Aqui entre Nos. Lección 11 – Anhelo de más – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.

El descanso sabático, o cualquier tipo de descanso espiritual, no es posible cuando no permitimos que Dios ablande nuestros corazones. Cuando Él ofrece darnos un nuevo corazón y espíritu en Ezequiel 36:26, dice que es un corazón de carne. En otras palabras, un corazón blando, no endurecido por el pecado.

Sí, la obediencia es crucial para obtener un nuevo corazón. El siguiente verso, Ezequiel 36:27 dice que Su Espíritu dentro de nosotros nos permite caminar en obediencia. No siempre tenemos esta obediencia cuando venimos a Dios para la salvación, pero bajo la guía del Espíritu, nuestros corazones serán cambiados y la obediencia proveerá evidencia de nuestro cambio de corazón con el tiempo.

Dios permitió tiernamente que los israelitas prepararan sus corazones durante su estadía de cuarenta años en el desierto. A menudo lo decepcionaron con sus decisiones egoístas, pero las experiencias que tuvieron allí fueron necesarias para que crecieran en gracia y pudieran representar al Dios al que servían. La gente, especialmente en aquellas tribus crueles y paganas, seguramente notaría un pueblo con corazones ablandados.

La historia de la salvación no terminó con la entrada de Josué y los hebreos en Canaán. Pablo señala que todos somos hijos e hijas de Dios, herederos de su Reino de paz y descanso. Nuestra fe en Cristo nos convierte en simiente de Abraham, que sigue anhelando la futura Tierra de la Promesa y su descanso.

Como nos dice Hebreos 4, ese descanso lo encontramos simbolizado en el día de reposo, el sábado. La mejor manera de llegar a nuestro anhelado destino es abrazar esa señal dada por Dios que nos permite esa dulce comunión con Él cada semana.

El sábado nos recuerda la necesidad de descansar en las obras de Dios, no en las nuestras. Confiar en la gracia de Dios es la única manera de transformarnos y entrar algún día en la ciudad celestial que Dios está preparando para sus hijos.

Radio Adventista
1 comment… add one
  • excelente bosquejo hermano.
    Dios lo bendiga

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