Las familias o las naciones pueden tener y tienen problemas de vez en cuando, lo que dificulta su funcionamiento normal. Pero la Biblia habla de un tiempo de angustia por el que pasará todo el mundo justo antes de la Segunda Venida. Daniel 12:1 describe este tiempo de angustia como uno “como nunca lo hubo”.
El libro del Apocalipsis nos informa de que en el periodo del fin de los tiempos habrá algunas restricciones financieras inusuales. Aquellos que no sigan al poder de la bestia, que logrará tener seguidores en todo el mundo para entonces, no podrán comprar ni vender. Esto, por supuesto, conducirá a grandes dificultades para aquellos que permanezcan fieles a Dios. De repente, sus reservas monetarias no valdrán nada. Ya no podrán usar sus bendiciones financieras para mantenerse a sí mismos, o incluso para ayudar a otros. Ver Apocalipsis 13:11-17.
Podemos prepararnos para estos acontecimientos futuros asegurándonos de que confiamos en la gracia de Dios, y no en nuestras riquezas y posesiones terrenales. Una manera vital de lograr este nivel de confianza ha sido a través de los diezmos y ofrendas que se nos ha dicho que demos. Dar sistemáticamente de nuestros medios es una de las herramientas necesarias para hacer crecer la confianza en nuestro Padre celestial. Hacer de la causa de Dios nuestra primera prioridad se convierte en un hábito, y nos ayudará a mantenernos firmes cuando las fuerzas satánicas amenacen a fondo nuestra supervivencia mortal.
