Bosquejo de la leccion 10 “La unidad y las relaciones rotas” Sabado 8 de diciembre del 2018

El registro bíblico muestra que la relación entre los creyentes en la iglesia primitiva ocasionalmente experimentó tensiones, e en incluso después del Pentecostés.

En la lección de esta semana estudiaremos acerca de las relaciones restauradas y como esto afecta en la unidad. Bienvenidos al bosquejo de la lección de la Escuela Sabática, estamos en la lección número 10, y el título de la lección de esta semana es: Unidad y relacionamientos rotos

Vamos tocar tres asuntos:
1. Amistades restauradas
2. De esclavo a hijo
3. Restauración y perdón

I. Amistades restauradas. El tema aquí es la crisis entre Pablo y Bernabé.
Cuando llegó el momento para que Pablo y Bernabé comenzaran su segundo viaje misionero, ellos entraron en un marcado desacuerdo respecto a si podrían nuevamente confiar en Juan Marcos (Hechos 15: 39)

Años más tarde Pablo llegó a una conclusión diferente respecto a la idoneidad de Juan Marcos para el ministerio evangélico. Al final de la vida, Pablo alentó a Timoteo para llevar a Juan Marcos a Roma porque según él «era útil para el ministerio» (2 Tim. 4: 11) En 2 Corintios 12 el apóstol Pablo nos enseña 3 principios de advertencia para la buena convivencia:

1. Dios nos ha llamado para cooperar, no para competir.
2. No hay dones mayores o menores, ya que todos ellos son necesarios en la iglesia de Cristo (1 Cor. 12:18-23).
3. Los dones que Dios nos concede no son para realizar una exhibición egoísta ya que el Espíritu Santo los concede para el servicio.

II. De Esclavo a hijo
Mientras estuvo encarcelado en Roma, Pablo conoció a un esclavo fugitivo llamado Onésimo que había huido de Colosas a Roma. Pablo se dio cuenta de que conocía personalmente al amo de Onésimo, a Filemón. Entonces el apóstol envió a Onésimo a Filemón, esta vez no como esclavo, sino como su hijo espiritual en Jesús. Restaurar esa relación rota tuvo un tremendo impacto en la vida de la iglesia primitiva, algo que finalmente llevó a la abolición de la esclavitud en el mundo occidental. (Col. 3: 12-14) Pablo menciona que las relaciones en Cristo tienen las siguientes características: Amabilidad, humildad, paciencia, perdón y amor. Estas cualidades cristianas son la base de la resolución de todos los conflictos y la sanidad de todas las relaciones rotas.

III. Restauración y perdón.
Es importante considerar el atributo divino del perdón cuando se trata de relaciones rotas y de restaurar lazos de confraternidad. Entonces, ¿qué es el perdón? Varios textos de las Escrituras nos ayudan a comprender la naturaleza del perdón.

1. Primero, aprendemos que Dios tomó la iniciativa de reconciliarnos con él.
Pablo dijo que la bondad de Dios es la que «te guía al arrepentimiento» (Rom. 2: 4)
Entonces es una iniciativa Divina.

2. En segundo lugar, no podremos recibir las bendiciones del perdón hasta que confesemos nuestros propios pecados. Jesús nos pidió que hiciéramos esto en su oración modelo (Mat. 6: 12, 14, 15). La confesión es de vital importancia, no porque cambie la actitud de Dios hacia nosotros, sino porque cambia nuestra actitud hacia él.

3. En tercer lugar, Efesios 4:31,32 dice: «Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros»

En Mateo 18: 15-17, Jesús presentó tres sencillos pasos para resolver cualquier conflicto en caso que alguien haya sido lastimado por otro miembro de la iglesia.

1. «Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos» (Mateo 18:15)

2. Cuando las exhortaciones personales son ineficaces para resolver cualquier conflicto. En esos casos, Jesús nos invita a llevar con nosotros a uno o dos testigos.

3. Hay ocasiones en que los intentos para resolver un problema llegan a un callejón sin salida. En ese caso, Jesús nos dice que llevemos el tema ante la iglesia.

Aplica:

El perdón no requiere que tu seas la parte culpable, tampoco indica que el otro merezca perdón. En vez de eso, el arranca por la raíz el odio y la amargura de nuestra vida, el perdón verdadero ayuda a curar heridas y construye una base para restaurar relacionamientos. Dios está ansioso por trabajar en nosotros y a través de nosotros con el fin de llevar sanidad a todas nuestras relaciones.

Radio Adventista
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