Algunas cosas sorprendentes sobre el Siervo se ponen de manifiesto en los capítulos 50-53…
- El domingo: No viene a salvarse a sí mismo. (Isaías 50:4-10)
- Lunes: Es un Siervo sufriente. (Isaías 52:13-15 e Isaías 53)
- Martes: No merece sufrir. (Isaías 52-13-15 e Isaías 53)
- Miércoles: Nosotros somos la causa de su sufrimiento. (Isaías 53:3-9)
- Jueves: Sufrió y murió por nuestra salvación. (Isaías 53:10-12)
Isaías sigue dando cuerpo al Siervo, el que trae a Israel promesas de consuelo y esperanza. Este Mesías se presenta como un Rey, una figura verdaderamente heroica que salva a su pueblo.
Pero luego, nuestra imagen de Él se ve totalmente alterada. Se convierte en un Siervo sufriente, despreciado y rechazado, en absoluto como lo vimos por primera vez en estas profecías.
Tal vez Isaías vacila en mostrarnos el sufrimiento extremo de este Siervo, porque su imagen era casi demasiado dura para el profeta. Nos conduce suavemente a la verdad del horrible sacrificio del Cordero, porque es la forma más misericordiosa de transmitir lo que le sucede a nuestro Rey, a quien hemos llegado a amar y admirar.
Texto de memoria: “Pero Él fue herido por nuestras transgresiones; fue magullado por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por sus llagas fuimos curados”. Isaías 53:5 LBLA
“Tomando la forma de siervo [o esclavo]” (Filipenses 2:7), Jesús hizo lo impensable (morir en una cruz cruel), para alcanzar lo inalcanzable (toda la raza humana).
