De principio a fin, estudiamos la muerte y resurrección más importante de todas: la de Cristo, el Cordero de Dios. Vemos en las Escrituras…
- Que el plan de salvación se originó antes de la fundación de nuestro mundo-Revelación 13:8 (domingo)
- Que los discípulos entendieron mal cuando Jesús predijo su muerte y resurrección-Lucas 9:44, 45 (lunes)
- Lo que significó cuando Jesús dijo: “Está consumado”-Juan 17:4 (martes)
- Que Su resurrección aseguró la nuestra-Juan 3:16 (miércoles)
- Que Su sacrificio sigue siendo malinterpretado por muchos en el mundo-1 Corintios 1:18 (jueves)
Cristo se convirtió en el centro de toda la predicación de los fieles seguidores de Dios en el Nuevo Testamento. El apóstol Pablo afirmó que la historia de su muerte sacrificial era su mensaje principal (1 Corintios 2:2). Toda la esperanza de una futura resurrección para nosotros descansa en Aquel que pagó el precio de nuestro pecado y que volvió de la tumba tres días después, asegurando nuestra futura victoria sobre la muerte.
Texto de memoria: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así debe ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” Juan 3:14,15 RVR.
En Números 21 encontramos la historia de cómo Dios salvó a su pueblo de las mordeduras de serpientes venenosas haciéndoles mirar una serpiente de bronce en un poste (Números 21:9). Esto representaba la confianza que debían tener en su Mesías, que algún día vendría y moriría por sus pecados, sanándonos del veneno del pecado.
A continuación de estos versos en Juan 3 se dice que está el verso más conocido de toda la Biblia: Juan 3:16. Este versículo nos dice la razón de su muerte sacrificial y resurrección. Fue para que no tuviéramos que perecer en la segunda muerte, el lago de fuego (Apocalipsis 20:14). Su amor nos permite vivir para siempre.
