A veces olvidamos para qué fue elegido Israel. Aunque se dijo que era una “nación santa” (apartada por Dios) y Su tesoro peculiar, también debía ser “un reino de sacerdotes” (Éxodo 19:6). Fueron elegidos para llevar el mensaje de esperanza y liberación del pacto de Dios a todas las naciones de su entorno.
Su elección no significaba que ellos estuvieran salvados y el resto del mundo fuera rechazado. El tabernáculo que se les dijo que construyeran en el desierto debía ser una “casa de oración para todas las naciones” (Isaías 56:7). El mensaje del evangelio debía ir a todo el mundo, tal como les dijo Jesús a los discípulos antes de regresar al cielo (Mateo 28:19, 20).
Los adventistas del séptimo día son igualmente elegidos para entregar un mensaje único al mundo en estos últimos días. El significado de los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14 es una de nuestras enseñanzas distintivas sobre la Segunda Venida. Esto y otras verdades bíblicas, como el séptimo día de reposo, hacen que nos distingamos de otras denominaciones cristianas en el mundo actual.
Sin embargo, esta elección no nos crea un título de derecho exclusivo al Reino de Dios. Simplemente significa que tenemos un mensaje y un llamado especial, muy parecido al que tenían los judíos bajo Abraham. Debemos tener cuidado de no cometer los mismos errores que el antiguo Israel, involucrándonos demasiado en asuntos mundanos y pecaminosos o permitiendo que el orgullo nos aparte de nuestra misión de ser “sacerdotes” y servir a todos los que nos rodean.
