Hemos tenido la oportunidad esta semana de estudiar sobre el gran descubrimiento de Martín Lutero, que la salvación no es como se enseñaba en aquellos tiempos, y aún hoy, por las obras. Enseñaban que para obtener el perdón de los pecados necesitaba hacer sacrificios, romerías, andar de rodillas, llevar cruz en la espalda, peregrinaciones, procesiones, rezos, penitencias, etc. Y ni siquiera la obediencia a la ley de Dios sirve para salvar. La única manera de ser salvo es por la gracia, y la única manera de ser justificado es por la fe.
Una incoherencia en la salvación por las obras. ¿Cómo podrían defender la salvación por las obras de una ley que ni es la ley de Dios? ¿Cuántos mandamientos fueron adulterados por el hombre, ni fueron cambiados por Dios? Si el DIOS del Cielo todavía santifica el sábado (ver Apocalipsis 11:19), ¿cómo los hombres querrían obtener su salvación y el perdón obedeciendo a una ley que no se originó en DIOS? Eso sí, es Babilonia.