El mensaje general a los hebreos y el desierto espiritual que su persecución había creado para ellos suenan similares a la experiencia de la iglesia de Laodicea que se encuentra en Apocalipsis 3:14-22. Se cree que la iglesia de Laodicea simboliza y representa la iglesia de los últimos días, la que está justo antes de la Segunda Venida. Los hebreos creían que estaban viviendo en los últimos días, aunque pasarían dos mil años antes de que esa era comenzara, como indican las profecías de tiempo predichas en Daniel.
Tanto los hebreos como los laodicenses eran tibios en su compromiso con Dios. Su fervor se había enfriado por los ataques de sus perseguidores. Estas iglesias estaban espiritualmente destituidas, pero no eran conscientes de su condición tibia. Podemos sacar mucho provecho del estudio del libro de Hebreos.
En muchos aspectos, nuestra situación se asemeja a la de aquellos primeros cristianos hebreos. Nosotros, al igual que ellos, necesitamos unirnos y apoyarnos mutuamente en tiempos de necesidad. Pero, aún más, necesitamos ampliar nuestros esfuerzos para ministrar y evangelizar el mundo. Juntos, podemos ser restaurados, renovados y representar más verdaderamente a Dios ante un mundo moribundo.
