Escuela Sabática Texas USA Lección 4: Ver el rostro del orfebre – Sábado 23 de Julio de 2022

Job parecía haber adquirido un verdadero sentido de la presencia de Dios a través de sus sufrimientos. Admitió su inadecuada capacidad para ver a Dios (Job 23:9), pero sabía que, no obstante, Él estaba con él, y que Job saldría como oro al final del proceso de refinamiento (Job 23:10). Sabía, después de un largo examen de conciencia, que a través de sus pruebas Dios estaba de su lado, impulsándolo a un lugar mejor.

Nosotros también nos enfrentamos a fuerzas “invisibles”, como las que soportó Moisés por la ira del faraón cuando salió de Egipto (Hebreos 11:27). Nuestra fe también informa a nuestros corazones y nos da la fuerza para sobrevivir a las experiencias más duras. Podemos estar seguros de que el método de purificación de Dios nos pulirá, y su imagen brillará lo suficiente para guiarnos a nosotros y a los demás a través de nuestros crisoles.

Las últimas palabras registradas de Jesús a sus discípulos fueron en respuesta a su pregunta sobre cuándo llegaría el fin de los tiempos. Les preocupaba cuándo sería destruido el templo de Jerusalén, como Jesús había predicho recientemente (Mateo 24:3). Seguramente, cuando eso ocurriera, sería el fin del mundo para ellos.

Mientras estaban sentados juntos en el Monte de los Olivos, Jesús describió los acontecimientos que ocurrirían antes de su Segunda Venida (Mateo 24). Pero también les dijo, mediante parábolas, lo importante que era prepararse para ese momento (Mateo 25). Su objetivo era desarrollar el carácter teniendo suficiente aceite en sus lámparas (refiriéndose al Espíritu Santo). Este desarrollo del carácter sería evidente en la forma en que trataran a los necesitados.

Se ha sugerido que el aceite en la parábola de las diez vírgenes podría referirse a su carácter. Mientras esperaban al novio, pasaban el tiempo utilizando activamente los talentos que les había dado el Espíritu Santo. Lo que llevó a la siguiente parábola, la de los talentos. A continuación, se señala explícitamente el tipo de buenas acciones que realizaría su pueblo: dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos, visitar a los encarcelados, etc. Estos son los tipos de actividades que provienen de un carácter que ha sido refinado a través de las dificultades que soportarían en los últimos días. Permitirían al pueblo de Dios identificarse con los necesitados y tener la empatía necesaria para atenderlos de manera sustancial.

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