Aqui entre Nos. Lección 5 – Calor extremo – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

Durante años, el ministerio de Pablo había estado plagado de una prueba desastrosa tras otra. Palizas, encarcelamientos, naufragios, hambre y sed, casi todo tipo de calamidades que se puedan imaginar. Las había experimentado todas durante su devota vida de servicio a Dios (2 Corintios 11:23-29).

Pero Pablo parecía tener un firme entendimiento del propósito de todo su sufrimiento. En 2 Corintios 1:4 se nos dice que era más capaz de ayudar a otros en sus pruebas por el consuelo que recibía en cada una de sus desafortunadas circunstancias. A través de todo ello, lo proclamó “Padre de todas las misericordias y Dios de todo consuelo”.

Encontramos en 2 Corintios 1:10, 11 que Pablo se mantuvo firme en su compromiso con Dios al…

  • recordando la capacidad de ayuda de Dios en dificultades anteriores
  • determinando centrarse en el amor y la misericordia de Dios
  • recibiendo las oraciones de intercesión de los santos por los demás

Pablo reconoció que Cristo había soportado un calor extremo mientras estuvo en la tierra. De hecho, Él “fue tentado [o probado] en todo como nosotros”. Fue esta prueba la que lo convirtió en nuestro compasivo Sumo Sacerdote en las cortes celestiales de arriba (Hebreos 4:14, 15).

El pueblo de Dios puede esperar estar bajo un calor extremo, simplemente porque es el pueblo de Dios. Especialmente calientes serán esas pruebas durante el tiempo final de angustia, como se dice en Daniel 12:1. Pero a lo largo de la historia de la iglesia de Dios, sus seguidores han soportado más que su cuota de pruebas y sufrimiento.

En Isaías 43:1-7 se describen los acontecimientos problemáticos como el paso por el agua y el fuego. El propósito de estas experiencias es purificarnos. Están destinadas a destruir cualquier pecado en nuestras vidas, ya sea interno o externo. Las impurezas de todo tipo son lavadas o quemadas, haciéndonos brillar como el oro cuando todo termina.

Es vital recordar que Dios no está tratando de hacernos sufrir. Sólo quiere hacernos puros y santos, para que podamos tener la estrecha relación con Él para la que fuimos creados. Ha prometido estar con nosotros hasta el final. Su cuidado durante estos momentos cruciales es tierno y misericordioso, si tan sólo nos acercamos y lo aceptamos.

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