Las mismas palabras que describen las divisiones de la humanidad encontradas en Génesis 10: 5 también se ven en Apocalipsis 14: 6. Las divisiones consisten en tierras, idiomas (lenguas), familias (tribus) y naciones. A medida que crecen las poblaciones, parece que nos dividimos naturalmente de esta manera.
Por lo tanto, el primer plan de Dios era molestar a sí mismo en una nación que proporcionaría un ejemplo brillante a otras naciones a su alrededor y, por lo tanto, el efecto necesitaba un cambio en sus comportamientos paganas rápidamente en declive.
Un individuo notablemente fiel era Abraham de la tierra de Ur. Solo podía hacer mucho solo. Entonces, Dios lo llamó fuera de la casa de sus padres y lo envió a Canaán, para que Dios pudiera ser instruido por Dios y comenzar una nueva nación allí. El único propósito de esta nueva nación era glorificar a Dios.
Con Dios como su líder, Abraham (como lo llamaron más tarde) bendeciría a otras familias y naciones en la tierra. Esta nueva nación no solo conocería la voluntad de Dios, sino que también estarían practicando su forma de vida y se convertirían en un faro de esperanza para cualquiera que esté dispuesto a seguir los mandamientos de Dios.
