La iglesia es una unidad y como tal necesita desenvolverse de modo armónico. El miembro necesita aprender a desenvolverse en esta armonía perfecta por medio de sus dones y habilidades. Pablo, advirtiendo a miembros de la iglesia apostólica, que se juzgaban más importantes, declaró: “Ustedes aún son cristianos de primera infancia apenas, controlados por sus propios deseos y no por los de Dios. Cuando ustedes sienten envidia unos de los otros y se dividen en grupos que guerrean entre sí, ¿eso no es una prueba de que ustedes aún son niños que solo quieren hacer su propia voluntad? Ustedes de hecho están actuando como gente que no pertenece absolutamente al Señor”. – 1 Corintios 3:3-4 – Biblia Viva.
