Aunque se han dado muchas razones para no guardar el sábado, no se puede ignorar el descanso pacífico que Dios hizo para nosotros en el séptimo día de cada semana. Algunos dirán que no importa qué día, o que ahora sólo necesitamos a Jesús y el día no importa en absoluto.
Pero el hecho es que Dios creó un día especial y nos dijo que nos abstuviéramos de trabajar y que sacáramos fuerzas de él durante los seis días restantes de la semana. Cualquiera que haya trabajado repetidamente más de siete días sin descanso en el campo laboral que ha elegido, aprecia el alivio y la fuerza que puede aportar un día de descanso semanal.
Guardar el sábado es como presionar un botón de reinicio o tener nuestras baterías físicas y espirituales cargadas. Sólo puede llevarnos a un mayor descanso en Dios mientras atravesamos los muchos acontecimientos perturbadores de la vida. En estos últimos y tumultuosos días, es más necesario que nunca (Hebreos 10:25).
Texto de memoria: “Seis días se trabajará, pero el séptimo día es un día de descanso solemne, una santa convocación. No harás ningún trabajo en él; es el día de reposo del Señor en todas tus moradas”. Levítico 23:3 LBLA
Una convocatoria es un grupo de personas reunidas con un propósito especial. La intención de Dios es que nos acerquemos a Él en el séptimo día, pero también que nos acerquemos unos a otros. Nos beneficiamos mucho al reunirnos para adorar y alabar a nuestro Creador y Redentor en el día hecho santo para ese propósito.
Afortunadamente, en este día de la tecnología, hay muchas maneras en que podemos conectarnos con otros creyentes en Su día sagrado. El teléfono, la televisión e Internet nos permiten sentirnos parte del movimiento cristiano, cuando la comunión en persona no es posible, como durante la actual pandemia sanitaria.
