para convertirnos, como dice el apóstol, en un cuerpo. Charles Hodge
• La unidad de la cristiandad no es un lujo sino una necesidad. El mundo seguirá siendo frágil hasta que la oración de Cristo “para que sean uno” sea respondida. Debemos tener unidad, no a toda costa sino a pesar de todo riesgo. Una iglesia unida es la única ofrenda que podemos presentarle al Cristo que vendrá, porque solo en la unidad habrá logar para él. Charles H. Brent
• Hay un poder inusual en la oración unida. Dios desea que su pueblo se una en oración, no solo para la convivencia cristiana, edificación y crecimiento espiritual, pero también para cumplir sus propósitos divinos y lograr sus objetivos. Wesley L. Duewel

Para debatir
¿Qué importancia tiene la unidad en la adoración? ¿Caso la adoración no revela nuestras diferencias siendo que nuestros servicios de adoración son diferentes en todo el mundo? ¿Cómo podemos ser uno en la adoración? ¿Cómo podemos hacer que nuestra adoración sea relevante y cobre significado? ¿Podemos ser uno con esos que adoran en formas que nos parecen inapropiadas?

Resumen bíblico de la lección
• Apoc. 4:8, 11 menciona cánticos de adoración.
• Satanás tienta a Jesús pidiéndole que se arrodille y lo adore (Matt. 4:8, 9).
• Nabucodonosor exigía adoración a su imagen (Dan. 3:8–18).
• Apoc. 14:9 nos advierte contra la adoración a la bestia, y en versículos anteriores hace un llamado a adorar a Dios como creador (Apoc. 14:6, 7).
• La iglesia primitiva dedicaba tiempo para orar juntos, comer juntos y adorar juntos (Hechos 4:23–31).

Comentario
La más poderosa herramienta del diablo en su rebelión contra Dios es la difamación. Su mayor ambición es ser como Dios, en el sentido más malvado y celoso. Incluso tuvo el descaro de exigir adoración a Dios mismo, cuando vino como Cristo a este mundo: “Entonces el diablo llevó a Jesús a una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo en toda su gloria. Le dijo a Jesús: ‘Te daré todos estos reinos si te arrodillas y me adoras.’” (Mateo 4: 8, 9 VBL). Como escribió Goethe en Fausto, “El diablo es un egoísta”. Está completamente envuelto en sí mismo y en sus ambiciones egoístas a tal punto que falsificará toda verdad para lograr su objetivo. Él es el padre de las mentiras, el asesino de la verdad desde el principio.

Pensemos en todas las veces que el Diablo ha difundido ideas falsas acerca de Dios. Desde el principio, Satanás le ha estado mintiendo a la humanidad sobre el tipo de persona que Dioses. Primero engañó a Eva, luego Eva transmitió este mensaje a Adán (Génesis 3). Luego, engañó a Caín para convencerlo de que se rebelara contra los requisitos de adoración “arbitrarios” de Dios, lo que eventualmente lo llevó a asesinar a su hermano obediente (Génesis 4). Luego, engañó a todos los habitantes de la tierra antes del Diluvio. El tiempo en que “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos de su corazón era de continuo al mal” (Génesis 6: 5).
En contraste, nuestra adoración consiste en darle a Dios su valor, que es de lo que se trata la adoración realmente. Nos deleitamos en el único que puede curarnos y rehacernos a su imagen. Nos unimos en alabanza a quien es completamente digno de confianza, justo y bueno. Adorar en espíritu y en verdad. Esto sugiere que también podemos adorar no en espíritu y no en verdad… Vale la pena que reflexionemos sobre esto. Con frecuencia, la adoración se trata de cómo nos sentimos nosotros. Nos sentimos “reverentes y adoradores” cuando entramos a una catedral masiva. Sin embargo, lo que sentimos en ese momento puede no necesariamente tener nada que ver con la adoración.
Cuando llegamos a a conocer la verdad acerca de Dios, podemos adorar espiritualmente. Solo cuando comencemos a ver la maravillosa verdad que Dios nos ha mostrado acerca de sí mismo, principalmente a través de Jesús, quien vino a hacer precisamente eso, podremos adorar a Dios de una manera real y relevante. En el fondo, la palabra “adoración” significa darle a alguien su valor. En otras palabras, una expresión de cuánto pensamos en alguien, una actitud positiva de respeto y aprecio. No se puede adorar verdaderamente sin el pensamiento y la admiración.

Ahora bien, dar valor implica atribuir valor, indicando lo que creemos que es realmente nuestro tesoro. La adoración da a entender que Dios vale la pena. Jesús pasó mucho tiempo tratando de explicar la importancia de identificar los verdaderos valores y lo que es realmente importante en comparación con lo que normalmente valoramos o a lo que atribuimos valor. Entonces, la adoración reordena nuestras prioridades y nos revela a nosotros y a los demás lo que realmente creemos que es vital. Al reconocer al verdadero Dios, desearemos adorarlo, agradecerle y alabarlo por su presencia en nuestras vidas. La adoración es muy personal y no se puede definir por un ritual. El sentido de asombro y grandeza ante la belleza de la naturaleza nos lleva a reflexionar y adorar al Dios de la creación, y esto puede ocurrir muy lejos de la iglesia. En todo lo que hacemos, debemos mantener una conciencia de Dios. Esto es adoración.

Comentarios de Elena de White
Que todos los corazones se unan mañana y noche en adoración reverente. {Ser como Jesús, p. 326}
Bajo dos cabezas, amor a Dios y amor a nuestro prójimo, todos los preceptos conforman una unidad sagrada. Estos dos principios son inmutables y tan eternos como el trono de Dios. Por ellos el carácter del hombre es probado, y muestra su obediencia o desobediencia. Aquellos que obedecen al primero, amando a Dios supremamente, derramarán las riquezas de la bondad de Dios en amor y compasión hacia sus semejantes. Harán mucho más que simplemente reconocer la verdad; ofrecerán mucho más que un culto ceremonial; ellos le darán a Dios todo el servicio requerido por él; porque el amor supremo a Dios es una evidencia de que la verdad es un principio permanente en el corazón. {Signs of the Times, 25 de enero de 1899 par. 5} Nuestras reuniones deben ser espirituales y sociales, y no demasiado largas… La adoración a Dios debe ser interesante e instructiva para aquellos que tienen amor por las cosas divinas y celestiales. {Review and Herald, 28 de abril de 1885 par. 5}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2018
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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