Jonathan Gallagher Lección 1 “Parte de la familia de Dios” 1er Trimestre del 2022

1. Parte de la familia de Dios (1Q 2023-Manejando para el Maestro-Hasta que Él venga)

Textos bíblico: Gál. 3: 26, 29; Sal. 50: 10-12; 1 Cr. 29: 13, 14; Fil. 4:19; 1 Jn. 5:3; 3:1; Mt. 6:19-21.

Citas

• No hay foro más consistente, preñado y dinámico para la instrucción sobre la vida que la familia, porque eso es exactamente para lo que Dios diseñó la familia, una comunidad de aprendizaje. Paul David Tripp
• El propósito de la Biblia es simplemente proclamar el plan de Dios para salvar a sus hijos. Afirma que el hombre está perdido y necesita ser salvado. Y comunica el mensaje de que Jesús es el Dios en la carne enviado para salvar a sus hijos. Max Lucado
• Eres hijo o hija de Dios. Eres hijo del Rey y eres heredero de todo lo que Dios tiene. Eres un beneficiario del amor generoso de Dios, que te ha cambiado de fracaso a familia. La gracia no sólo anula la culpa y y la vergüenza; la gracia te redefine. Eres un miembro amado de la familia de Dios Todopoderoso. Louie Giglio
• La familia cristiana es misionera: anuncia el amor de Dios al mundo. Papa Francisco
• En este Año de la fe, pedimos al Señor que la Iglesia sea siempre una verdadera familia que lleve el amor de Dios a todos. Papa Francisco
• Aprecia tus vínculos familiares. Son una de las mejores maneras que tiene Dios de demostrar su amor y comunión. Norman Vincent Peale

Para debatir
¿Qué es mi familia? ¿Cómo defines “la familia de Dios”? ¿Qué falló en la familia de Dios, y cuándo? ¿Cuáles son los problemas de tu familia? ¿Cuál es la importancia de la comprensión de Dios para las familias? ¿Qué ocurre cuando no estamos de acuerdo en la verdad sobre el Padre de nuestra familia? ¿Cuál es la mejor manera de establecer la verdad y lo correcto, y de comunicarlo a los demás?

Resumen bíblico
“En Gálatas 3:26, Pablo explica que “todos vosotros sois hijos de Dios por vuestra confianza en Cristo Jesús”. Todo pertenece al Señor (Salmo 50:10-12). Damos gracias a Dios, devolviéndole todo lo que tenemos, ya que él nos ha dado todo (1 Crónicas 29:13, 14). Dios nos colmará de todo lo que necesitamos (Filipenses 4:19). Hacemos lo que Dios dice porque lo amamos (1 Juan 5:3). “¡Mira qué amor tiene el Padre por nosotros! Por eso podemos ser llamados hijos de Dios, porque eso es lo que somos” (1 Juan 3:1). No debemos acumular posesiones terrenales (Mateo 6:19-21).

Comentario
Las familias se ayudan unas a otras. Eso es lo fundamental, o al menos debería serlo… Sin embargo, el concepto de formar parte de la familia de Dios suscita inmediatamente la pregunta de qué es la familia de Dios… e inmediatamente nos transportamos a un universo inmenso del que nuestro pequeño planeta es una parte tan infinitesimal. Enseguida vemos los rostros multitudinarios de los que miran, observando lo que sucede en esta pequeña pero significativa parte de la familia universal. La familia a la que pertenecemos está mucho más allá de nuestra comprensión en número y alcance. Aunque nuestras familias terrenales pueden servirnos de modelo, nuestra familia eclesiástica también nos hace sentir parte de esta familia de Dios masivamente extendida de verdad.

Y cuando leemos la historia de la primera familia humana en el Génesis, también deberíamos darnos cuenta de todas esas implicaciones. Adán y Eva no fueron los primeros hijos creados por Dios. Tampoco fueron los primeros en pecar. La familia de Dios ya había sido perturbada por la rebelión de Satanás. Adán y Eva eran parte de la respuesta de Dios, y cuando fallaron, la familia de Dios fue dañada una vez más. Este libro de la lección del universo” cuenta su historia de forma tan elocuente de lo que es realmente el pecado, cómo responde Dios, quién es, qué hace y cómo restaura finalmente la armonía familiar. Juan 17 revela el tipo de familia que Dios busca. No se basa en relaciones de sangre, sino en la elección deliberada del bien, la aceptación de Dios y de su reino. El padre de esta familia no gobierna en virtud de la procreación, posición o poder, sino invitando a la elección y aceptación. Nuestro Padre celestial es tan diferente de un padre terrenal que es difícil de comprender, pero Dios ha elegido las relaciones familiares para representar lo más fielmente posible las relaciones que quiere tener con nosotros. Así que es una buena idea revisar estos modelos, reconociendo que son solo imágenes de la perfección que Dios ha planeado para nosotros en nuestra relación eterna con Él. Esto, a su vez, significa que todo se reduce al amor. Esto puede parecer muy obvio. La palabra amor puede significar muchas cosas. Pero en el sentido de los principios altruistas por los que Dios dirige su universo, significa mucho. Eso es lo que Juan explica en 1 Juan 4. Así que, al final, a través del amor que podemos encontrar en la familia podemos ver el amor de Dios en su familia. Y a pesar de todos los fracasos y distorsiones en nuestras familias terrenales, podemos “conocer y confiar en el amor que Dios nos tiene. Quien vive en el amor vive en Dios, y Dios en él”. 1 Juan 4:16 NVI. A menudo, Dios tiene que trabajar con nosotros dentro de la familia de Dios para ayudarnos a darnos cuenta de que todos pertenecemos a ella. Como dice un libro de texto católico: “¡Jesús murió por todos, no solo por la gente que conoces y te cae bien!”. Necesitamos ver la totalidad de la familia de Dios y no excluir a nadie de ninguna manera. Esto significa pensar más allá de nuestro mundo y ver a nosotros mismos como parte de la familia de Dios extendida por todo el universo. Esto nos ayuda a comprender nuestra posición, aunque tengamos un papel especial como espectáculo ante el universo.

Comentarios de Elena de White

Dios quiere que nuestras familias sean símbolos de la familia del cielo. Que padres e hijos tengan presente cada día esto y se relacionen unos con otros como miembros de la familia de Dios. Entonces sus vidas serán de tal carácter que darán al mundo una lección objetiva de lo que pueden ser las familias que aman a Dios y guardan sus mandamientos. Cristo será glorificado y su paz, gracia y amor impregnarán el círculo familiar como un perfume precioso. {AH 17.2}

Por su vida y su muerte, Cristo ha logrado algo más que la recuperación de la ruina causada por el pecado. El propósito de Satanás era lograr una separación eterna entre Dios y el hombre, pero en Cristo nos unimos a Dios más estrechamente que si nunca hubiéramos caído. Para asegurarnos su inmutable consejo de paz, Dios dio a su Hijo unigénito para que formara parte de la familia humana, conservando para siempre su naturaleza humana. Esta es la garantía de que Dios cumplirá su palabra. Dios ha adoptado la naturaleza humana en la persona de su Hijo y la ha llevado hasta lo más alto del cielo. En Cristo, la familia de la tierra y la familia del cielo están unidas. {DA 25-6}

Ningún acto de bondad mostrado en su nombre dejará de ser reconocido y recompensado. Y en el mismo tierno reconocimiento, Cristo incluye hasta al más débil y humilde de la familia de Dios. “El que dará de beber”, dice, “a uno de estos pequeños”, a los que son como niños en su fe y su conocimiento de Cristo, “un vaso de agua fría sólo en nombre de un discípulo, de cierto os aseguro que no perderá su recompensa” (Mateo 10:42). {CC 207.3}

Los seres humanos pertenecen a una gran familia: la familia de Dios. El Creador quiso que se respetaran y amaran mutuamente, manifestando siempre un interés puro y desinteresado por el bien de los demás. Pero el objetivo de Satanás ha sido guiar a los seres humanos hacia su dominio, y ha desarrollado un egoísmo que ha llenado el mundo de miseria y luchas, enfrentando a los hombres entre sí. {CS 24.1}