Cuando Dios fue a sacar a su pueblo de Egipto, había necesidad de protección. Por un lado, ese pueblo debería ser protegido de la furia de los soldados de Egipto, por otro, del ángel destructor que mataría a los primogénitos. En los últimos días, el pueblo de Dios debe ser protegido de la furia de los agentes de satanás, compuestos de ex hermanos que migraron a Babilonia, esos serán peores enemigos, además de los siervos del demonio venidos de Babilonia y de los ángeles y el propio satanás. También ese pueblo deberá ser protegido de las peores plagas que Dios enviará sobre nuestro mundo. Esta protección está garantizada por el sello de Dios. El desenlace, especialmente durante las plagas y hasta la sexta plaga, serán momentos durísimos para el pueblo de Dios, la mayor prueba de todos los tiempos. Sólo los sellados subsistirán. Este será el último enfrentamiento antes del milenio entre las fuerzas de Satanás y el pueblo de Dios. Satanás intentará eliminar a ese pueblo, pero la garantía es que, durante las plagas, ningún santo muere.
Escuela Sabática Texas USA Lección 6: “El pueblo de Dios es sellado” Sabado 9 de Febrero de 2019
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