Pablo llegó a Éfeso, encontró a Apolo, un poderoso orador, que se convirtió por medio de Juan el Bautista, y parece que conoció a Jesús, pero no había participado en Pentecostés, ni recibido el bautismo del ESPÍRITU SANTO, que además, él y otros otros once ni conocían. Estos hombres eran sinceros; ellos no se resistieron en recibir más ese bautismo, e inmediatamente al salir del agua, el ESPÍRITU SANTO bajó sobre ellos y también hablaron en lenguas extranjeras, demostrando así su aprobación por parte de Dios… el tercer viaje de pablo nos trae emocion y mucho parendizaje.
GRACIAS