Jonathan Gallagher Lección 6 “Pelea con toda la energía” 3cer Trimestre del 2022

6.“Luchando con la fuerza de Cristo” (3T 2022—En el crisol con Cristo)

Textos Bíblicos: Génesis32; Mat.5:29; Juan16:5-15; Col.1:28,29; 1Pedro1:13.

Citas

  • Dios no nos manda vivir con cilicios y cadenas, ni castigar nuestra carne con azotes, sino amarle a Él sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Saint Charlesof Sezze
  • Las cosas espirituales están a contracorriente; el cielo está colina arriba.RichardSibbes
  • Tu primera tarea es estar insatisfecho contigo mismo, luchar contra el pecado y transformarte en algo mejor. Tu segunda tarea es soportar las pruebas y tentaciones de este mundo que traerá el cambio en tu vida y perseverar hasta el final en medio de estas cosas.Augustine
  • Nuestro viaje es cuesta arriba, con un cuerpo muerto sobre nuestras espaldas, el diablo haciendo lo que puede para tirarnos hacia abajo. Philip Henry
  • Dios no nos ha llamado a ir a tientas por la vida. Stephen Olford

 

Para debatir
¿Cuál es la energía que debemos utilizar aquí? ¿En qué consiste la lucha? ¿Cómo nos ayudan a entenderlo los conceptos de la gran controversia? ¿Cuál es la mejor manera de entender la batalla y lo que es la victoria? ¿Cuál es nuestro papel en el conflicto? ¿Es esto lo mismo que trabajar en nuestra propia salvación, con temor y temblor? ¿Cómo encaja Dios aquí?

 

Resumen bíblico
Génesis 32 narra la intensa lucha de Jacob con el Señor. Jesús aconseja que es mejor perder una parte del cuerpo que ir al fuego de la Gehena (Mateo 5:29). En Juan 16:5-15 Jesús promete enviar el Espíritu Santo. “Estamos hablando a todo el mundo de él, instruyéndoles y enseñándoles de la mejor manera que sabemos, para que podamos llevar a todos ante Dios plenamente maduros en Cristo. Para eso trabajo yo también, esforzándome al máximo mientras confío en su fuerza, que actúa poderosamente en mí.” Col. 1:28, 29 VBL. Debemos estar preparados para la acción y tener mentes clericales (1 Pedro 1:13.)

 

Comentario
La lección del domingo habla de forma muy útil de la gran controversia y de cómo Dios nunca obliga ni fuerza. Aunque Dios desea ayudarnos, está sujeto a sus propias “reglas de compromiso” en su trato con sus seres creados, especialmente después del pecado. Dios valora la libertad como principio definitorio de su universo, y mantiene nuestro libre albedrío, nuestra capacidad de elección.

Eso no quiere decir que quiera ponernos las cosas difíciles, que nos haga “luchar por la salvación”, como algunos han concluido. Es un don gratuito, pero tenemos que quererlo. Nuestra lucha no es con Dios, sino con nosotros mismos: que estemos realmente convencidos de querer a Dios y su ayuda. Como seres auto-referenciados, nos resistimos a aceptar nuestro estado desesperado. Creemos que podemos arreglarnos a nosotros mismos. No se trata de “soltar y dejar a Dios” en el sentido de negar nuestra propia responsabilidad. No debemos renunciar a nuestra individualidad, a nuestro poder de pensar y hacer. De hecho, ese es el precioso regalo que Dios ha gastado tanto, y quiénes somos nosotros para negarlo. Lo que él busca es nuestra elección consciente de vivir de acuerdo con la verdad y el derecho, y de aceptar toda la ayuda que él es capaz de dar a nuestra petición.

Así que hay que evitar dos extremos 1) que luchemos con nuestras propias fuerzas y 2) que hagamos de la lucha todo un “lavado de cerebro” de Dios. La gran controversia es sobre el uso del poder de Dios: si ejerce su fuerza de manera apropiada. El extremo número 2 está de acuerdo con Satanás en que Dios es un dictador. El extremo número 1 está de acuerdo con Satanás en que Dios no puede (o no quiere) ayudarnos. Nuestro papel es demostrar que Dios es la bondad personificada, que lucha junto a nosotros en la batalla por la verdad y el derecho, que es completamente desinteresado, queriendo lo mejor para todos sus seres creados.
¿Y qué hay de la orden de Jesús de auto mutilarse (Mt. 5:29)? Esta afirmación radical afirma el deseo extremo de Dios de que no permitamos que algún aspecto de nuestra vida lo arruine todo. ¿Cómo podemosdecir que a Dios no le importa cuando Jesús dice cosas tan serias al respecto? Dios está ansioso, desesperado (para usar palabras humanas) por salvarnos de los pecados que nos matarán eternamente. Así que la lucha que libramos es la buena lucha: la lucha por ser buenos, por permitir que Dios haga buenos nuestros pensamientos, por vivir de la única manera que tiene sentido en un universo bueno: el bien. Y repito: la lucha no es para persuadir a Dios, ni siquiera para derrotar militarmente al Diablo, sino para lidiar con nuestros propios deseos que nos alejan del bien.

Cuando Jacob luchó con el ángel del Señor, ¿estaba Dios realmente atacando a Jacob? ¿O estaba Jacob luchando contra sus propios demonios, sus tendencias internas a seguir su propio camino? Toda la historia suena extraña si nos imaginamos a Dios queriendo luchar e infligir dolor a uno de sus hijos. Sin embargo, Dios demuestra aquí hasta dónde está dispuesto a llegar (y los malentendidos que pueden surgir) para salvarnos de nuestras tendencias destructivas. Definitivamente, Dios es un intervencionista que hace lo que sea necesario para ponernos en una situación que nos ayude. Al final, Jacob se da cuenta de quién es y de sus profundas necesidades, y no dejará que el Señor se vaya hasta que bendiga a Jacob.Finalmente comprende, y se aferra a aquel contra quien luchó. Así que, como Jacob, reconociendo que está luchando contra el único que puede ayudar de verdad, aferrémonos a nuestro amoroso Señor y aceptemos su bendición.

 

Comentarios de Elena de White
¡Despertaos! La batalla prosigue. La verdad y el error se acercan a su final conflicto. Marchemos bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emmanuel, y luchemos la buena batalla de la fe, para lograr honores eternos; porque la verdad triunfará, y nosotros hemos de ser más que victoriosos por Aquel que nos amó. Las preciosas horas del tiempo de gracia están terminando. Asegurémonos la vida eterna, para que podamos glorificar a nuestro Padre celestial, y ser los medios para salvar a las almas por las cuales Cristo murió. – ReviewandHerald,13 de marzo de1888.{Servicio Cristiano, P. 98}

“Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. ¿Qué significa esto? La obra debe ser llevada a cabo, y este pequeño mundo fue escogido para llevarla a cabo. Todo el universo del cielo estaba interesado en la gran obra. Todo el mundo que Dios ha creado está mirando para ver cómo terminará la batalla entre el Señor de la luz y la gloria y los poderes de las tinieblas. Aquí está Satanás, que ha procurado con todo su poder cerrar el verdadero carácter de Dios, para que el mundo no pudiera entenderlo, y bajo un ropaje de justicia obra sobre muchos que profesan ser cristianos, pero representan el carácter de Satanás en vez del carácter de Jesucristo. Tergiversan a mi Señor. Tergiversan el carácter de Jesús cada vez que les falta misericordia, cada vez que les falta humildad.{1888 125-6} [Traducción libre] Está por sobrecogernos la lucha final del gran conflicto, cuando con “gran poder y señales y milagros mentirosos, y con todo engaño de iniquidad”, Satanás obrará para representar falsamente el carácter de Dios, a fin de seducir, “si fuere posible, aun a los escogidos”. Mateo 24:24.

Si hubo alguna vez un pueblo que necesitase un aumento constante de la luz del cielo, es el pueblo que, en este tiempo de peligro, Dios llamó a ser depositario de su santa ley y a vindicar su carácter delante del mundo. Aquellos a quienes se confió un cometido tan sagrado deben ser espiritualizados y elevados por las verdades que profesan creer. Nunca la iglesia ha necesitado tanto, y nunca ha estado Dios tan deseoso de que ella obtuviese la condición descrita en la carta de Pablo a los colosenses cuando escribió: “No cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia; para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.”{Joyas de los Testimonios, p. 343}

Radio Adventista
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